Monsieur Gómez viaja a América de la mano de María Clavel y Alberto Condés
Si la semana pasada dimos cuenta de uno de los conciertos más esperados del festival Microsonidos, este sábado, con la intención de cambiar de registro, acudimos a un evento musical que, aunque fuera solo por lo reducido de su formato y de las dimensiones del local donde se celebró, bien podría haber encajado con el nombre del popular festival murciano.
No en vano, situada en el castizo barrio de Santa Eulalia y rodeada por restaurantes de renombre, ya desde las 19:00h la pequeña tartería Mosieur Gómez iba a poner a prueba su capacidad como auditorio hasta alcanzar la estimable cifra de quince personas. Así pues, con el coqueto recinto lleno hasta la bandera, los protagonistas de la velada -la clarinetista María Clavel y el violonchelista Alberto Condés- mostrarían a los presentes la hoja de ruta de un vuelo musical que tendría como destino América.
De este modo, convertida en aeronave por el arte de los comandantes Clavel y Condés, la confitería de Mosieur Gómez parecería despegar con la tripulación y el pasaje que se encontraba, no solo a bordo, sino también fuera del local, para poner rumbo a La Habana y visitar al saxofonista de jazz Paquito D´Rivera al ritmo de su Contradanza. Entonces, dejando atrás la isla de Cuba, continuamos con rumbo sur nuestra singladura hasta divisar a lo lejos la imponente figura del Cristo Redentor de Río de Janeiro, ciudad donde nos aguardaba Jacob Pick Bittencourt -mandolina al hombro- para recibirnos con uno de sus choros más recordados, Doçe de coco.
A continuación, tomando tierra en Buenos Aires, el recital proseguiría conjurando al bandeonista Astor Piazzolla, de quien sonaría Adiós Nonino, sentida pieza dedicada a la memoria de su padre. Así, sin abandonar la ciudad porteña, pero cambiando el tango por la milonga, sería Alberto Ginastera el que nos invitaría a pasear por sus pagos hasta llegar a los pies del Árbol del olvido antes de que acudiéramos al hipódromo de Palermo para sentarnos en su tribuna junto a Carlos Gardel y escuchar casi al oído Por una cabeza, eterna melodía con la que nos despedimos de América y emprendimos el viaje de retorno a Europa.
Sin embargo, antes de arribar a España, todavía tendríamos tiempo de realizar una breve escala en la vecina Portugal para desear una pronta y definitiva recuperación a Salvador Sobral, joven músico que, sin cantar en inglés ni llevar bailarines con él, se alzó con el primer premio del festival de Eurovisión en 2017 interpretando la dulce y delicada Amar pelos dois.
Finalmente, despertando del ensueño con el estruendo del aplauso tributado por el público a María Clavel y Alberto Condés, aterrizamos súbitamente en el barrio de Santa Eulalia, verdadero mapa del tesoro, laberinto mágico de calles viejas y torcidas que, tanto de noche como de día, bullen rebosantes de esa vida inquieta y creativa que marca el pulso de la Murcia cosmopolita.
Y así, felicitando a los músicos por el exquisito trabajo realizado y a Monsieur Gómez por el que fue su primer concierto organizado, abandonamos el local con el deseo de volver a encontrarnos pronto con unos y otros en eventos como el vivido, en el que pudimos viajar por todo el mundo y casi sin salir de casa.