Mala Tierra

Este sábado, 5 de octubre, con la Filmoteca Regional Francisco Rabal de Murcia vestida de gala para la ocasión, tuvo lugar la puesta de largo de Mala Tierra; ópera prima del joven director molinense, Noé Galera, quien, a base de talento, esfuerzo y tesón, ha logrado sacar adelante un cortometraje en el que algunas voces acreditadas han visto el nacimiento de un nuevo subgénero cinematográfico: el “Paparajote Western”.

Así, caracterizado por el gusto por el humor absurdo, por la introducción del elemento fantástico y, cómo no, por las localizaciones genuinamente murcianas, el sorprendente giro al género ideado por Noé Galera conseguiría despertar el interés de un público numeroso que no iba a dudar en acudir al antiguo cine Salzillo para arropar al equipo artístico del film ocupando con generosidad las localidades del patio de butacas.

De este modo, tras la breve introducción realizada por el propio Galera, la película arrancaría frenética abriéndose paso al ritmo de la poderosa marcha procesional de “El Cristo del Amor” para seguir de cerca a Bárbara “Rompecorazones”, al Bandolero y al Guardia Civil -los tres protagonistas de la cinta- en su descarnada lucha por el codiciado botín ambientada en los remotos confines del desierto de la Alhama de Murcia de ¿1874?.

En consecuencia, acosados por el rigor de un implacable sol de justicia y acorralados por la fiereza de un paisaje seco, crudo y cruel que lo envolvería todo como un inmenso telón de fondo dotado, además, de personalidad propia, los tres personajes tratarían de jugar sus bazas en cada secuencia alternándose en el protagonismo de una historia dinámica y ágil que, a pesar de su brevedad, ofrecería escenas de acción trepidantes, elocuentes diálogos cuajados de humor e ingenio y constantes giros de guión que harían las delicias de los espectadores.

De esta forma, haciendo un uso inteligente y audaz de los movimientos y efectos de cámara para transmitir las impresiones oportunas en cada momento, Galera dejaría en cada plano muestras de su conocimiento y su solvencia en el empleo de los códigos del lenguaje cinematográfico. Por otro lado, huyendo de ese murcianismo superficial que se queda en los irrelevantes rasgos dialectales para, en su lugar, profundizar en la influencia sobre los personajes de la tierra y el clima, que son los verdaderos moldeadores del carácter de los pueblos, el director pondría el foco sobre la esencia misma de la raíz local; esa que, precisamente por auténtica y primaria, resulta universal.

Finalmente, redondeada por las interpretaciones precisas y ajustadas de Nadia Clavel como Bárbara, José Ortuño como el Bandolero y Rafael Sandoval como el Guardia Civil, y, también, por el impecable trabajo del personal técnico, capaz de dotarla de una factura de calidad profesional, Mala Tierra, la ópera prima de Noé y su Arca Films, lejos de sugerir esterilidad, se ofrecería más bien como todo lo contrario: un hermoso y propicio terreno abonado y fértil para dar los frutos que siempre merece el trabajo bien hecho.  

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