Señor Blanco, agradable pop-rock en la sala revolver
A principios de los 90, un joven dependiente de videoclub americano bastante cinéfilo se lanzó a hacer una película casi sin presupuesto. En ella, se reúnen 6 gangsters para cometer un atraco a un banco que no acabará saliendo como estaba planeado. El film, titulado al final Reservoir Dogs, supuso un nuevo estilo dentro del cine y el comienzo de una gran carrera para su director, Quentin Tarantino. En la cinta, todos los atracadores de la banda, para ocultar sus verdaderas identidades, se ponían un color como nombre para llamarse entre ellos. Uno de ellos, el señor Blanco, el más veterano, respondía al rol de atracador de la vieja escuela, leal, con sentido del honor, con ciertos principios... Es decir, un personaje dotado con unos códigos que en la sociedad de hoy día parecen haber desaparecido incluso en el mundo de los ciudadanos más honrados.
Pues bien, en la noche del sábado, un grupo Cordobés, que responde al nombre de Señor Blanco, hizo la presentación de su primer disco de estudio, Los Elegidos, en la murciana Sala Revólver. Y al igual que el personaje de la película, los cordobeses mostraron seguir unos códigos, en concreto los del pop-rock español de siempre, aunque, eso sí, con unos toques indies y con un sonido ciertamente muy actual. Así, siguiendo esa fórmula tan felizmente arraigada en nuestro país, demostraron compartir unos códigos comunes con los de tantas bandas nacionales que, desde los 80, nos han hecho disfrutar hasta hoy.
De este modo, Señor Blanco ofrecieron a la Sala una actuación en la que se combinaron los elementos de buenas melodías pop, envolventes guitarras y una voz con personalidad, con un buen puñado de temas de calidad como Kamikaze, Las lunas de Plutón, El mejor escondite o Donde no nos encuentren, canción ante la cual el público no pudo evitar cantar a coro al poco de empezar a sonar. Así, los cordobeses terminarían por todo lo alto gracias al acierto con el que ordenaron su repertorio dejando los temas más contundentes para la recta final con el fin de levantar a una Sala Revólver que, si bien no lució tan a reventar como otros sábados -sin duda por el periodo de exámenes universitarios en el que estamos- sí que supo reconocer con generosidad la frescura y la calidad que mostró poseer Señor Blanco.
Como conclusión, podemos afirmar que los cordobeses dejaron una grata sensación. y es que demostraron que se saben mover muy bien por los códigos del pop-rock. Así, no sólo por eso, sino también por la actitud y las ganas que derrocharon, es de justicia que les deseemos que conserven esos principios y esa lealtad a sus códigos porque, manteniéndolos, no tienen por qué acabar como el famoso personaje interpretado por Harvey Keitel.