En la noche de ayer, a eso de las 22:30h, sobre un escenario en el que cada detalle fue cuidado con esmero, frente a las cámaras de la televisión regional como testigos de excepción, y, sobre todo, ante un público que respondió generosamente a pesar de ser jueves, Carlos Vudú regresó a Murcia -al Café de Alba- traído por la gira de presentación de Gigantes, su aplaudido segundo álbum que le ha llevado a dar la vuelta a España en 18 conciertos.
Y, si el título con el que el reconocido compositor murciano bautizó esta gira fue La Intimidad de las Bestias, anoche, ciertamente, no pudimos encontrar una expresión más adecuada para referirnos al espectáculo que nos habría de ofrecer: primero, porque fue en clave sonora íntima como se interpretaron los temas del recital; y segundo, porque con el término bestias bien podríamos calificar la talla musical, no sólo de Carlos Vudú, sino también de Pedro Alberto Teruel a la guitarra y Lucas Albadalejo al piano.
Por ello, conociendo la trayectoria del señor Vudú y la categoría de los amigos con los que se junta, prácticamente desde el inicio del concierto lo único que tuvimos que hacer fue disfrutar de la velada sin perder detalle de cuanto ocurriera en ella. Y ya con los instrumentos vibrando, lo que aconteció fue que todo empezó con Arena y sal, suave balada que sonó especialmente cálida y cercana; Gigantes, primer sencillo extraído del mencionado disco homónimo; Agua turbia, que destaca por su crítica e incisiva letra; y Un invierno sin abrigo, medio tiempo reflexivo de aire folk.
Mas adelante, tras las cuatro canciones extraídas de Gigantes con las que arrancó el recital, comenzaron a alternarse las de este álbum con las del anterior, Cartas Marcadas. Y así fueron sucediéndose temas como Malas intenciones, Ha vuelto el petirrojo, El aspirante, Cuentas pendientes o Tratados de soledad para desarrollar un cuerpo central de concierto que resultó verdaderamente rico y variado, no solo por la mezcla de los ritmos, sino también por la variedad instrumental con la que los músicos supieron dotar a cada canción de tonos y matices distintos.
Ya para afrontar la recta final de la noche, el Clan Jukebox haría sonar la potente Rock and roll de las cloacas, la ganadora Cartas marcadas, o la rabiosa Mira donde estoy, con el fin de hacer subir el ritmo y acabar por todo lo alto un concierto en el que pudimos ver y escuchar una completa muestra de lo que es capaz de ofrecer en clave íntima una de las mejores bandas de rock que tenemos, no solo en Murcia, sino en España.
Así, después de lo visto y oído en la noche de ayer, más que desear suerte a Carlos Vudú para que el gran público lo llegue a conocer, quizá lo que cabría es despedir esta crónica deseando suerte al gran público para que llegue a conocer a este músico y a su Clan Jukebox, un músico y una banda de los que solo cabe disfrutar.
Comments
Mil gracias
Amigo mil gracias, que pasada, quedas nombrado cronista oficial de los conciertos del cafe de alba, un abrazo