Entrevista a Miguel Ángel Delgado: “Este disco es la mejor versión de mí hasta la fecha”
Paso a paso, nota a nota, escenario a escenario. Así es como ha ido trazando su carrera el artista Miguel Ángel Delgado. Ahora nos presenta “Pájaro de las delicias”, toda una declaración de intenciones en la que se unen poesía, una estupenda producción y un sello propio que atrapa. Llamo a Miguel Ángel para que me cuente más.
Permíteme que lo primero sea darte la enhorabuena por tu disco. Magnífico.
Muchas gracias. Es un proyecto con mucha inversión a todos los niveles y es un lujo recibir buenas críticas, tanto de medios y personas vinculadas a la música como de la gente que lo escucha "en crudo".
"Pájaro de las delicias" suena a rock, a folk, a canción de autor ¿premeditada suma de estilos?
Lo cierto es que no existe una premeditación, sino una consecución de aquello que llevo dentro por influencias, por la poesía e incluso por mi modo de ser y vivir. Demasiado inquieto y nervioso como para quedarme en la trova y demasiado reflexivo o mayor como para volcarme en el rock. Quizá sea el folk sobre lo que todo pivota y desde ahí me muevo a los diferentes sitios con comodidad. Se avecina más rock, lo aviso. Debo de estar poniéndome inquieto.
Tus influencias están ahí (Cohen, Dylan, por ejemplo) pero tu música tiene identidad propia. ¿Te ha costado lograr esa autenticidad?
La ingenuidad, el no haber estudiado música pero hacer poesía y el ir lento, despacio y con la mejor letra posible, y el ser bastante cabezota, quizá sean responsables de esa identidad. Que te digan eso es un regalo. Somos seres miméticos y todo tiene cierto parecido con todo, pero alcanzar un estilo o matices que lo identifiquen a uno, es quizá una lotería. Es una de las críticas que me han hecho estos últimos meses y la atesoro.
Los temas, el sonido, la producción. Se aprecia en todo un paso en firme en tu carrera.
Llevaba tiempo incubando todo, trazando mentalmente un salto mientras tocaba y tocaba, me impregnaba de música e iba ubicándome con gente como Gonzalo Lasheras y los musicazos que han participado en el LP. No he tenido apenas asesoramiento, sino que he ido observando a gente del gremio, tomando decisiones y he tenido suerte de dar con gente inspirada y con la que todo ha fluido, desde lo puramente musical a la parte de diseño y audiovisual, con Carrotcake Studio haciendo maravillas para este proyecto.
¿Consideras que “Pájaro de las delicias” es tu mejor disco, tu obra más madura?
Creo que es la mejor versión de mí hasta la fecha. Mi primer LP tenía la poesía y el alma pero fue un proyecto más amateur por mi momento vital y por el tiempo que llevaba en la música. Aquí hay un equilibrio. De todos modos creo que queda un abismo por aprender y mejorar y supongo que es fluctuante. Habrá temas, letras, melodías antiguas pero que quizá superan lo contemporáneo. Este proyecto es una buena muestra, con algún tema de los primeros que compuse hace ya unos nueve años.
¿Has notado un salto en el impacto de tu música?
De este proyecto difícilmente amortizable, me quedo precisamente con eso, que es una amortización en sí misma. He recibido críticas excelentes de medios de primera línea como Ruta66 y RNE. He recibido críticas excelentes de medios como éste, de blogs, de revistas y de gente melómana cuya opinión vale oro. Además, he conseguido impacto en esa gente amiga que antes quizás no se detenía, que escucha música más comercial. Esta Navidad un buen amigo de toda la vida que en otros tiempos quizá no se habría detenido a escucharme, me vino con una síntesis del disco, que había escuchado varias veces y que le había encantado. He tenido un periodo de latencia de cuatro años desde el primer disco, y con este veo una reafirmación entre familia y amigos, que son a veces el hueso más duro de roer y que trae una satisfacción especial. Aún así, queda mucho camino. Esto aún requiere apostar duro y con riesgos.
¿Cómo ves el panorama musical y las perspectivas de futuro?
Creo que el cambio de paradigma que se insinuaba se va a consolidar. Cambian los formatos y los escenarios. Hay una buena parte del sector en riesgo de extinción: bares y salas, festivales, gente que no puede crear si no tiene tiempo más que para trabajar por unas migajas...
Encuentro un techo en todo esto. Es difícil rentabilizar y por lo tanto habrá que reinventarse e inventar nuevos espacios. Se va a generar una brecha enorme (aún más) entre la gente que está arriba y la gente que no tenga tanto impacto, aún teniendo incluso la calidad.
No podemos permitir que poder hacer arte se convierta en un bien exclusivamente burgués. Dependemos del público, de su inquietud, de su cooperación, de la asistencia a eventos, de la participación en crowdfoundings, de la compra de discos, vinilos y merchandising, y del regalo del boca a boca y de compartir. Llegar a la gente real de un entorno más cercano es más que nunca el reto para dar sentido a esto y mantenerse a flote.
Y ya para acabar, te pido, defínete como artista en tan sólo una frase.
Soy el ingenuo despertar en un sueño musical dentro de la vida que había trazado