Tras la brillante victoria cosechada la semana pasada frente al Cádiz en el Ramón de Carranza, muchas eran las ganas que había de ver al Real Murcia en la Nueva Condomina para comprobar si los grana, de una vez por todas, eran capaces de refrendar ante la sufrida y esquilmada afición grana lo conseguido fuera siete días atrás.
Y si ante la visita del débil conjunto de la Balompédica Linense muchos vaticinaban un cómodo triunfo o incluso una holgada goleada, pronto nuestro querido equipo murcianista se encargaría de demostrar una vez más que las empresas fáciles no son lo suyo. Así, el primer equipo en crear peligro fue el visitante gracias a un clamoroso error del central pimentonero, Ruso, quien permitió que Espinar rematase a puerta para que Fernando se luciera con su intervención.
Tras el primer aviso del Linense, el Murcia, lejos de ponerse nervioso, pareció espabilar de golpe y gozó de dos clarísimas ocasiones para inaugurar el marcador por mediación de Carlos Álvarez, cuyo remate de cabeza besó el lateral de la red, y de Germán Sáenz, cuyo chut se estrelló contra el palo-. Sin embargo, una vez más a los grana les tocaría remar a contracorriente, ya que en el 20 un penalti cometido por Satrústegui iba a ser transformado por Canario para poner el 0-1 y hacer saltar la sorpresa en la Nueva Condomina.
Con el resultado en contra, el Real Murcia sí comenzó a dar síntomas de descomposición. Sobre todo en defensa, donde un regalo de Satrústegui estuvo a punto de costarle a los locales el segundo gol en contra de no haber sido por la intervención milagrosa de Pumar, quien logró alejar definitivamente el peligro. Así, sin mucho más que reseñar, el partido se encaminó hacia el túnel de vestuarios, por donde se retiraron los jugadores al descanso con el conocido resultado de 0-1.
Ya en la segunda mitad, tras 18 minutos en los que el Real Murcia apenas logró inquietar la meta visitante, a pesar de llevar el peso del partido, iba a llegar el primer tanto de Azkorra. El delantero vasco cazaba un balón muerto en la frontal del área del Linense para conectar un potente disparo que se coló como un obús en la portería de Mateo para hacer subir el empate al marcador. 1-1 y clamor de alivio de 4000 gargantas de potencia.
Entonces, con el empate alcanzado, el Real Murcia trató de pisar a fondo el acelerador para lograr adelantarse cuanto antes. Azkorra, omnipresente en ataque, gozaría de varias ocasiones antes de que a 7 minutos del final volviera a ver puerta para hacer subir el segundo al marcador. En esta ocasión el vasco pescaba un rechace dentro del área para sentenciar a un Mateo que nada pudo hacer por evitar el tanto. 2-1 y éxtasis entre la fiel hinchada grana.
Ya en el tramo final del partido, sería el Linense el que lo intentaría y, de hecho, el que estuvo cerca de conseguir el gol. Sin embargo, el Real Murcia terminó llevándose el gato al agua y haciéndose con un choque que no tuvo nada de plácido ni cómodo, pero que fue, precisamente por su dificultad, disfrutado al máximo por la afición.