Ruto Neón
El Festival Big Up! señala en las calles el camino del reencuentro
Encontrar y reencontrarse, conocer y reconocerse -a uno mismo y a los demás- alrededor de un concierto en una plaza más o en un rincón con encanto al que llegar puntual caminando a través de una ruta marcada en el plano de la ciudad. Esa es la magia del Festival Big Up! Calles, que este pasado sábado volvió a desplegarse en Murcia para alumbrar nuevamente, y tras tres ediciones ausente, el talento emergente.
Así, con el recuerdo todavía latente de su última vez, que fue en 2019 y tuvo en Arde Bogotá su más certero descubrimiento, por fin este 21 de octubre el Festival Big Up! regresó a las calles de Murcia dispuesto a recuperar el tiempo perdido y retomar la senda iniciada en 2013. Por eso, sería muy pronto, a las 17:00h, cuando comenzaría la fiesta a orillas de un paseo del Malecón todavía inflamado por los rayos de sol poniente.
De esta forma, al abrigo de La Casa Vieja y al fondo de su patio, donde los comensales del restaurante aún disfrutaban plácidamente de la sobremesa, sería la joven banda murciana Amor Tempura la encargada de abrir el festival ofreciendo un sugerente recital en el que las melodías sinuosas y sensuales de temas como “Postales”, “Tu cuerpo y el mío” o “Pa que estemos bien” se convertirían en contagiosas piezas de corte pop y funk interpretadas por Pedro Márnez con el estilo y el descaro precisos.
Más adelante, a las 17:25h, Evve sería el que tomaría el testigo para demostrar por qué con apenas un año de existencia este dúo formado por Bienve Campoy y Evelin Piñero ya es reconocido como una de las propuestas musicales de mayor empaque en la nueva escena regional. No en vano, haciendo sonar canciones como “Dices”, “Farándula” o “Mañana” la banda lograría captar la atención del respetable con su evocador pop onírico cuyo primer hito en forma de EP verá la luz este viernes.
Concluidos los dos conciertos de la primera etapa, los pasos del Big Up! se encaminarían a la Plaza de la Paja, donde el festival encontró un espacio mucho más apropiado para acoger a un público amplio y numeroso. Ante él y arropado por una cuidada puesta en escena se presentaría Ruto Neón; proyecto psicodélico encabezado por Bruno Laencina que, a pesar de no gozar en el acústico de su hábitat más favorable, sería capaz de adaptarse al medio para brindar un estimable recital en el que sobresaldrían temas como “Madrid”, “Tu herida” o “El principio del final”.
A continuación, magníficamente acompañada por una banda de rotunda sonoridad flamenca en la que destacaría la presencia de Río Viré, la artista cartagenera Noa Caleo brindaría un concierto pleno de hondura y sentimiento en el que, a través de su voz templada y cristalina, resplandecería el cálido intimismo de unas letras transparentes que tendrían en ese bendito regalo que es la cotidianidad su principal fuente de inspiración. Así, coreando piezas como “No me acuerdo”, “Lejos de ti” o “Mi palmera”, el público acabaría deshaciéndose en aplausos a Noa y los suyos.
Encarando a eso de las 19:30h su última parada musical, la ruta del Big Up! se dejaría llevar por la corriente del Segura hasta arribar suavemente a los Molinos del Río, a cuyo amparo tendrían lugar los dos recitales finales de la jornada: el del navarro Javi Robles y el de la banda madrileña Ladmiro. En rigor, dos propuestas bien opuestas que no harían sino mostrar la variedad y la riqueza que existe a la hora de afrontar, entender y sentir la música popular.
El primero, Javi Robles -aguerrido cantautor rock que, armado solo con su guitarra acústica y su voz, es capaz de conquistar tanto al público de pequeñas salas como al de grandes eventos-, no tardaría en mostrar sus virtudes como músico de raza para llenar con su canto desgarrado un espacio centenario que terminaría haciendo suyo. Así, superada la furiosa “Niño loco”, el joven navarro alternaría composiciones animadas y pegadizas con vocación de hit, como “Borracha, pero buena muchacha” o “Poco bebo para el año que llevo”, con otras mucho más pausadas y sentidas, como “Aunque tú ya no estés”.
Los segundos, Ladmiro -banda de pop-rock curtida en el circuito madrileño e integrada por David Martínez (voz y guitarra), Lucas (bajo), Delti (guitarra) y Álex (batería)-, exhibirían su contrastada solvencia en directo combinando acertadamente cuidadas baladas pop, como “Maniquí” o “Sueño y realidad”, con temas mucho más rockeros en los que las guitarras eléctricas impondrían su ley, como en “Sudor”, para acabar poniéndole la guinda a una bonita jornada donde la música volvería a sonar en las calles murcianas de la mano del Big Up! para marcar el lugar del reencuentro entre músicos, profesionales y público.
