Noche memorable, la que pudo vivirse ayer en el estadio Sánchez Cánovas de Molina de Segura. La décima edición del Bside Festival llegaba a su día grande con un cartel de lujo encabezado por Love of Lesbian, quizá la banda de mayor repercusión nacional de los últimos años, y con las actuaciones de Dorian y León Benavente como principales reclamos.
El ambiente festivo y festivalero tomó desde las 20:00h los alrededores del campo de fútbol gracias a las más de 5000 personas que, sobre todo desde Murcia y Molina, fueron llegando en un goteo constante de coches, autobuses y largas caminatas en grupo. Este respaldo del público es, sin duda, el que ha permitido a esta cita musical consolidarse y permanecer vigente en torno a carteles basados en la difusión de los principales y más importantes grupos de la nueva escena española.
En el calor de la noche molinense, los encargados de abrir el fuego musical fueron León Benavente, una banda que, formada por los músicos que acompañaban habitualmente a Nacho Vegas, brindó un concierto animado e interesante en el que pudimos constatar su buen momento y su estado de pleno crecimiento. Mientras el público seguía llegando, y saliendo, y paseando, y cantando, y bailando, y bebiendo, y saltando, y riendo a veces sin prestar demasiada atención a lo que ocurría en el escenario, llegó el turno de Black English, una formación cuyo espectáculo sirvió para muchos de descanso, calentamiento y preparación de cara a lo que habría de venir después.
El gran momento del festival tuvo lugar a partir de las 23:45h, hora en la que dio comienzo el concierto de Love of Lesbian. Los catalanes concentraron la mayor acumulación de público y atención de la noche en torno a la presentación de su gira “El poder de la tijera”. Sobre un escenario en el que destacaban cuatro grandes pantallas LED al fondo, la banda arrancó su espectáculo con Amante Guisante y pronto comenzó a desgranar un repertorio que dio especial protagonismo a sus temas más conocidos. Así, clásicos como Si tú me dices Ben yo digo Aflleck, Belice, Pizzigatos, 199, Incendios de nieve, Me amo sonaron junto a los nuevos Manifiesto delirista y Mal Español.
La velada fue de menos a más y los ánimos fueron en aumento. El anuncio de que el grupo habría de tocar algunos minutos más por “culpa” de un imprevisto en el programa del festival, terminó por entregar al respetable. Los bises fueron para El club de fans de John Boy, Algunas Plantas y Fantástico, canciones que llevaron a la apoteosis al público y lograron poner el punto final a un espectáculo lleno de animación y energía que duró más de una hora y media.
Después de Love fue el turno de Dorian, uno de los grupos con más proyección del panorama nacional. Los barceloneses, aún jóvenes, pero ya con cuatro álbumes publicados, desplegaron sus melodías electrónicas y sus letras evocadoras confiando a su trilogía de canciones La mañana herida, Paraísos artificiales y Tormentas de arena, el buen desarrollo de la velada. Definitivamente estos tres temas junto con Cualquier otra parte fueron los platos más fuertes de esta actuación.
Así, sobre un escenario decorado de manera austera y futurista, el elegante Marc y su banda terminaron convenciendo a las más de 2000 personas que aún seguían concentradas alrededor del escenario sobre las 2:30h. Las alusiones a Gustavo Cerati y a Radio Futura se convirtieron en auténticos argumentos de autoridad que confirmaron el buen gusto y la sólida formación de esta banda. El concierto avanzó con el telón de fondo de su último disco, La velocidad del vacío, a través de temas como Los placeres efímeros, Arde sobre mojado, Soda Estéreo y Los amigos que perdí, que sirvió para poner la guinda a la hora escasa de buena música que Dorian brindó a todos los asistentes.
Finalmente, sobre las 3:30h se acabaron las actuaciones de los grupos de música sobre el escenario del estadio Sánchez Cánovas de Molina. En definitiva, fue una noche para el recuerdo y para la esperanza gracias a la buena salud de la que goza la música hecha en nuestro país. En definitiva, fue una noche para dar las gracias a los grupos por seguir creyendo en ellos mismos, a los promotores por seguir apostando, y a todos esos “raros” del público porque seguir respaldando masivamente nuestra música.