Ganadores de la última edición del certamen CreaMurcia -aunque no precisamente en su categoría de “canción de autor”-, la banda murciana Se ha perdido un niño (de ahora en adelante SHPUN) están logrando en un tiempo récord algo mucho más importante que la consecución de ningún preciado galardón: ser agitadores del soporífero panorama -no ya musical, sino simplemente sonoro- que nos ha dejado la maldita pandemia a base de canciones rabiosas, urgentes, originales, divertidas, corrosivas y altamente delirantes.
Así, huyendo del insoportable presente en el que el ritmo de los antiguos timbales marca el paso del rebaño hacia un pasado viscoso y ancestral, SHPUN parecen haber viajado en la máquina del tiempo para regresar al futuro y recuperar la esencia de la modernidad musical bañándose en las fuentes del rock y el punk. De este modo, con apenas dos sencillos publicados, “El palomar” y “Puto cantautor”, el cuarteto formado por Salva a la batería, Peps al bajo y Germán y Abel a las guitarras ha irrumpido en el momento justo para cambiar el rumbo de la evasión, evitar el siniestro total y rescatarnos -a más de uno- de la plataforma de suicidio de oídos.