Supersubmarina puso su "Viento de cara" en el caluroso viernes del SOS 4.8
Una de las citas más esperadas en esta edición del SOS 4.8 era la actuación de Supersubmarina que tuvo lugar en la jornada del viernes. Y es que los jiennenses son un grupo que vive un momento álgido, ya que desde la edición de su primer disco, hace poco más de 5 años, no solo se han consolidado en el dificil mundo musical, sino que se han alzado como una de las bandas con más fuerza del panorama nacional.
Por eso, los andaluces eran una parada obligada dentro del festival, y por eso acabarían demostrado ser merecedores de la atención generada alrededor de ellos. Y así, poco antes de las 21:00h, en el escenario Estrella de Levante, ya estaba congregada una auténtica multitud que casi llenaba el recinto. Minutos más tarde, con los últimos rayos de sol iluminando el escenario, Supersubmarina dieron comienzo al concierto mientras las colas de personas se agolpaban en las puertas de acceso para terminar de llenar la expanada principal del SOS, que, ya a mitad de concierto se mostraría totalmente llena.
Empezaron los andaluces su concierto con una fuerza inusitada gracias a temas como Samurai, Ana o Tecnicolor, que lograron enfervorizar al respetable desde el comienzo para ponerlo a saltar y a bailar a tope. No se enrollaron en discursos porque, como ellos mismos dijeron: "hay que aprovechar el tiempo limitado de estos festivales, así que vamos a tocar". Y a fe que lo hicieron, porque se marcaron una de las actuaciones más animadas del SOS. Las canciones se sucedían a un ritmo vertiginoso y casi sin descanso mientras el respetable por su parte las disfrutaba coreando y saltando de lo lindo. De esta forma pudimos escuchar algunos de los hits de sus inicios, algunos de ellos convertidos ya en clásicos, como Puta Vida, Supersubmarina o Kevin McAllister.
Así, los jiennenses demostraron una madurez y un empaque instrumental que pocos grupos poseen hoy día. Y es que no hay muchas bandas capaces de llenar un recinto de estas características y ponerlo a saltar al unísono desde el principio hasta el final. Además, a mitad del concierto los músicos fueron introduciendo más temas de su último disco, Viento de cara, como la homónima y melódica canción que le da titulo, Arena y Sal y Algo que sirva como luz, los cuales demostraron mantener sin problemas la intensidad de composiciones anteriores.
Para terminar, Supersubmarina dejaron grandes canciones como En mis venas y Cientocero, con las que lograron, una vez más, levantar al público y ponerlo a corear por todo lo alto el que se puede decir que sería uno de los conciertos más intensos del festival. Como conclusión, sin duda hemos de reconocer que los andaluces dejaron las expectativas más que satisfechas y que derrocharon una fuerza y un poderío que, a falta de los otros platos fuertes que aún quedaban por llegar, hicieron las delicias de todos cuantos los vieron.