Acostumbrados a verlos tocar en casa arropados por su público más fiel -ese que los ha seguido desde el año 2000 y que ha celebrado cada uno de sus éxitos como propio-, este pasado sábado nos acercamos al escenario principal del San San con el objeto de tomar distancia –concretamente, la que separa Benicasim de Murcia- para contemplar con mayor perspectiva y dar cuenta como no lo habíamos hecho antes de un concierto de Second.
Así, abriendo bien los ojos para no perder detalle de cuanto ocurriera durante el que estaba anunciado como el concierto más importante del sábado junto al de Kaiser Chiefs, lo primero que podríamos constatar sería la gran expectación que se iba a generar en torno a Second cuando observamos cómo desde los instantes previos al comienzo de su actuación una multitud de más de siete mil personas tomó la gran explanada central del recinto.
Poco más adelante, con todo listo y cumpliendo con el horario previsto, el quinteto murciano arrancaría su espectáculo pisando a fondo el acelerador interpretado tres temas -Nueva sensación, Primera vez y 2502- que, sucediéndose como meditados y precisos golpes destinados a no dejar quieto a nadie, pondrían, efectivamente, a cantar y a bailar a los presentes desde el primer minuto.
Entonces, con la banda entregándose en cada acorde y Sean Frutos haciendo kilómetros sin parar sobre el escenario, comenzarían a alternarse composiciones rápidas y directas como Muérdeme, Psicopático o Las serpientes con una selección de baladas como Pueblo submarino, La distancia no es velocidad por tiempo o Nivel inexperto que, sonando en los momentos precisos, permitirían a unos y a otros recuperar el aliento.
Sin tiempo que perder y encarando ya el último tercio de la actuación, el ritmo del concierto, lejos de atenuarse, alcanzaría uno de sus picos de mayor intensidad cuando fue interpretada la frenética Rodamos, canción a la que le seguiría la dulce y sincera N.A.D.A. poco antes de que el recital concluyera por todo lo alto con la emocionante y rotunda Rincón exquisito.
Finalmente, alejándonos despacio de las inmediaciones del escenario con la sensación, pocas veces experimentada, de haber presenciado un espectáculo perfecto tanto en su concepción como en su desarrollo, dejamos atrás la gran explanada principal del San San aplaudiendo a Second no solo por el concierto ofrecido, sino también por haber sido capaces –paso a paso y sin tomar atajos- de superarse en cada disco hasta llegar a ser una de las bandas más sólidas, reclamadas e importantes de España.
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