Maskarine

Entrevista a Maskarine

Dom, 02/11/2014 - 20:11 -- Miguel Casas

Este próximo miércoles, día 5 de noviembre, a partir de las 22:30h tiene lugar un concierto muy especial en el bar Zalacaín de Murcia. Hasta el clásico local de la calle Villar llega Maskarine, una mujer francesa de nacimiento, española de adopción, y afincada en Murcia que, en 7 años que lleva con nosotros, ha sido capaz de hacerse un hueco único e irremplazable gracias a su música. Para presentar de la mejor manera su espectáculo y conocerla un poco más, desde murciocio hemos pensado en que sea ella misma, a través de una entrevista, la que se presente para todos vosotros.

 

Murciocio: Hola Karine, la primera pregunta es obligada: ¿Qué hace una chica francesa como tú en un sitio como Murcia?

Maskarine: Llegué a Murcia hace 7 años, cuando el Liceo Francés de Molina me contrató, soy profesora de francés e inglés. Mi sueño desde pequeña era venir a España, aunque la región de Murcia no la conocía antes de llegar. Una prima mía vivió en Andalucía y, de adolescente, iba de vacaciones a Mijas. Desde que pronuncié mi primera palabra de español, con 13 años, supe que tenía un vínculo con este país y su cultura. Era un poco como si hubiera sido española en una vida anterior... ¡Y eso que no soy mística!

Mur: Desde niña tuviste contacto con la vida española, su cultura, costumbres, tradiciones y ¿su música también?

Mask: En aquella época, gracias a esta prima, conocí a Serrat, Víctor Manuel y Ana Belén, el flamenco... Conocí también la música de Sudamérica, que me encantaba también, porque la primera profesora de español que tuve era argentina.

Mur: Sin embargo, como es lógico, al principio tus influencias y gustos irían más tras la pista de los músicos franceses, ¿qué artistas galos llamaban más tu atención?

Mask: De adolescente, me encantaba Georges Brassens, Renaud, Ferré (vamos, los comprometidos, los rebeldes, como a muchos adolescentes). Me atraían también las grandes voces femeninas como la de Barbara. Y siempre escuché la música de mi época: Jean-Jacques Goldman, Laurent Voulzy, Alain Souchon, Francis Cabrel. Y los grupos de rock como Telephone (el Tequila francés) o Indochine. Sin olvidar a mi dios: Michel Jonasz (muy influenciado por el jazz).

Mur: ¿Cuándo te empezaste a sentir atraída por la música? ¿Empezaste cantando, tocando un instrumento?

Mask: De pequeña, siempre escuchábamos música en casa. Mis padres eran muy melómanos. Escuchábamos de todo. Con 8 años, empecé el conservatorio municipal de mi ciudad, solfeo primero, y luego empecé a estudiar la guitarra clásica, que era el instrumento que me atraía.

Mur: ¿Cómo fue tu encuentro, o reencuentro, con la música española cuando llegaste a Murcia?

Mask: Cuando llegué aquí, empecé mi aprendizaje de la música española al revés. Iba a ver a todos los cantautores de la región cuando actuaban en cualquier lugar. Me aprendía sus letras de memoria y, cada vez que en un concierto no me sabía un tema, preguntaba a amigas lo que era. Cuando lanzaba esa pregunta, la respuesta invariablemente era: ¡Alejandro Sanz! Así que eso se quedó como broma entre nosotras. Se puede decir que ¡conocía casi todo de la escena local y casi nada de la escena nacional!

Mur: Es curioso que digas lo de la escena local. A mi me parece que la escena local de cualquier ciudad española puede ser más representativa de lo que realmente se hace en el país que la propia escena nacional, ya que esta última vive acosada por meros intereses económicos que imponen criterios diferentes muy distintos a los musicales

Mask: Sí, por desgracia tienes razón. A los primeros a los que vi actuar aquí fueron Diego Cantero, Jass, David Moya, David de Gregorio, Aarón Saez.... Es que di clases de batería durante 3 años, con un baterista de Murcia que toca y es muy amigos de todos ellos, así que los conocí muy rápido.

