Este viernes, regresando a las calles para volver a tomar el pulso a esta Murcia que nunca deja de girar y luce ya en pleno diciembre engalanada de Navidad, caída la noche nuestros pasos se adentrarían en el corazón del barrio de Santa Eulalia hasta cruzar el umbral del Café Ítaca; mítico local literario y musical en el que desde hacía semanas, estaba programada la actuación de Susana Re.
Así, a las 21:45h y ante un público fiel que respondería a la llamada de la cantautora llenando con generosidad el recinto, Susana Re arrancaría el recital con su inseparable Gibson colgada al hombro interpretando Nada se detiene; delicioso medio tiempo pop que serviría para que la artista presentara ante los asistentes las credenciales de una carrera –la suya- que ha estado basada en el talento, la perseverancia, el coraje y la fe.
De este modo, escenificando que el movimiento se demuestra caminando, Susana Re se aplicaría en la ejecución de temas como Héroes o Demasiado tarde para completar un primer tercio de espectáculo que transcurriría con agilidad y rapidez. Más adelante, atravesando el ecuador de la velada, la cantautora acompasaría el ritmo de su recital para brindar canciones más marcadas por el compromiso social, como El espíritu de la tierra, Hijos del mundo perdido o ¿Dónde está la justicia?
A continuación, encarando la recta final del concierto, Re recurriría al rock sureño para pisar de nuevo el acelerador con Siguiendo la carretera; rotunda pieza tras la cual sonarían La felicidad y Mundos diferentes para ponerle la guinda, a eso de las 23:00h, a una velada que concluiría entre sonrisas y aplausos, y con el saludo de la cantautora a Ana Jiménez -la abuela de las vías-, que es uno de los rostros más reconocidos de la lucha por ese soterramiento que tanto ansía la ciudad de Murcia.