En la mañana de hoy, bajo un sol de justicia y ante uno de los equipos más en forma de la categoría, el UCAM CF ha vuelto a dar muestras de su buena aclimatación a la Segunda División del fútbol español brindando a sus seguidores un precioso encuentro en el que, a pesar de que comenzó ganando, acabó teniendo que remar a contracorriente para conseguir sumar un meritorio punto.
Así, a las 12 del mediodía –hora que debería ser prohibida para hacer deporte al sol en Murcia- UCAM CF y CD Mirandés se plantaban sobre el terreno de juego de La Condomina con sus indumentarias habituales y abrían un choque cuyo primer cuarto de hora fue de claro dominio azulón. Fruto de ese dominio local, en el 22´de partido llegaría el primer tanto del encuentro gracias a un magnífico remate de cabeza de Jona que limpió de telarañas la escuadra de la portería defendida por Sergio Pérez.
Más adelante, y quizá viéndose por momentos en los puestos más altos de la tabla clasificatoria, el UCAM dio un paso atrás tratando de conservar la renta obtenida que habría de resultar fatal, ya que solo diez minutos más tarde el Mirandés lograría la igualada por mediación de Fran Cruz y veinte después le daría la vuelta al marcador gracias a Néstor Salinas.
Ya en la reanudación, con 1-2 en el electrónico de La Condomina, UCAM y Mirándes firmarían unos primeros veinte minutos de juego en los que el dominio fue alterno y las ocasiones escasas para ambos conjuntos. No obstante, llegados al minuto 20 de la segunda parte, tendría lugar un hecho que sería decisivo para el devenir del choque: la salida al campo de Nono por Vicente. Y es que el menudo atacante azulón, que es todo chispa, garra y calidad, acabaría reactivando a los universitarios y lanzándolos hacia arriba en pos del empate.
De este modo, con el UCAM reactivado por Nono y alentado desde las gradas por su público, los locales regalaron un último esfuerzo que cristalizó en el gol del empate obrado desde fuera del área por Nono y que a punto estuvo de convertirse en victoria si, cumplido el tiempo reglamentario, Góngora hubiese acertado a marcar un lanzamiento de falta que se fue fuera lamiendo el travesaño de la portería burgalesa.