A veces suele ocurrir que, arrastrados por el tráfago mundano que convierte nuestras vidas en una frenética sucesión de días semejantes, la gran mayoría de los mortales podemos llegar a perder la perspectiva del momento de la historia y del lugar del mundo en los que habitamos y en los que, sólo a veces, vivimos. Pues bien, este pasado sábado sí que tuvimos ocasión de disfrutar, gracias al concierto que ofreció Spyros Kaniaris en la terraza de los Molinos del Río, de uno de esos momentos de paz y armonía tan propicios para recobrar esa perspectiva temporal y espacial olvidada entre el ajetreo de las prisas y los días.
Y es que el concierto que brindó en Murcia este griego afincado en Valencia, licenciado en guitarra clásica, multiinstrumentista, colaborador de la BBC y de Radio 3, artesano sonidos tradicionales y arqueólogo de música popular, fue realmente memorable. De hecho, más que un concierto, lo que ofreció Spyros, flanqueado por Chello Romero y F. Depiaggi, fue una clase magistral en la cual pudimos viajar, a través del folclore, por la historia de la Grecia continental e insular y las regiones próximas al Mar Negro para terminar encontrándonos en una preciosa noche de primavera en la Murcia de principios del siglo XXI.
Así, a lo largo de la velada, que duraría algo más de una hora, tuvimos oportunidad de dejarnos embriagar por las dulces melodías que, sin ningún canto que las menoscabase, fueron desgranando de manera impecable estos tres excelentes músicos a base de percusiones, cuerdas y vientos. También, especialmente destacables y acertadas fueron las explicaciones que, en perfecto español, introdujo Spyros entre tema y tema para que el público pudiese conocer los orígenes de las piezas y, de esa forma, siguiese con mayor implicación el desarrollo del evento. Además, si a todo esto le sumamos los guiños al mundo del cine con los que el músico fue salpicando su repertorio, y que tuvieron en las interpretaciones de Zorba el griego o Misirlou sus hitos más reconocibles, podremos hacernos una idea bastante aproximada de las razones por las que el concierto de Spyros Kaniaris fue un gran concierto y mucho más que un concierto.