Este pasado sábado, en la misma Sala Revólver donde tuvimos ocasión de conocerlos hace justo un año, volvieron a aterrizan, cual superhéroes, José Carlos “Negro” y Andrés J. “Canito” para ofrecer una larga noche de pop y rock and roll en la que, junto con sus canciones, plenas de alma y garra, interpretarían versiones de grupos tan fundamentales como Burning, Alarma, Los Ronaldos o Los Rodríguez.
Así, a eso de las doce de la noche y con un público que ya se arremolinaba inquieto en torno al escenario de la sala, Superlópez arrancarían su concierto acelerando a tope con la instrumental Surf espacial, que serviría para introducir en clave de rock temas como Piso a fondo, Rock 2-1-3 y Como bolos, antes de que llegara la primera versión de la noche, la emocionante Frío, que escribiera el inolvidable Manolo Tena.
A continuación, dos composiciones de la banda como Mi canción y Nadaremos se sucederían para templar los ánimos y mostrar una vertiente más melódica y reflexiva de Superlópez, antes de poner nuevamente a rugir el motor del concierto con Bienvenido chico al nuevo bar y, justo después, con la frenética Esto es un atraco, de Burning, que sirvió para alcanzar y superar a toda velocidad el ecuador de la velada.
Abrazando y dejándose envolver por el rock and roll que estaban interpretando con verdadera garra, Superlópez nos traerían un trío de canciones de factura propia como Volveré, No más y Salir a cazar en las que las melodías electrizantes se acompasarían para ofrecernos cuidadas baladas-rock plenas de punteos ganadores, acertados coros y contagiosos estribillos que hicieron las delicias del público.
Encarando la recta final de la velada, las versiones adquirirían un mayor protagonismo, ya que, junto a Miénteme, No quiero crecer y Hoy decidí, Superlópez harían sonar temas como Mil horas, de Andrés Calamaro; Sí, sí, sí, de Los Ronaldos; Me estás atrapando otra vez, de Los Rodríguez o Sábado a la noche, de Morís. Es decir, un auténtico póker de ases con el que la banda culminaría su recital por todo lo alto.
Por eso, concluido el espectáculo y abandonando la sala no sin antes reconocer entre el público a reputados músicos como José Filemón o Paco Urbano, no podríamos evitar esbozar una sonrisa al comprobar, una vez más, que ese pop-rock que tiñó de oro los mejores años de nuestra música, lejos de ser solo un bonito recuerdo, aún hoy sigue siendo fuente viva de inspiración para componer canciones con las que llegar a la gente
Y es que, parafraseando una canción de Superlópez, si lo que muchos llaman crecer a la hora de la verdad no es otra cosa que renegar de tus influencias, renunciar a tus sueños, desprenderte de aquello que te hace diferente, acostumbrarte a perder y jamás, bajo ningún concepto, ni decir ni pensar ni hacer ni cantar lo que quieras, nosotros -como cantaba Joey Ramone y como canta José Carlos “Negro”- tampoco queremos crecer.