Los Astrónomos iluminan la noche murciana
Si es verdad que Murcia es un parque de atracciones para los amantes de la música en vivo, no es menos cierto que, con demasiada asiduidad, seducidos por la velocidad, la urgencia y el brillo de los nuevos estímulos que la ciudad ofrece, solemos olvidarnos de mirar al cielo y, en consecuencia, de cultivar la atención, el silencio y la quietud que la contemplación del firmamento requiere.
Por eso, este viernes, dejando atrás el frenético carrusel de actuaciones en el que nos subimos hace siete días, llegamos a una Sala Revólver que haría las veces de planetario para dar la bienvenida a Los Astrónomos; súper-grupo murciano bajo cuyo nombre han aunado talentos y voluntades tres de nuestros más ilustres músicos como son Joaquín Talismán, José Filemón y Román García.
De este modo, con la intención de conocer de primera mano las canciones que editó este trío a finales del pasado año 2016, al filo de la medianoche iniciamos una singular travesía espacial en la que, impulsados por un cuidado lenguaje que tendería al onirismo y a la evocación, recorreríamos lejanas constelaciones dominadas por los conocidos signos musicales del country, el rock, el folk y el pop.
Así, arrancando su recital con Cuánto tiempo habrá pasado -primer sencillo del álbum debut homónimo de Los Astrónomos-, la banda pronto desplegaría un delicioso cancionero concebido en clave acústica cuyas melodías estarían marcadas por los ritmos acompasados y las peculiares sonoridades de instrumentos como el guitalele de Filemón y, sobre todo, el banjo, que sería tocado por Talismán.
De esta manera, sobreponiéndose a ciertos desajustes técnicos que surgieron al inicio del concierto, Los Astrónomos interpretarían temas como Dos montañas huecas, Dos niños jugando o Una barca sumergida con tu amor para dar cuerpo a un repertorio que, estructurado en torno a su primer trabajo de estudio, además, sería enriquecido con clásicos de bandas como Rumor, a la pertenecieron Filemón y Talismán, o Los Marañones, de la que es bajista y compositor García.
Dejando para la segunda mitad del recital canciones como En el viejo caserón, El abuelo fue a pescar o Cuando llueva más, los tres músicos no solo se sucederían en la voz principal, sino que se arroparían constantemente ejecutando segundas voces y coros que dotarían al concierto de una gran variedad vocal. Variedad vocal que, no obstante, tendría un perfecto contrapunto instrumental gracias a tres delicados temas como Boscoso, Entre nogales y Piedra en piedra.
Finalmente, tras una hora y media de paseo por las estrellas, ya acabado el concierto, tomaríamos tierra en la Sala Revólver para descubrirnos aplaudiendo a los tres músicos que, como verdaderos astrónomos, cumplirían con su objetivo de elevarnos por encima de las luces de la realidad y llevarnos a acariciar los sueños que cada noche, como nebulosas de colores, recorren la inmensidad del universo.