Este pasado viernes, buscando calmar nuestra sed de rock and roll, salimos a las calles desafiando a la lluvia que caía sobre Murcia para acudir al concierto de Manuel Fanático, Debaho Band y Marabunta que, programado en el Garaje Beat Club a beneficio del Espacio Educativo La Oropéndula, se nos antojaría tan necesario como esa bendita agua de mayo que, a finales de abril, acariciaba la ciudad.
Así, con menos público del esperado debido a lo desapacible de la noche, pero con las mismas ganas por tocar, la velada arrancaría a eso de las 23:00h de la mano de Manuel Sánchez, líder de los legendarios Fanáticos, que, esta vez en solitario, acudiría a la cita solidaria para brindar un breve repertorio interpretado en clave íntima que transitaría, llevado por las armónicas y las guitarras, entre los territorios del rock y el country.
Más adelante, a las 23:45h y tras realizar sobre el escenario los cambios oportunos, llegaría el turno de una de las bandas de rock más potentes y contrastadas de la Región: Debaho Band. Y es que los lorquinos, con José Alberto Lario a la cabeza, apenas necesitarían un minuto para poner a bailar al público al ritmo de una cuidada selección de canciones extraídas de sus dos LPs publicados hasta la fecha: “Sin freno” y “Basado en hechos reales”.
De esta manera, con Debaho Band haciendo honor a su merecida fama de banda intensa, consistente y rotunda, el concierto despegaría de inmediato describiendo una trayectoria ascendente que parecería ir de más… a más todavía. Así, si nada más iniciarse el recital sonaron canciones tan redondas como La más guapa del burdel o Basado en hechos reales, ya encarando la recta final llegarían joyas como La curva de perdedores, La mentira rosa o Titiritando.
Concluyendo con Ni banderas ni ladrones, tras ejecutar una magistral interpretación de Corazón de mimbre, Los Debaho volverían a conquistarnos por mostrar toda la verdad que encierra una banda de rock. Es decir, por mostrarse como una unión perfecta en la que cada músico aporta lo mejor de sí para dar vida a una máquina pilotada por aquellos que, como si fueran soldados de una antigua orden de caballería, se entregan, espoleados por el inconformismo y el desencanto, al servicio de las más altas y nobles causas perdidas.
A continuación, más allá de la 1:00h, nos adentraríamos en el último tercio de la velada con la noche vestida de terciopelo y seda para dar la bienvenida a Marabunta, banda de rock experimental con toques indies radicada en Cartagena que, tras ver la luz en 2005 y superar un prolongado periodo de inactividad, regresaron a escena en 2015 con la edición del que hasta hoy ha sido su trabajo discográfico más reciente: el EP “Hechos consumados”.
Así, mecidos por las voces, los coros, los ecos, las armonías y los largos desarrollos instrumentales de la banda, pronto nos veríamos atrapados en una dulce nebulosa de irrealidad y onirismo de la que emergería la figura siempre inquieta y sugerente de Jesús, líder de la formación, para ejercer de maestro de ceremonias dirigiendo la interpretación de temas tan elaborados y evocadores como Ecos, Eléctricos, Escena final o Hechos consumados.
A punto de tomar tierra después de hacer sonar canciones como Armas de barro o Argentina, ésta última de Vetusta Morla, el cuarteto cartagenero pediría la colaboración del público para que, subiendo al escenario, arropase con su presencia a los integrantes de las tres bandas participantes para que cantaran juntos el tema Tambores de guerra, que sirvió como perfecto colofón a una velada a la que, sobre las tablas, no le faltó de nada.
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