Me levanté temprano uno de esos días en los que me apetecía descubrir, capturar nuevas calles y nuevas sensaciones. Murcia tiene de ambas cosas. Camino por el barrio de Santa Eulalia y veo el cartel de un nuevo local: Savoury; Una tetería, regentada por Manuel, con el buen gusto del local que mezcla elegantes perfumes con libros y tienda de infusiones varias. El lujo de este sitio es que también programa música en directo, hoy viene a visitar la ciudad el cartagenero David Eme. Otro descubrimiento.
Este músico, abrasado en centenares de escenarios de todo el país, está en plena presentación de su segundo disco "El idioma de los perros" (Simpatía Records, 2017). Normalmente acompañado por Javier Moya, la baja a última hora de éste le obliga realizar su show con la única compañía de guitarra y armónica. Con Savoury casi al completo, comienza el concierto.
Abre con Después del incendio. Se presenta y afirma: "Qué gusto tocar en familia. Porque en la música todos somos una familia". Suena Fin de la fiesta y A cada paso; esta canción abre su nuevo álbum y habla de los cantautores golfos que patean escenarios. David Eme realiza un concierto diferente, cuenta con la participación auditiva del público desde el principio. Habla con los asistentes como si fueran amigos de siempre y logra que haya una unión pocas veces vista.
Regresa a las canciones con Cuando llegue el invierno; mezcla de balada folk y blues. Comenta que echa de menos el acompañamiento de Javier Moya, porque aquí hubiera parecido su guitarra solista. Pero el público está disfrutando tanto que ese detalle inesperado se subsana con el trabajo de Eme sobre el escenario.
Es el momento de mirar atrás, recordando a su anterior banda, Claxon. Y rescata de esa época el tema Hilos rojos. Casi sin coger aire versión de Está lloviendo, de Pereza; Chester 7/11, de Quique González y la clásica mexicana Pa´ todo el año, dedicada a María Dolores Pradera.
Sube entonces una invitada, Mar de fondo. Juntos ofrecen Sin canción para Isabel; dulce tema a dos voces, que irradia valentía y luminosidad por cada uno de sus acordes. Con un público entregado pidiendo más, suelta Amor y carretera y Oh María.
Promete volver tras el verano por las calles y los locales de Murcia. Con el regusto de una buena noche, regreso casa y me digo que Savoury y David Eme han sido un gran descubrimiento. Ambos perfectos para repetir.