Ambiente de las grandes ocasiones, el que se vivió este viernes en Murcia para dar la bienvenida a Tequila; banda fundamental en la historia del rock hispano-argentino que en tan solo seis años de singladura –desde 1976 a 1982- tuvo tiempo para romper los moldes de la canción popular en nuestro país, mostrar una nueva forma de hacer rock and roll en español y dejar para la posteridad una colección de éxitos inolvidables que, desde entonces, no han parado de sonar hasta nuestros días.
Así, conscientes de la importancia de la cita, serían miles los que se acercarían al Auditorio Parque Fofó a disfrutar de los temas de Tequila de la mano de una poderosa banda de rock que, reunida por los dos miembros esenciales de la formación original: los argentinos Ariel Rot y Alejo Stivel, ha insuflado nueva vida a un repertorio clave de nuestra música mediante una mini gira de cuatro conciertos que, aunque estaba previsto que concluyera en Murcia, aún podría ampliarse con nuevas fechas de cara al verano que acaba de comenzar.
De este modo, a eso de las 22:15h y con una multitud llenando la pista central del coqueto recinto, Tequila saltaría al escenario pisando a fondo el acelerador al enlazar tres temas como Rock and roll en la plaza del pueblo, Mira a esa chica y Matrícula de honor que, tocados sin pausa, pusieron a bailar a todos los presentes y brindaron un inicio de recital verdaderamente arrollador. Entonces, con el público ya caliente, llegaría el momento de bajar el tempo para visitar a la homicida y divertida familia de Mister Jones antes de cruzar a ritmo de reggae el Atlántico a bordo de El barco.
Enriqueciendo las sencillas melodías originales mediante una instrumentación mucho más variada y “musculada” en la que destacarían los nuevos y rotundos solos de guitarra de Rot, el sonido de la banda se mostraría plenamente actual, poderoso y, en conjunto, ideal para dar cabida a temas de diferentes épocas y autores junto al repertorio de Tequila. En este sentido, alternándose con canciones tan emblemáticas como Quiero besarte, El ahorcado o Nena, serían interpretadas otras como la reciente Yo era un animal, que dará título al nuevo disco de Stivel; la mítica Sábado a la noche, que editó Moris en 1978; o la arrebatadora Mucho mejor, que firmó Ariel en 1995 con Los Rodríguez.
De esta manera, realizando “escapadas” que, sin embargo, no harían perder al recital su genuino sabor a Tequila, la banda se adentraría en la recta final de la velada lanzando al tapete del concierto un trío de ases marca de la casa que pondrían boca abajo el Auditorio: Que el tiempo no te cambie, Dime que me quieres y Me vuelvo loco. Ya en el bis con el que sería sobrevolada la medianoche, la formación volvería a mostrar su versatilidad al interpretar, a caballo entre el jazz y el blues, el tema Rock and roll en la plaza del pueblo antes de desatarse nuevamente, y por última vez, con Necesito un trago y Salta.
Así, tras dos horas de soberbio recital en el que las muestras de complicidad con el público fueron constantes, las tres generaciones reunidas en torno a Tequila despedirían a la banda dedicándole una sonora ovación que, prolongándose varios minutos, serviría no solo para agradecerles la gran cantidad de emociones transmitidas, sino también para reconocer a Rot y a Stivel su vasta contribución a una música española que jamás habría sido la misma sin ellos. Y por eso, por haber enseñado a pasárselo bien a un país que llevaba demasiado tiempo pasándolo mal, esta crónica solo podría finalizar entonando un sentido y sincero ¡Viva Tequila!
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