Este pasado martes, sobre un escenario a pie de calle que cortó la Avenida Infante Juan Manuel, se presentó en Murcia Pike Cavalero para celebrar el día de la Constitución brindando un concierto que inundó el sur de la ciudad de rock and roll, blues, rockabilly y country. Es decir, todo un abanico de ritmos clásicos que hicieron las delicias de los amantes de la música más pura, salvaje y elegante acuñada en Estados Unidos en la década de los 50.
Así, mirando hacia atrás para definir su estilo personal rescatando lo mejor de una época crucial para la música contemporánea, Cavalero haría acto de presencia a eso de las 16:00h ante un público numeroso y variopinto que unió, al calor de la fiesta popular, a familias con niños, jóvenes, mayores, curiosos y, por supuesto, muchos pero que muchos rockeros de empinados tupés, frondosas patillas, ceñidos vaqueros y brillantes cazadoras de cuero negro.
Comenzado el espectáculo, con el cuarteto pisando el acelerador a fondo para poner a bailar a todos desde los compases iniciales, Pike trazaría con mano firme las líneas de un repertorio que serviría para presentar las canciones de “Sin miedo a volar”, su más reciente disco, pero sin olvidarse de repasar los temas más destacados de sus dos primeros LPs: “Just a matter of manners” -editado en 2011 junto a su primitiva banda, The gentle bandoleros- y “Torro” -que vio la luz en 2014-.
De este modo, aún con las canciones del brillante “Torro” en el recuerdo tras el paso de Cavalero por el Festival Lemon Pop de Murcia en septiembre de 2015, las nuevas composiciones de “Sin miedo a volar” –primer disco del cantante cartagenero escrito íntegramente en español- se desplegarían con la misma energía instrumental que las antiguas, pero aportando el inestimable plus de que las letras pudieran ser entendidas, asimiladas y cantadas al instante por la totalidad del público.
En consecuencia, dando el protagonismo que se merecía a su último disco mediante la interpretación de temas como A cualquier lugar, Ahora que lo tienes, Me siento azul, Cuando caiga la noche, o Rumbo a lo incierto, también serían constantes los guiños a sus anteriores trabajos de estudio gracias a canciones como Crazy train boogie, Twistin´ little baby, Let´s get this chicken fried o Black hearts club con los que Pike Cavalero completó dos tercios de concierto a un ritmo verdaderamente frenético.
Ya en el último tercio, encarando la que habría de ser la recta final del espectáculo, Pike daría entrada a distintas versiones con las que rindió homenaje a figuras como George Jones o Bruno Lomas, indiscutible pionero del rock and roll en nuestro país. De esta manera, culminando por todo lo alto un concierto que resultó fulgurante, divertido y variado, Cavalero terminaría de meterse en el bolsillo a un público que, como hace poco más de un año en el Parque Fofó, lo despidió nuevamente entre aplausos.