Hubo un tiempo en la ciudad de Murcia en el que existía el arte en los bares. Casi en cada calle había un local en el que disfrutar de música en directo, exposiciones, poesía, teatro. La oferta cultural era tan grande como las ganas que había por disfrutar de todo aquello. Pero el tiempo fue pasando intratable, haciendo que las normativas se endurecieran, que la gente se desencantara y los locales cerraran. Poco a poco han ido desapareciendo míticos lugares de reunión y concordia creativa. Pero entre toda esa amalgama de destrucción artística, resiste El Sur.
Regentado a las mil maravillas por Israel, en la barra del bar te puedes codear a diario con escritores, filósofos, músicos o poetas. El pasado jueves sólo fue momento de disfrutar de la poesía en directo, de poemas recitados en un nuevo evento cultural.
El recitador Alfonso Paso ofreció su recital poético llamado "Abre las puertas". En esta ocasión, la fortuna de ver a Paso interpretar sus poemas es absoluta, pues mezcla interpretación y poesía a partes iguales, lo que le da un carácter más cercano y atrayente.
Tal y como dice uno de sus más aclamados poemas "Soy escritor porque el planeta necesita trovadores, poetas que te recuerden donde está situada la belleza, donde eres, donde sientes. [...] Soy escritor porque he sacrificado demasiado por serlo, como para no serlo". Y en eso está. Compartió con los presentes su poesía narrativa. En ella no hay cabida para la pena y la tristeza, intentando desmentir todos los tópicos de la poesía.
Es de agradecer que existan sitios como El Sur, en el que se programen espectáculos como el que nos ofreció Paso. Un poeta que recita por el placer de recitar, con una poesía vitalista. Más de veinte años en el mundo de la interpretación y la poesía le avalan sobre unas tablas que son, casi, su hogar.
Alfonso Paso presentaba "Ama-gi" un recopilatorio de sus poemas. Pero no presentaba libro alguno. "Es que nunca he enviado nada a ninguna editorial. Por eso no tengo publicado ningún libro", me confesó antes de empezar su recital. Y esa magia del poeta auténtico lo transmite en su lectura, en su recitar, en su ofrecimiento de la creación al público. Quedan pocos como él y es una obligación de todos cuidarlo y apoyarlo en su deseo de enseñar lo que lleva dentro. Un trovador viajero que bebe de la vitalidad para evitar el dolor y las penas, es un rapsoda versista capaz de emocionar en cada verso, es un contador de realidades más allá de la realidad.