Volviendo a ver anunciado en lo alto del cartel el nombre de “The Meatpies”, cinco años después fueron cientos los fieles que no dudaron en cruzar el umbral de la Sala REM este pasado viernes para adentrarse, con más alegría que nostalgia, en una noche que prometía unir pretérito y futuro al calor de un concierto triple donde el tiempo presente lo conjugarían las dos bandas nacidas de aquella: Ruto Neón y Goblin Circus.
Así, a eso de las 21:40h y ante un público ya concentrado en estimable número, Ruto Neón -dúo formado por Bruno Laencina y José Antonio García- haría su aparición para ofrecer un recital que contaría con dos partes bien distintas: la primera, con ellos solos sobre las tablas, dominada por los medios tiempos y las melodías calmadas de temas como “La reina del Nilo”, “Madrid” o “Vuela”; y, la segunda, reforzados con Pablo Karmacadabra al bajo y Bruno transformado en conejo hambriento de escenario, mucho más movida gracias a canciones como “Sana, sana”, de Nathy Peluso, que sonaría demoledora, “El principio del final”, elegante tema disco de corte setentero ideal para romper a bailar, o su más reciente sencillo, “Eres mi BB”, con el que Ruto Neón se despediría por todo lo alto, e incluso a hombros, de un respetable que acabaría rendido a la versatilidad de una propuesta poliédrica capaz de aunar con solvencia estilos tan diversos como el funk, el pop, el reggae, el hip-hop, la música disco, o la canción de autor.
A continuación, superadas las 22:30h y con los Goblin Circus formando con Álvaro Sánchez en la batería, Pedro Hernández en el piano, Jaime Leiva a la guitarra, JuanPe Jiménez en la voz y la guitarra, y el omnipresente Pablo Karmacadabra al bajo, el segundo concierto de la velada arrancaría con fiereza y determinación de la mano de temas como “Circus rift”, “Creepy monster” o “Glass of milk” con los que los diabólicos Goblins tratarían de someter por la vía rápida a los asistentes arañándolos y mordiéndolos con profundas dentelladas colmadas de rock psicodélico, indie y punk. Entonces, guiados por un JuanPe Jiménez que luciría en todo momento enroscada su boa de plumas rosas e iluminados por los punteos siempre ganadores de Leiva, los Goblin encararían la recta final de su concierto pisando el acelerador de su frenético “Coche eléctrico” para poner a bailar e invitar a cantar a un público que respondería exaltado, y que repetiría más adelante sumándose nuevamente en la interpretación de la ya postrera “Soy un bicho”.
Finalmente, con las manecillas del reloj señalando las 23:20h y los cinco miembros originales -Bruno, JuanPe, Álvaro, Jaime y Pedro- prestos en sus instrumentos como en los viejos tiempos, daría comienzo el más especial de los conciertos de la noche, que fue el que reuniría a los extintos The Meatpies para celebrar el décimo aniversario de su primera actuación en vivo. De esta forma, brindando un recital cargado de guiños a una etapa dorada, que ante todo fue una vibrante escuela de vida y de arte, los cinco amigos repasarían su trayectoria conjunta sacando brillo a temas tan celebrados como “Ready for you”, “25 express”, “Dance and swing”, “With the wind” o “My own star”. En rigor, una colección de canciones con las que cinco chavales cumplieron su sueño de tener una banda de rock y que hoy, cantadas con la serena emoción del que rememora su primer amor, ya lucen detrás como las huellas que señalan el camino que, por más que sea grato de recordar, no se ha de volver a pisar.
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