Este miércoles, mientras las tormentas de verano rasgaban sin piedad el cielo de agosto en media España, en Murcia, el joven trío Decembird arribó a la Plaza Pintor Pedro Flores dispuesto a conjurar la electricidad que flotaba en el ambiente para acabar desatando un concierto que, como si de una auténtica tempestad se tratara, serviría para que calaran entre el público las canciones de “Nada grave”; primer EP de la banda editado en febrero de 2018.
Así, bajo la atenta mirada de una luna que se mostraba generosa camino de su plenitud, Miguel Mateu a la guitarra, Lola López al bajo y Adrián Navarro a la batería darían comienzo a la velada musical en el Carmen al filo de las 22:30h ejecutando una primera mitad de recital que resultaría trepidante gracias al pop rápido, ágil, elegante y compacto que la banda destilaría a través de temas propios de cuidada factura como La metamorfosis, La catedral o Estoicos.
De este modo, brindando junto a las composiciones del grupo versiones de otros entre las que destacó Qué puedo hacer, de Los Planetas, el concierto atravesaría su ecuador al ritmo de Mar de gris poco antes de que la banda murciana encarara la recta final de su espectáculo lanzando sobre el escenario un trío de ases como Algunos días, Estado zen y El autodidacta. En rigor, tres buenos ejemplos que demostrarían por qué este joven grupo es considerado uno de los más prometedores de la Región.
Y es que, en un mundo en el que son multitud los que diariamente se acercan a la música con la única intención de mostrar cuán vulgares, simples y zafios pueden llegar a ser, el hecho de que cada cierto tiempo aparezcan bandas como Decembird no hace sino poner de manifiesto que aún son legión los jóvenes que están dispuestos a rebelarse, a hacerse oír con voz propia y, además, a darle chispa y electrificar un panorama musical que, si fuera por otros, hace mucho que sería un páramo.