El Coruxo corta la racha triunfal del Real Murcia
Pinchazo doloroso e inesperado, el que ha sufrido esta tarde el Real Murcia en su estadio ante el Coruxo CF, un conjunto que, a pesar de estar instalado en la mitad de la tabla, ha sido capaz de hacer saltar la sorpresa imponiéndose en la Nueva Condomina con un solitario gol de penalti para desgracia de la sufrida afición murcianista, la cual en el día de hoy, y una vez más, volvía a acudir en número generoso a apoyar a su equipo.
Sin embargo, pese a lo duro del resultado, lo cierto es que el Real Murcia no arrancó nada mal el encuentro. Y es que los de Aira desde el inicio del choque se esmeraron por intentar plasmar sobre el césped la ilusión de alcanzar al Real Oviedo manifestada por su técnico a lo largo de la semana. Así, pronto los pimentoneros se hicieron con el dominio del esférico poniendo cerco a la portería defendida por Brais, aunque sin la profundidad deseada.
El Coruxo, por su parte, bien plantado atrás y ocupado sobre todo en achicar balones, lograba capear el temporal con suficiencia al tiempo que era capaz de lanzar algún zarpazo con el que avisar al Real Murcia de que no le habría de ser fácil conseguir su ansiada sexta victoria consecutiva. Y así, tras los acercamientos del activo Jairo, llegó una jugada en la que los locales reclamaron penalti sobre Oliva, pero también un disparo peligrosísimo a puerta por parte de los vigueses en una jugada aislada ya en el 30.
Cuando la primera parte entraba en sus últimos minutos, el Coruxo, en una nueva llegada al área pimentonera, conseguía sacar petróleo merced a un penalti cometido por Jairo y transformado en gol por Moscardo. Así, con el 0-1 campeando en el marcador desde el minuto 40 nos íbamos al descanso con la inquietud dibujada en los rostros de los aficionados grana, pero también con la esperanza de que Real Murcia fuera capaz de remontar, como ya había hecho 7 días atrás.
Si la primera parte había arrancado con un Real Murcia tratando de hacerse con la manija del partido, la segunda no lo hizo de diferente forma. Y es que los locales volvían a intentarlo una y otra vez, aunque adoleciendo de la falta de profundidad y de ideas que se le viene criticando con justicia al equipo durante toda la temporada. Por su parte, la bravura de los jugadores del Coruxo, que en algunas jugadas pudieron emplearse con excesiva dureza, era recriminada por la afición murcianista por considerarla excesiva.
Así, en el minuto 15 de la segunda mitad, en una de esas duras disputas por el balón caía lesionado Albiol, todo un seguro en los lanzamientos de córner y una baza muy importante en este sentido para el Murcia que se esfumaba para afrontar el tramo final del choque. Sin duda un mal presagio para una afición que comenzaba a considerar seriamente la posibilidad de cosechar una nueva derrota en la Nueva Condomina.
Tras la retirada forzada de Albiol el Real Murcia gozó de las dos jugadas más claras de gol que tendría en la segunda mitad; la primera de Álvarez, el cual, escorado tras sortear al portero, no acertó a alojar el balón en la meta visitante; y la segunda de Isi por medio de un excelente lanzamiento de falta que estuvo a punto de colarse por toda la escuadra. Sin duda dos magníficas oportunidades para haber logrado el empate, sin embargo, a partir de ahí el Murcia se fue diluyendo víctima de la frustración y el cansancio para acabar claudicando ante un rival que quizá sacó excesivo premio de la Nueva Condomina.
Fuera como fuere, lo cierto es que el Real Murcia perdió y tampoco se puede decir que los de Aira hoy hayan merecido mucho más. En un grupo tan igualado como el I de la Segunda B, los detalles, la suerte, o las jugadas aisladas pueden, y de hecho lo hacen, desnivelar el equilibrio de los resultados. Por eso no conviene rasgarse las vestiduras en exceso por este doloroso revés. La temporada es larga, el Murcia va a estar peleando hasta el final y, aunque puede perder contra cualquiera, también es cierto que, concentrado y motivado, puede ganar a cualquiera.