Ruto Neón y Goblin Circus celebran el legado de The Meatpies mirando al futuro
Volviendo a ver anunciado en lo alto del cartel el nombre de “The Meatpies”, cinco años después fueron cientos los fieles que no dudaron en cruzar el umbral de la Sala REM este pasado viernes para adentrarse, con más alegría que nostalgia, en una noche que prometía unir pretérito y futuro al calor de un concierto triple donde el tiempo presente lo conjugarían las dos bandas nacidas de aquella: Ruto Neón y Goblin Circus.
Así, a eso de las 21:40h y ante un público ya concentrado en estimable número, Ruto Neón -dúo formado por Bruno Laencina y José Antonio García- haría su aparición para ofrecer un recital que contaría con dos partes bien distintas: la primera, con ellos solos sobre las tablas, dominada por los medios tiempos y las melodías calmadas de temas como “La reina del Nilo”, “Madrid” o “Vuela”; y, la segunda, reforzados con Pablo Karmacadabra al bajo y Bruno transformado en conejo hambriento de escenario, mucho más movida gracias a canciones como “Sana, sana”, de Nathy Peluso, que sonaría demoledora, “El principio del final”, elegante tema disco de corte setentero ideal para romper a bailar, o su más reciente sencillo, “Eres mi BB”, con el que Ruto Neón se despediría por todo lo alto, e incluso a hombros, de un respetable que acabaría rendido a la versatilidad de una propuesta poliédrica capaz de aunar con solvencia estilos tan diversos como el funk, el pop, el reggae, el hip-hop, la música disco, o la canción de autor.
A continuación, superadas las 22:30h y con los Goblin Circus formando con Álvaro Sánchez en la batería, Pedro Hernández en el piano, Jaime Leiva a la guitarra, JuanPe Jiménez en la voz y la guitarra, y el omnipresente Pablo Karmacadabra al bajo, el segundo concierto de la velada arrancaría con fiereza y determinación de la mano de temas como “Circus rift”, “Creepy monster” o “Glass of milk” con los que los diabólicos Goblins tratarían de someter por la vía rápida a los asistentes arañándolos y mordiéndolos con profundas dentelladas colmadas de rock psicodélico, indie y punk. Entonces, guiados por un JuanPe Jiménez que luciría en todo momento enroscada su boa de plumas rosas e iluminados por los punteos siempre ganadores de Leiva, los Goblin encararían la recta final de su concierto pisando el acelerador de su frenético “Coche eléctrico” para poner a bailar e invitar a cantar a un público que respondería exaltado, y que repetiría más adelante sumándose nuevamente en la interpretación de la ya postrera “Soy un bicho”.
Finalmente, con las manecillas del reloj señalando las 23:20h y los cinco miembros originales -Bruno, JuanPe, Álvaro, Jaime y Pedro- prestos en sus instrumentos como en los viejos tiempos, daría comienzo el más especial de los conciertos de la noche, que fue el que reuniría a los extintos The Meatpies para celebrar el décimo aniversario de su primera actuación en vivo. De esta forma, brindando un recital cargado de guiños a una etapa dorada, que ante todo fue una vibrante escuela de vida y de arte, los cinco amigos repasarían su trayectoria conjunta sacando brillo a temas tan celebrados como “Ready for you”, “25 express”, “Dance and swing”, “With the wind” o “My own star”. En rigor, una colección de canciones con las que cinco chavales cumplieron su sueño de tener una banda de rock y que hoy, cantadas con la serena emoción del que rememora su primer amor, ya lucen detrás como las huellas que señalan el camino que, por más que sea grato de recordar, no se ha de volver a pisar.
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Ruto Neón despliega sus alas y "Vuela"
Ruto Neón, la banda murciana formada por Bruno Laencina y José Antonio García, vuelve a estar de estreno gracias al lanzamiento de “Vuela”; su último sencillo del año que, además, es su canción más sentida y desgarrada hasta la fecha.
Así, con la muerte como trasfondo, “Vuela” se adentra en la mente de una persona que afronta los últimos días de su vida para explorar la visión más oscura, pesimista y descarnada de un final sin consuelo ni esperanza en el que los postreros arrestos de energía se concentran en torno a un único mensaje articulado a voz en grito: “Vuela”.
De este modo, contando con la producción de Ruto Neón y Mario Vigara, la mezcla de Raúl de Lara y el mastering de Antonio Navarro, “Vuela” destaca por la íntima interpretación de Bruno, apenas acompañada por unos sintetizadores atmosféricos que sirven para transmitir toda la ternura y la desesperación que inspira la canción.