Isma Romero y Rubén Ayllón desnudan sus canciones en el Festival Microsonidos
En busca de la versión más pura que la música popular pueda ofrecer, este pasado viernes -como arqueólogos en busca del santo grial-, nos adentramos en la Plaza de Toros de Murcia y recorrimos a la aventura sus largos pasadizos hasta encontrar el evento más íntimo de los tres que el Festival Microsonidos había programado para esa misma noche: el doble concierto de Rubén Ayllón e Isma Romero.
Así, vestido de riguroso negro y con su guitarra española al hombro, el primero en hacer acto de presencia sería -como buen anfitrión- el murciano Rubén Ayllón, quien aprovecharía su primera participación en este prestigioso festival para presentar su segundo trabajo discográfico, “Miedo”. No obstante, sin ningún miedo a desnudar su alma de poeta rockero, Ayllón se lanzaría -como solo se lanzan los valientes- al ruedo de la Sala Musik para conquistar al público con su arte.
De este modo, con el único apoyo de su guitarra y su voz, Rubén Ayllón iría alternando en su recital la pausa de composiciones como Tila y miel o Y luego el frío con el desenfreno de otras como Perderte otra vez o Araña para ofrecer una primera mitad de concierto ciertamente impecable. Más adelante, el optimismo resplandeciente de Estrella de luz guiaría el camino del cantante para que brindara una recta final de espectáculo en la que brillarían temas como ¿Dónde están?, Quedarme sin cuerpo y Desde lo alto, que fue, precisamente, desde donde se despidió entre aplausos Ayllón.
A continuación, mientras las manecillas del reloj acariciaban el filo de la medianoche, sería Isma Romero el que recogería el testigo de Rubén Ayllón para ofrecer el segundo y último concierto de la velada al abrigo de las bóvedas centenarias de la Plaza de Toros de Murcia. Sin duda, un lugar más que apropiado por su aire de templo del rock and roll para recibir al que algunos de los más reputados jefes del rock español, como Ariel Rot, Jaime Urrutia o Carlos Tarque, consideran firme promesa de nuestra escena.
De esta manera, dejando de lado el formato eléctrico que ha caracterizado el sonido de sus dos trabajos de estudio, Isma Romero prepararía un repertorio dominado por las baladas y los medios tiempos en el que, sin embargo, sería posible percibir buena parte de la naturaleza fibrada, enérgica, nerviosa y rápida que posee el pop-rock acuñado por el joven músico junto a productores de la talla de José Nortes o Nigel Walker
En consecuencia, entregándose a la presentación de su segundo disco, “Luminiscencia”, Romero ofrecería al público nuevas canciones, como Héroes o Entre un millón, que pronto comenzaron a alternarse con otras extraídas de su primer álbum, como Veintitantas promesas o La última del baile. De este modo, entablando un diálogo íntimo y cordial con el público desde el arranque de su actuación, el músico lograría crear la atmósfera propicia para afrontar una segunda mitad de recital en la que, junto a las recientes Un fogonazo de luz y Carlota, sonarían Gotas suicidas y hasta versiones de clásicos inolvidables como Sin documentos, de Los Rodríguez. En rigor, banda clave en la historia reciente del rock español cuya influencia es posible adivinar en jóvenes artistas como Isma Romero.
Por eso, en torno a la 1:00h y tras casi dos horas de rock, country, blues, y pop-rock de incuestionable calidad, pudimos abandonar la murciana Sala Musik con la satisfacción propia de aquellos que son capaces de encontrar, allá donde las multitudes no se aventuran a buscar, el más preciado tesoro que la música puede brindar.
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