Maskarine y Mar de fondo, canciones con cuerpo y alma en Ítaca
Caído el dulce manto nocturno sobre la Ciudad, en el día de ayer volvimos a salir de caza por las calles de Murcia en busca de la música que tanto necesitamos para vivir aquellos que no vivimos solo de pan. Así, cruzando el bosque de atracciones ya apagadas y recogidas de la Plaza de Santa Eulalia, fuimos a dar a la calle Mariano Vergara, donde en la vitrina de un Café se anunciaba un suculento menú: Maskarine y Mar de fondo.
Detenidos frente a la puerta del Café -el Café no podía ser otro que Ítaca- cruzamos su mítico umbral para atravesar el salón de mesas y sillas colmadas de público y acabar ocupando un discreto lugar desde el que captar cuanto aconteciese durante el concierto. Un concierto que, originariamente previsto para el trío “No hay dos sin tres”, hubo de ser reestructurado por la ausencia obligada de Dammy MC y ser desarrollado en formato dúo por las mencionadas Maskarine y Mar de fondo.
De esta forma, con un planteamiento diferente al de partida, pero igualmente interesante, las dos experimentadas cantautoras abrieron la velada a las 22:30h con una primera batería de tres canciones que corrieron a cargo de Mar de fondo; eso sí, brillantemente acompañada por Berni Castaño y Juanfran Esparza. Mariposas, Hoy como ayer y La Nuit, esta última en francés y cantada junto con Maskarine, permitieron vislumbrar la variedad de un espectáculo que estaría lleno de colaboraciones y sorpresas.
Por su parte, Maskarine, que se estrenó con Une idée, Penchants inavouables y Tu me perds, esta última interpretada con Mar de fondo a las voces y Berni Castaño a la guitarra, no hizo sino confirmar la estructura alterna de un concierto en el que ambas cabezas de cartel no solo se irían sucediendo sobre el escenario al ritmo de sus repertorios, sino que también encontrarían momentos para coincidir sobre el mismo acompañándose la una a la otra.
En su siguiente turno, Mar de fondo haría sonar Memorias vacías, sobre el maltrato a la mujer; El vuelo, sobre las personas que no encajan bien los golpes de la vida; y Chico para todo, sobre las virtudes que debe poseer un chico para ser apreciado como perfecto. Como ocurriera en las anteriores tandas, este último tema también fue cantado al alimón por Mar de fondo y Karine, quien le dio un toque muy colorido a la letra haciendo una especie de traducción simultánea al francés de algunas partes de la misma.
Hacia el ecuador del concierto, tendría lugar una de las sorpresas más destacadas de la velada cuando el poeta Tadeo Peñarrubia subió al escenario para recital uno de sus poemas que giró en torno a la explotación de la mujer y al trato denigratorio que muchas de estas reciben de la sociedad. Sin duda, unos minutos poéticos que, lejos de romper el ritmo del espectáculo, contribuyeron a enriquecerlo y a profundizar en un tema que ya había sido tocado musicalmente.
Adentrándonos en la segunda mitad del recital, destacarían canciones como la elegante y delicada On s´ra pas beaux quand on ´s ra morts, la animada y pegadiza De la douceur, o la sinuosa y sincera On se déçoit, de Maskarine; así como la alegre y llamativa Lunática, la elaborada y variada Escotes de poemas o la fresca y coloquial Sólo del viento, de Mar de fondo.
De esta manera, el concierto, que aún contaría con la presencia de otro invitado, José Díaz a los coros, llegó a su final con Mar de fondo dando las Gracias a los asistentes entre aplausos y flashes para poner el colofón a una noche a la que, por no faltarle, no le faltó ni siquiera un cumpleaños que celebrar -el de la propia Mar- con el que redondear una noche de lo más agradable.