Palacio de los deportes de Murcia. Tercer cuarto a punto de terminar. Un 63 - 80 en el marcador del Palacio de los deportes. Nada menos que 17 puntos abajo ante un Real Madrid que ya parecía inalcanzable. Un partido que ya parecía sentenciado, y que, sin embargo, con un gran triple de Cabezas en el último segundo forzó la prorroga (93-93) e hizo caerse a una afición, en una remontada pocas veces vista.
Hasta llegar a ese punto asistimos a un último cuarto espectacular de los de Katsikaris, que con gran intensidad y acierto en los momentos decisivos consiguieron lo que parecía imposible. La pena vino al final, al ahogarse en la orilla de una prórroga, en la que el poco acierto, con algunos tiros errados por Antelo, que asumió esa responsabilidad, y en la que un Madrid con un Llull, Reyes y Lima eliminados, tiró de Rudy Fernandez y la joven promesa Doncic para sentenciar el partido.
Antes de llegar a ese desenlace definitivo el encuentro deparó una gran primera parte, donde un espectacular Benite marcó la diferencia anotadora en el primer cuarto con nada menos que 17 puntos, donde el electrónico finalizó en 26-26 con un vistoso juego por ambos conjuntos. Y en el segundo, Wood mantuvo el ritmo anotador al principio, pero los blancos se consiguieron despegar dentro de un arbitraje bastante permisivo con el grande al que ya estamos acostumbrados durante la temporada en el Palacio.
En el tercer cuarto se juntaron el desacierto local, la misma tónica arbitral y el efectivo tiro exterior madridista de modo que el partido parecía visto para sentencia. Pocos confiaban en poder conseguir algo más que maquillar el marcador hasta un resultado honroso, cuando los murcianos depararon uno de los mejores cuartos que se han vivido en el Palacio. Un parcial de 18-7 en el mismo, con un sideral Cabezas y unos inspirados Campazzo y Radovic se pusieron dos abajo. En un último minuto de infarto un triple de Wood, y tres tiros libres de Campazzo de los que falló uno respondieron a las canastas madridistas, para, al final, in extremis el propio base malagueño forzara el tiempo extra entre el júbilo de una afición extasiada.
En la prórroga los blancos no se dejaron sorprender y los fallos en el tiro condenaron a un UCAM que mereció un mayor premio por su entrega. Aun así, el equipo dio todo, y no debe bajar los brazos y seguir por esta senda dado que los play-off todavía están ahí al alcance de la mano.