Tras el meritorio triunfo logrado en el Estadio de Vallecas ante el Rayo hace una semana, el UCAM CF volvió a desperdiciar una ocasión de oro de ilusionar a su público al ofrecer, por enésima vez esta temporada como local, su peor versión: la de equipo frágil en defensa, sin ideas en la medular y sin puntería en la delantera.
De este modo, en la tarde de hoy, ante un Girona que llegaba a Murcia quinto, pero a solo tres puntos del UCAM, los azulones verían cómo los rojiblancos, bien plantados en el terreno de juego y con las ideas bastante más claras que ellos, les dominarían en el cómputo general de un partido en el que sus dos partes fueron calcadas salvo por el detalle del gol que no hizo sino decantar en la segunda mitad el duelo a favor del conjunto que demostró tener más hambre y más ganas de ganar el partido.
Así, superados en intensidad, en disposición táctica, en dominio del balón y en ambición, los murcianos, que pese a todo siempre estuvieron cerca de los puntos, apenas serían capaces de inquietar la meta visitante con chispazos esporádicos y aislados de Juanma, Góngora e Imaz. Mientras tanto, los catalanes, mejor en todas las facetas del juego, sin arriesgar ni forzar la máquina en exceso, darían la puntilla al partido cuando en el minuto 15 de la segunda parte Longo culminó una jugada rocambolesca en el área universitaria.
Ya desde el gol visitante y hasta el final, aunque los locales gozarían de alguna ocasión aislada, fruto más de arreones de coraje que de buen juego colectivo, los visitantes se mostrarían como dominadores del encuentro para desesperación de un público que expresó su malestar con el equipo durante los últimos estertores del encuentro.