Espléndida noche la del jueves, ya que en una semana grande en lo musical en Murcia tuvo lugar el esperado concierto de Vetusta Morla. El grupo madrileño, con su gira recién comenzada de su nuevo álbum "Mismo sitio, distinto lugar", hacía una parada en la capital del Segura.
Así que nos acercamos al recinto de La Fica, precisamente el escenario que era el mismo sitio y lugar donde ofrecieron un inolvidable concierto en el antiguo SOS 4.8, que ya lucía preparado para albergar el recién bautizado este año como WARM UP el fin de semana.
Se hacía raro que el concierto se celebrase el jueves en vez de dentro del fin de semana del festival, pero dio la oportunidad de disfrutar al máximo de los vetustos en un show de dos horas en el que pudieron presentar todos sus nuevos temas sin dejar de lado gran parte de sus clásicos.
De este modo, tras la espera con un comprometido mensaje feminista de “Solo sí es sí” sobre el escenario, que más tarde remarcarían en su actuación, saltaron los madrileños al escenario con la preciosa balada Mismo sitio, distinto lugar, que da título al nuevo álbum.
Tras ella, prosiguieron con la presentación de más canciones nuevas del disco como la sugerente Deséame suerte, El discurso del rey o la movida Palmeras en La Mancha, hasta llegar a Golpe Maestro, donde el público se vino arriba por primera vez durante la noche.
Prosiguieron el recital con algunos temas de su anterior álbum "La deriva", como La mosca en tu pared o Pirómanos, hasta pasar los grandes hits de Maldita dulzura o Copenhage, que hicieron las delicias de un entregado respetable.
Más adelante, volvieron a visitar algunos de sus temas nuevos en un momento de lo más íntimo del concierto con la profunda Guerra civil, la pegadiza La vieja escuela, la balada conmovedora 23 de junio, o la delicadeza de Punto sin retorno.
Ya en la recta final, habría tiempo para los saltos del público con sus clásicas Sálvese quien pueda y Valiente, y con el single de su último trabajo Te lo digo a ti, a la que sumaría la también nueva Consejo de sabios, para poner el broche de oro a una inmejorable noche que concluiría con El hombre del saco y Los días raros.