Sobre la cubierta de ese barco de piedra centenario que es el museo hidráulico de Los Molinos del Río, este sábado por la noche dejamos volar nuestra imaginación para recorrer el camino que discurre entre Sonseca y Mazarambroz silbando algunas de las antiguas melodías populares que el dúo toledano Milo ke Mandarini editó durante el pasado 2016 en su aplaudido primer trabajo de estudio, “La vereda de la gitana”.
Así, a las doce de la noche y con la terraza del recinto rebosando de público, Isabel Marín y Carlos Ramírez, convertidos en cuarteto gracias al acompañamiento de Miriam Encinas y Christos Barbas, arrancarían su esperado recital haciendo sonar Puncha, puncha; emocionante tema de origen sefardí que, como un largo y dulce lamento de amor, serviría para soltar amarras e iniciar la singladura musical por el río Segura.
Entonces, con las luces del puente de los Peligros danzando ya sobre las ondas al son del yaylı tanbur, Milo ke Mandarini interpretaría dos piezas de honda raigambre hispánica como la deliciosa jota castellana Ru con el ru o el cuidado charro salmantino La molinera. En rigor, dos canciones que, reescritas y revisadas instrumentalmente por este cuarteto, transmitirían delicadas resonancias orientales de ascendencia medieval.
Desembocando en ese Mediterráneo al que vierte sus aguas el Segura y que fue punto de encuentro entre pueblos desde la Antigüedad clásica, recorreríamos países como Turquía, Grecia e incluso Bulgaria para, finalmente, concluir nuestra travesía fondeando de nuevo junto a la murciana Glorieta de España convencidos de que nadie podría jamás comprender ninguna cultura si no es en relación y contacto con otras.
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