En una fría noche de sábado, lo único que puede hacer calentar el cuerpo y el alma es la buena música en directo. Es por eso por lo que acudir a la Sala Revólver a presenciar a Santero y Los Muchachos era la mejor opción posible. El cuarteto valenciano no tiene un líder ni una sola cabeza pensante. Los cuatro van al mismo sentido, de la mano hacia los oídos de sus muchos seguidores.
“Ventura” es el título de su disco. Un primer trabajo repleto de buenas melodías y cadentes ritmo. Una mezcla entre el rock fronterizo y lo acústico personalizado en un sonido que se agranda en directo y que refleja el momento de paz interior en el que viven los componentes. Miguel Ángel Escrivá, al contrabajo y la voz; Joseman Escrivá en la guitarra; la percusión de Marc Guardiola y la guitarra de Soni Vicent forman una sólida musicalidad con la que dejarse llevar a otros tiempos y otros lugares.
Comenzaron su directo con el mismo tema con el que abren “Ventura”: Abrácese quien pueda. Toda una serie de medios tempos y cordialidad. La formación se presentó en Murcia con una puesta en escena que recuerda a los recitales de otras épocas. Donde los cuatro están alineados en primera línea, obteniendo el beneplácito del público, teniendo que dar la cara sin renunciar a la satisfacción de los aplausos como recompensa por el trabajo bien hecho. Un sonido que viaja por los años 50, 60 y 70, que acaricia un rock reposado y que tiene un regusto al buen sonido guardado en barrica de roble durante años. Como el buen vino, Santero y Los Muchachos han sabido rescatar una manera de imponerse en el escenario que se echaba de menos: Autenticidad sin tapujos. Personalidad sin tener que estar justificando lo que se hace.
El concierto pasa volando, fluye en una relación perfecta entre el público y los músicos. Ellos, tan cercanos y tan normales; nosotros, absortos por lo que estábamos escuchando. Se guardaron una única explicación para el final, pidiendo silencio en la sala. Para exponer que Dani Boy estaba dedicada a un amigo con problemas hospitalarios y hasta ahí dijeron. Puro sentimiento emocional en una noche plagada de sorpresas, repleta de frío y con la calidez que nos regalaron estos valencianos con pintas de ser rockeros que hacen boleros, o boleristas que tocan rock en acústico, eso importa poco. “Ventura” es un buen disco, pero sus cercanos directos ofrecen una mejor versión de la banda. ¿Quién se viene a su próximo concierto?