Si es cierto, como dicen, que la fe puede mover montañas, en el caso concreto del fútbol, lo cierto y seguro es que puede hacer que se marquen goles y se alcancen victorias tan increíbles y milagrosas como la que esta tarde logró el UCAM, cumplido el minuto 90 de partido, por mediación de uno de sus jugadores franquicia, Isi Ros.
Sin embargo, más allá del estallido final que provocó el gol in extremis del delantero azulón, lo cierto es que el triunfo que esta tarde obtuvo el UCAM en casa más que fruto de la suerte fue consecuencia del buen trabajo colectivo que desarrolló durante todo el encuentro. De hecho, si no hubiera sido por la sorprendente cantidad de ocasiones claras que marró el equipo que dirige Lluís Planagumá, bien podría haberse dado una victoria mucho más holgada, y mucho menos sufrida.
Y es que pronto, durante los primeros compases del choque, ya el UCAM comenzaría a avisar de sus intenciones a su rival con ataques eléctricos y llenos de peligro que, no obstante, no llegaron a culminarse. Poco más adelante, sobre el 15´de la primera mitad, el panorama parecería cambiar y serían los insulares de Las Palmas Atlético los que irían poco a poco haciéndose con el dominio del esférico. Esférico, eso sí, que no llegarían a inquietar la meta azulona defendida por Germán.
En este sentido, aunque los canarios se harían con el dominio del balón, lo cierto es que sería el equipo murciano el que, por mediación de David López y Kitoko en el medular y Marc Fernández y Arturo en vanguardia, crearía las ocasiones más claras de gol. Así, en el 35´, y a la salida de un córner en el que un balón llovido fue violentamente empalmado en dos ocasiones por David López para fusilar al portero Josep, el UCAM obtendría el premio a su constancia anotándose el primero de la tarde.
Desde el gol, y hasta el descanso, la película no cambiaría y los universitarios del UCAM seguirían tentando a la suerte casi siempre por medio de su delantero centro Arturo, tan trabajador como desacertado en el día de hoy. Ya en la segunda mitad y a pesar de las buenas impresiones transmitidas en el primer acto, el UCAM se vería sorprendido en el minuto 10 al completar Expósito una preciosa jugada en la que, yéndose de cuantos rivales le salieron al paso, batió de disparo ajustado a Germán.
Con la igualada, llegarían los peores momentos del partido para un UCAM que comenzaría a mostrarse inseguro en defensa y espeso en el centro del campo. De hecho, a pesar de que no cejaría en su empeño de hacerse con la victoria, serían los visitantes los que la acariciarían en el 89´gracias a un potente disparo cruzado. Sin embargo, los jugadores del UCAM, lejos de conformarse llegado el 90´con salvar un punto, echarían el resto para conseguir una victoria tan justa como épica tras una falta botada por Góngora y remachada a la red por Isi.