Franz Ferdinand
Franz Ferdinand, León Benavente y Viva Suecia brindan la Bienvenida perfecta
Ambiente de las grandes ocasiones, el que este viernes pudo vivirse en la Plaza de Toros de Murcia, donde una multitud de más de diez mil personas agotó las entradas y llenó el histórico recinto para disfrutar del festival de Bienvenida Universitaria que, en su edición de este año, correría a cargo de Viva Suecia, León Benavente y Franz Ferdinand.
Así, con una expectación como no se recordaba en esta cita anual, los primeros en saltar al ruedo de La Condomina serían los murcianos Viva Suecia; banda que atraviesa por su momento más dulce tras dos años de vértigo y dos LPs de lujo con los que ha conseguido dar el gran salto y convertirse en una de las formaciones más prometedoras de la nueva escena indie nacional.
Por eso, no sería de extrañar que en su regreso a casa -desde que pasaran por el WAM- fueran más de cuatro mil las personas que, a pesar de ser las 20:30h, acompañaran a la banda liderada por Rafa Val. De esta manera, conscientes de la importancia de la ocasión, Viva Suecia arrancarían con toda determinación su concierto lanzando un póker ganador de canciones como Piedad, El nudo y la esperanza, ¿Nos ponemos con esto? y Los años para poner a bailar y a cantar al respetable desde el primer minuto.
Entonces, con el público entregado al pop-rock rápido y luminoso de corte indie, melodías evocadoras y letras introspectivas de Viva Suecia, la banda presentaría Casi todo, nuevo tema incluido en la reedición de su más reciente álbum, “Nuevos principios fundamentales”, antes de cruzar el ecuador y adentrarse en una segunda mitad de recital en la que brillarían A dónde ir, Bien por ti y Hemos ganado tiempo. Canción, ésta última, con la que el grupo concluiría por todo lo alto su esperado retorno a casa.
A continuación y del mismo modo -como en casa-, confesaría sentirse Abraham Boba ante las más de siete mil personas que a las 22:00h se congregaban en el coso murciano para presenciar el concierto de León Benavente; banda formada en 2012 por cuatro músicos de reputadas trayectorias que, tomando estilos como el rock, el pop, el post-punk o la música electrónica, han logrado elaborar una atractiva, novedosa y estimulante propuesta sonora que ha conquistado los festivales, y las salas, de media España.
De esta manera, desplegando contundentes y frenéticas melodías que servirían para dotar de cuerpo a descarnadas letras inspiradas en la más cruda realidad, León Benavente transmitirían todo su desasosiego existencialista y su inquietud social delante de un público entregado que no pararía de danzar al son de temas tan redondos como Tipo D, La ribera, Ánimo, valiente, Gloria, Maestros antiguos o Ser brigada, con los que la banda ofrecería un certero repaso a sus tres LPs publicados hasta la fecha.
Más adelante, con la luna ascendiendo hasta la medianoche, sería cuando la Plaza de Toros luciría llena hasta la bandera para vivir el concierto de Franz Ferdinand; banda escocesa que se dio a conocer a nivel mundial entre los años 2004 y 2005 gracias a un pop trepidante, vanguardista y desenfadado. Pop con el que, junto a otros, lograron renovar la escena británica de principios de siglo al mismo tiempo que en nuestro país nos entregábamos sin ningún tipo de pudor ni criterio musical a Operación Triunfo.
Así, con más de trece años de carrera y a punto de sacar su quinto LP, la formación encabezada por Alex Kapranos pronto se ganaría al público desarrollando un recital en el que, como si fuera una partida de ajedrez, cada pieza ocuparía el lugar adecuado y se movería con la precisión necesaria para trazar un primer tercio de espectáculo impecable en el que, junto a temas nuevos como Lazy boy o Paper cages se alternarían himnos de la banda como Jacqueline, No you girls y, sobre todo, What do you want to.
De este modo, rindiendo los tendidos y la arena de la plaza monumental a su música a base de entrega desde el escenario, Franz Ferdinand templarían su concierto con la delicada balada Walk away antes de volver a subir el tempo con la rockera Love illumination y la sinuosa Take me out; temas mediante los que el recital avanzaría raudo hacia un final de fiesta en el que, con Always ascending, Ulysses y This fire, se volverían a alcanzar cotas de comunión entre músicos y público difíciles de vivir a tan gran escala.