Jorge Pardo abarrota la Plaza de los Apóstoles con su "World Love Supreme"
En la noche de ayer, a los pies de la capilla de los Vélez y ante la atenta mirada de la torre de la Catedral, el saxofonista y flautista Jorge Pardo congregó a miles de personas en torno a la murciana Plaza de los Apóstoles para presenciar su relectura en clave flamenca y gnawa de la obra maestra de John Coltrane, “A love supreme”; disco de jazz considerado uno de los más importantes de la historia de la música.
Así, acompañado, de una parte, por sus habituales Javier Colina al contrabajo, Borja Barrueta a la batería y Rycardo Moreno a la guitarra, y de otra, por una cuidada selección de músicos marroquíes de la talla de Maalen El Bouzidi Mohammed, El Hassane Lahjari o Abdallah Ettaleby, el prestigioso músico madrileño ofrecería un espectáculo musical de primer nivel en el que la esencia jazz del trabajo de Trane se fundiría con las sonoridades del flamenco y el hondo carácter espiritual de la música gnawa.
De esta forma, planteando un concierto en el que las voces de los instrumentos serían las protagonistas absolutas de la velada hablando, bien en solitario, bien en animados diálogos o en perfecta comunión global, la orquesta encabezada por Jorge Pardo brindaría un recital de auténtico lujo que permitiría vislumbrar el poder hipnótico y hasta las propiedades curativas atribuidas a la música gnawa durante siglos.
Y es que, no en vano, fundiendo jazz, flamenco y gnawa, Pardo cautivaría a la audiencia utilizando la música como única lengua de comunicación hasta lograr transmitir el concepto de orquesta como metáfora perfecta de lo que debería ser siempre nuestro mundo: un mundo libre y abierto en el que, por encima de fronteras, culturas, nacionalidades o religiones, los hombres fueran capaces de vivir en armonía aportando cada uno lo mejor de sí mismo sin renunciar por ello a su propia identidad.