Borja Casado -castellonense de nacimiento y murciano de adopción- es un músico de alma solidaria y espíritu inquieto que, recientemente, se ha adentrado en el complejo mundo de la edición discográfica. Hoy se pone en guardia para responder a nuestras preguntas.
En lo personal, ¿qué te supuso el parón pandémico?
Como para todos, fue un encierro sin precedentes y súbito en el que nada puedes planificar. Después de un tiempo de adaptación a estar en casa con tu familia, empiezas a sacar provecho de momentos con los que no contabas y retomas el pulso creativo, aunque sea desde otros puntos de vista y con otros métodos. En mi caso, además, se me despertó la idea de fundar un sello a raíz de la colaboración con David Summers. Quién mejor que yo mismo para editar y dar forma a semejante proyecto, tan bonito y único.
¿Y en lo profesional?
Todas las crisis están repletas de incertidumbres, pesimismo y noticias oscuras. Pero, también traen (sin excepción) oportunidades. En nuestra mano está la decisión de qué y cómo vivirlo.
Con la idea de dar forma a un sello me puse a trabajar y a conocer mejor el negocio. He aprendido mucho en este tiempo: de qué cojean los músicos, nuevos canales musicales, la importancia de ir de la mano y formar alianzas...Ha sido muy gratificante. Y lo que queda...
¿Puedes trabajar ya a pleno rendimiento o aún te afectan éstos últimos coletazos del virus?
Trabajo más que antes, creo que todos lo hacemos. Ha vuelto la actividad económica, pero se añaden cosas con las que antes no contábamos. Y no solo el virus, hay otros frentes que cada día se abren y que son imposibles de prever y, por tanto, de gestionar: guerra, crisis de suministros, inflación, crisis energética, etc. Digamos que todo esto nos obliga a seguir trabajando, pero a ser algo más cautelosos con las inversiones. Esto afecta de lleno a la música, un sector que, por otra parte, nunca ha dejado de estar en crisis, lo que puede ser también una ventaja para nosotros: experiencia en la lucha contra el viento.
La pandemia provocó que muchas bandas se disolvieran, que varios estudios de grabación echaran el cierre o que más de una sala dejara su actividad. ¿Notaste esas consecuencias?
Muchos negocios en torno a la cultura cerraron, es cierto. Muchas bandas lo dejaron también. Lo he visto y vivido pero no me ha afectado de forma directa. Eso sí, hay que tener en cuenta que son espacios que quedan vacíos y que otros (o los mismos) pueden aprovechar. Volvemos al escenario de la adversidad frente a la oportunidad. Tú eliges. Nunca es todo blanco o negro, nos podemos mover en los grises.
Tras algo más de dos años, parece que vamos recuperando el ritmo anterior. Dime ¿en qué trabajarás este verano?
Estamos estudiando diversos proyectos muy interesantes para editar a la espera de cómo se desarrolla esta macro crisis anunciada para septiembre y de la que todo el mundo habla, pero de la que nadie tiene ni idea. La intención es embarcarnos en un par de discos muy interesantes. Una banda consolidada y otra emergente. No vamos a defraudar.
En mi parte artística, quiero grabar nuevo disco en vivo, editar nuevo poemario y (quizá algún día) mi primer cortometraje.