Breve Historia de los Teatros de Murcia (I)
A través del presente reportaje vamos a trazar un recorrido breve, pero lo más completo y preciso posible, sobre los distintos teatros que ha tenido la ciudad de Murcia a lo largo de su historia. Por medio de entregas, ofreceremos libremente una ruta de ensueño, cargada de historia y de leyenda, para que cualquier internauta que sea curioso e inquieto pueda dejarse llevar por la magia de los lugares desaparecidos y recrearse en la contemplación de los que aún permanecen activos. Por ello, con los ojos bien abiertos para la ocasión, entremos ya sin más dilación en la máquina del tiempo dispuestos a pasear por las calles de la ciudad para descubrir y disfrutar de la Murcia que se fue, pero sigue estando ahí.
Nuestro camino por la ciudad en busca de sus recintos teatrales no comienza en un lugar, sino en un tiempo, ya que fue durante el reinado de los Reyes Católicos, concretamente a finales del siglo XV, cuando las representaciones teatrales que se hacían en Murcia fueron ganando cierto nivel de organización, aunque todavía no se interpretaran por cómicos profesionales ni se realizaran en casas de comedias. Estas funciones, tal y como dice el profesor Juan Barceló Jiménez, se realizaban en retablos improvisados en las actuales calles de Trapería, Platería y en la actual plaza de Santo Domingo (antigua plaza del Mercado). Fue a partir del siglo XVI, cuando Murcia pudo empezar a disfrutar de las actuaciones de los primeros cómicos de oficio, aunque durante gran parte de este siglo estas representaciones tuvieran que continuar realizándose en carros y escenarios callejeros por carecer la ciudad de un local adecuado para tales menesteres.
Es a mediados del siglo XVI cuando comenzamos a tener noticias sobre los primeros locales dedicados al teatro en Murcia. El primer corral del que oímos hablar es el del Zoco o del Azoque, que recibió tal nombre por estar situado cerca de la puerta del Azoque, puerta que se halló en la confluencia de las actuales calles de Santa Teresa y San Nicolás. Podemos suponer que el edificio debió de ser muy rudimentario, sin embargo, a día de hoy resulta imposible fecharlo con precisión, reconstruirlo arquitectónicamente, o saber qué tipo de espectáculos se hicieron en él. Lo que sí sabemos es que el lugar existió hasta que, alrededor de 1742, el Obispo Belluga compró su solar para construir un asilo benéfico denominado Casa de Maternidad y Expósitos.
Panorámica actual de la confluencia de las calles Santa Teresa y San Nicolás, lugar donde antaño se levantó la Puerta de Azoque y en cuyas inmediaciones estuvo el Corral del mismo nombre.
Más adelante, dentro ya del periodo final del siglo XVI, nos vemos obligados a detener nuestro recorrido histórico a la altura del mítico teatro del Trinquete, el local que tradicionalmente ha ostentado el honor de ser considerado con propiedad como la primera casa de comedias que hubo en Murcia. Sin embargo, estudios recientes del profesor Rafael Sánchez Martínez parecen haber demostrado que tal teatro nunca existió en nuestra ciudad. En cualquier caso, para poder examinar adecuadamente esta auténtica “cuestión palpitante” de la historia teatral murciana, deberemos volver sobre ella con posterioridad, cuando dispongamos de más datos y mejor perspectiva. Por ahora diremos que, según la opinión generalizada entre los estudiosos de diferentes épocas, dicho teatro del Trinquete ya existiría hacia finales del XVI, estaría situado entre la plaza de Santa Catalina y el convento Madre de Dios, ocuparía un antiguo local donde hubo con anterioridad un trinquete de pelota (especie de frontón para jugar), y habría sufrido una gran tragedia el 14 de noviembre de 1613 al desplomarse una de sus paredes sobre el público que asistía a una función causando gran número de muertos y heridos.
Ninguna duda sobre su existencia ofrece el teatro que se ubicó en el patio interior del Hospital General de Nuestra Señora de Gracia, en unos terrenos que hoy quedan entre la iglesia de San Juan de Dios y el Instituto Cascales. El profesor Sánchez Martínez ha podido aportar datos que establecen el comienzo de la actividad escénica en este espacio hacia 1593, y por ello es considerado por el mencionado profesor como el primer lugar documentado donde se representó teatro comercial en Murcia. Aunque algunos autores han creído que este teatro no reunió las mínimas condiciones para la actividad teatral, lo cierto es que llegó a contar con todos los elementos característicos de los corrales de comedias de la época: al fondo del mencionado patio, de planta cuadrada, se encontraba el escenario, y frente a éste los bancos; a los lados del patio se levantaban dos pequeñas gradas laterales apoyadas contra las paredes del hospital; y encima de estas gradas se alzaban sendos corredores, que aumentaban la capacidad del complejo y lo dotaban de una segunda altura.
Panorámica actual de la iglesia de San Juan de Dios, sobre cuyo emplazamiento se levantó antaño el Hospital general de Nuestra Señora de Gracia.
A pesar de que el teatro del Hospital General de Nuestra Señora de Gracia tuvo con el tiempo hasta balcones hechos en las paredes del propio hospital para ver las funciones, la verdad es que acabó quedándose pequeño para las necesidades de la ciudad. Por este motivo, en el año 1608 el Ayuntamiento de Murcia comenzó a plantearse la posibilidad de edificar un nuevo teatro. Fue así como en agosto de 1609 se tomó la determinación de abandonar el viejo teatro del Hospital, de titularidad compartida público-eclesiástica, y edificar un nuevo local, ya exclusivamente municipal, que satisficiera la creciente demanda de teatro por parte de la población.
…> Continuará en la próxima entrega, el martes, 4 de noviembre. -->Breve Historia de los Teatros de Murcia (II)