Cuando un grupo de música se cruza el país para tocar en Murcia tiene dos cosas muy claras: una, que su calidad es tan grande como para hacer tantos kilómetros, y otra, que el público les va a responder. Y ambos hechos son los que sucedieron el pasado sábado en la Sala Revólver. Los vizcaínos El Capitán Elefante descargaron todo su potencial con un sonido atronador y directo al oído. El cuarteto se encuentra inmerso en la gira de presentación de su último y flamante disco “Un millón de hombres”. El tour, que comenzó en el ya lejano mes de enero en su Bilbao natal, al fin llegó a Murcia. Había muchas ganas de disfrutar de su directo y no defraudaron.
Javier Marcos en la guitarra y en la voz principal, Jaime Marcos en la guitarra, Lander Urgoiti en el bajo y Josean Valle en la batería dieron toda una clase magistral de buen rock. Sin más etiquetas ni matices. Rock puro que recuerda tanto a Los Planetas como a Los Enemigos. Que rememora los buenos tiempos de The Clash y de Radio Head. Letras profundas y trabajadas en las que se encuentra Nacho Vegas o Vetusta Morla.
Presentaban su tercer trabajo que, junto a “Nuevas Coordenadas”, de 2013, y su EP “Agoraphobia”, de 2015, forman una excelente trilogía musical. Registrado en los venerados Chromaticity Studios de Castro Urdiales (Cantabria), la banda se reunió para la ocasión con colaboradores que les echaron una mano en los sintetizadores y en las secuencias. El resultado es un magnífico trabajo, elegante de formas y cautivador de principio a fin. Diez canciones compuestas con el corazón y ejecutadas con maestría y experiencia.
El capitán elefante es uno de esos grupos que van de un lado a otro de la geografía española tocando y tocando, que se consagra con cada nuevo trabajo discográfico y que se confirma en el escalafón de grandes músicos de nuestro país tras cada concierto. Una base rítmica repleta de matices, adornada con unas guitarras afiladas y coordinadas a la perfección. Una mezcla explosiva de rock sin tapujos. Sin más pretensiones que las de hacer cantar, hacer sentir la música y disfrutar mientras deleitan a los asistentes. Vale la pena la cantidad enorme de kilómetros que hacen durante sus giras porque se nota en su estilo una calidad de la que pocas bandas pueden presumir. Un capitán con muchos galones.