Poco más de doce meses después de presentar su primera obra discográfica -el EP “Masquerader”-, Alv McMartin y su banda arribaron este viernes a la murciana Sala Revólver dispuestos a cerrar a lo grande un 2017 que, en lo musical, ha significado para la formación no solo el año de su afianzamiento en la escena regional, sino además el del reconocimiento de crítica y público; hechos que han propiciado el aumento de las apariciones del grupo en los medios y, lo que es más importante, la multiplicación de sus actuaciones en todo tipo de escenarios y festivales.
Así, después de haber conquistado con su show de blues, rock, jazz, swing y soul lugares tan emblemáticos de la ciudad como la Sala 12&Medio, la Plaza de Europa, la Sala REM o la Plaza de La Circular durante 2017, McMartin y los suyos regresarían a la céntrica Sala Revólver para despedirse de un año que bien podrían calificar como de redondo. De este modo, a pesar de que el concierto arrancó con poco público debido a que fue adelantado casi una hora con respecto al horario previsto, lo cierto es que la banda se aplicaría a su música con la misma o más pasión que de costumbre para brindar un comienzo de recital lleno de ritmo en el que brillarían temas como Be Ready to crawl, It´s alright o The gambler song.
En consecuencia, con Lorena Cortés y Bryan Vega marcando el ritmo y Julián Balibrea arropando con los destellos de su guitarra las notas del piano de McMartin, pronto los presentes romperían a bailar mientras, poco a poco, cada vez más invitados se sumaban a la fiesta. Así, con la Sala alcanzado el lleno, el concierto superaría fulgurante su ecuador al son de Masquerader o Mr Money, antes de enfilar una larga y celebrada recta final en la que destacarían piezas como Streets of Krakow, Saturday night o Take my hand. Canción, ésta última, con la que, entre aplausos, agradecimientos, besos al aire y disparos de flash, se daría por concluida una noche, y casi un año, verdaderamente especiales.
Por eso, estando viviendo, como estamos, la época de mayor esplendor de la música hecha en Murcia, quizá no sería malo debatir sobre los horarios de los conciertos para que fueran más los asistentes y menores las molestias. Aunque eso sí, sin que entraran en liza oscuras amenazas de multas como la que, al parecer, provocó el súbito adelanto del recital de Alv McMartin. Y es que, si lo que todos deseamos es una ciudad moderna, abierta e inquieta en la que sea la cultura la que inspire un ocio inteligente, enriquecedor y divertido, entonces lo que deberíamos hacer entre todos es, precisamente, cuidarla, protegerla y defenderla.