La copla llenará de arte el Auditorio de La Alberca
Este próximo viernes, día 27, el Auditorio de La Alberca se vestirá de gala para dar la bienvenida a “Viva la copla… ¡Y olé!”; espectáculo musical concebido por la Asociación Cultural Arco de Triunfo para rendir homenaje a las mejores voces y piezas que dio el género a lo largo del siglo XX.
Así, dispuestas a hacer las delicias de los amantes de la copla evocando a nombres de la talla de Rocío Jurado, Marifé de Triana o Lola Flores, tres serán las cantantes que se subirán al escenario murciano a eso de las 21:00h: Marisol Segura, Carmen Murcia y Fátima Payá. En rigor, tres artistas que protagonizarán una velada que promete emociones fuertes.
La primera de ellas –Marisol, “La emperaora”- es una artista lorquina muy querida y reconocida tanto dentro como fuera de la Región. De hecho, posee una prolífica trayectoria formada por nueve discos de estudio en los que ha dejado constancia de su buen hacer no solo como cantante, sino también como compositora de saetas, baladas, rumbas, fandangos, colombianas o sevillanas.
La segunda del cartel –Carmen- a pesar de su juventud lleva veinticinco años subida a los escenarios haciendo disfrutar al público con su voz. No en vano, a lo largo de su dilatada carrera ha compartido tablas con artistas como Manolo Escobar, José el Francés, Cantores de Híspalis o Francisco entre otros, y, además, ha cosechado premios por toda España y protagonizado numerosas galas televisivas.
La tercera del elenco –Fátima- es de origen alicantino. Con tan sólo catorce años se instaló en Madrid para formarse musicalmente mientras adquiría una gran experiencia actuando en las salas de la capital. Habitual en programas televisivos especializados, la cantante ha grabado seis discos y ha compartido recitales con grandes nombres como Juanito Valderrama, Rafael Farina, Perlita de Huelva o Lolita.
De este modo, recordando a los interesados que el precio de las entradas para el evento oscila entre los 10€ de la venta anticipada y los 12€ de la taquilla, solo queda concluir, como merece la ocasión, exclamando: “¡Viva la copla!”