Los Deformes aúllan a la luz de la luna
Castillo en ruinas, páramo desolado, colina tenebrosa o bosque cerrado. Luna llena, frío, nubes negras y ventisca. Relámpagos a lo lejos, estruendo de truenos. Aullidos, risas diabólicas y gritos de pánico. Noche de lobos. Vampiros acechantes, zombis hambrientos, tarántulas gigantes, marcianos cabreados. Ganas de escapar, coches que no arrancan. Chicos exangües, chicas en apuros y sangre. Mucha sangre.
Así, como criaturas salidas de una película de terror, de un cómic de ciencia-ficción o incluso de la onda siniestra que alumbró los inicios de La Movida, Los Deformes se presentaron este sábado en la Sala Revólver de Murcia para hacernos vivir una deliciosa y divertida noche de miedo a base de una propuesta musical que, por lo concreto de su estilo, bien podríamos calificar de música de género.
De esta forma, a eso de las 00:25h, con su primer disco -de título homónimo- bajo el brazo y con la presencia destacada entre el público de la cantautora Mar de fondo y de David Manzullo, de Neuman, Los Deformes arrancaron su actuación mediante una rápida sucesión de temas frenéticos, directos y breves caracterizados por los extensos desarrollos instrumentales, la reducción de las letras a la mínima expresión, las voces degradadas y el sonido tan particular del órgano electrónico Farfisa.
Por tanto, imponiendo un ritmo verdaderamente trepidante, pudimos escuchar casi sin tiempo para respirar varios de los temas que componen el álbum debut de esta banda alicantina alternándose con otros que han quedado fuera del mismo. Así, El rock and roll del chupacabras, Zombie wray, Ven conmigo, o Los deformes fueron algunas de las canciones que en apenas quince minutos lanzaron Los Deformes como certeros golpes dirigidos a un público que pronto se mostró encantado con los de Rafal.
Manteniendo las coordenadas y el rumbo marcados desde los compases iniciales, en un abrir y cerrar de ojos nos adentramos en la fase central del concierto con temas como El burlón, Cavernícola, El perrero, La momia o El conde Con Don, que nos presentaron a buena parte de esa grotesca fauna de monstruos en los cuales Los Deformes han encontrado a unos espléndidos compañeros de fechorías y junto a los cuales, de hecho, se mueven como peces en el agua.
Ya en plena recta final y con el respetable bailando sin remisión, sonarían Enroscado, El planeta de los simios o El cobrador del frac para combinar los ritmos del punk, el rock y el garage con otros, como los de la ranchera. De esta manera, apenas a la 1:25h, pero tras veintidós temas, Los Deformes concluirían un concierto que resultó de lo más gratificante, y hasta evocador, sobre todo para aquellos que, como nosotros, tuvieran la suerte de crecer con la bruja Avería como niñera y con la Familia Monster como vecinos.