Mur: Entonces estarás muy bien relacionada con muchos músicos murcianos

Mask: Conozco a muchos en persona, sí. ¡A todos de hecho! Y es un poco gracias a ellos que me atreví a subir con mis propias canciones a un escenario: fue un año después de llegar, en la Puerta Falsa. Escribía poemas desde la infancia. Hacía algunos años que escribía también canciones, pero no me atrevía a cantarlas delante de un micro (Sólo en noches de copas) No te lo conté, pero tengo pánico escénico, desde mis clases de guitarra clásica. Para subirme a cantar mis temas, tuve primero que vencer, al menos un poco, ese miedo. Durante los primeros años, sólo empezaba a relajarme después de tocar algunos temas. Una consecuencia de todo ello es que siempre actúo con mi atril delante porque, si no, soy capaz de despistarme muy fácilmente, y olvidarme hasta de la letra o de los acordes.

Mur: Hablando de subirse al escenario, ¿cómo te parece que está el mundillo musical en Murcia? ¿Hay oportunidades para tocar en vivo? ¿Es sencillo encontrar un escenario? ¿Existe interés por parte del público de conocer a los artistas de la Región (te incluyo a ti, naturalmente) que tienen cosas que decir?

Mask: Encontrar un escenario, sí, es fácil, pero que te paguen por tocar, mucho menos. En los bares, muchas veces te toca escoger si pones entradas o no, si quieres cobrar algo, yo, lo de las entradas, no lo tengo muy claro. Si no hay entrada, alguien que no te conozca puede asomarse cuando estés tocando y ver si le gustas o no. En cambio, si hay entrada, sólo viene la gente que quiere verte a tí y no amplias tu público. La cosa es difícil, entiendo que los bares tengan dificultades, pero todo esto tendría que ser un poco más sostenible para los artistas. En cuanto a Murcia, creo que hay una oferta musical muy variada, cada noche tendría que dividirme en 5 para ir a escuchar todo lo que me apetece. Y sobre el público, sí, responde ¡si no hay fútbol! Ja, ja, ja.

Mur: Entonces se puede decir que tocar en vivo no es difícil, pero que poder dedicarse en exclusiva a tocar sí que es muy difícil

Mask: Sí, lo resumes bien. Yo tengo un trabajo, que además me apasiona, pero hacer las dos cosas me cuesta muchas horas de sueño. Admiro a la gente que se quiere dedicar a la música porque es un trabajo muy ingrato. Y es que sigue viva esa imagen del artista que vive "d'amour et d'eau fraîche" (de amor y de agua fría), como dicen en Francia. Es decir, que los artistas disfrutan de lo que hacen y que basta con esto. Como si para merecer cobrar un salario digno tuvieras que pasarlo mal en tu trabajo, o hacer uno que no te guste.

Mur: Entradas, porcentajes en las consumiciones, ¿existe alguna otra forma de corresponder al artista que nos brinda su música?

Mask: Hemos encontrado un sistema alternativo de "Aportación consciente". No hay entrada, pero la gente pone lo que pueda, o quiera dar según como le haya gustado tu actuación. En tiempos de crisis, no me parece mala idea, ya que hay personas que no se pueden permitir gastarse mucho dinero. Y en general, funciona bastante bien.

Mur: Cuéntame en qué consiste ¿Cómo se puede colaborar?

Mask: En la Otra Casa, en Cartagena, ponen sobres en las mesas, y la gente pone dentro y lo cierra. Me gusta mucho este principio, así alguien que no puede dar mucho no se avergüenza de ello. O pones una gorra (un cubo, o lo que sea) en una mesa y la gente va y pone

Mur: Ingenioso lo del sobre, aunque demasiado de moda en la política últimamente...

Mask: ¡Ja, ja, ja! ¡Yo nunca he encontrado billetes de 500€ en mis sobres! Lo probaré con traje y corbata, a ver que pasa.

Mur: Hablemos sobre tu música.

Mask: Acerca de mi música, me defino como cantautora "melan-cómica", que mezcla humor y glamour, energía y sensualidad, emoción e ironía. No soy muy cortavenas en mis canciones, me las corto en mis poemas. Digo que me corto las venas, pero con alegría, ya que algunos de mis temas hablan de violencia de género, por ejemplo, pero en un tono irónico, sobrentendido. Hace cosa de un año que consigo hacer canciones más melancólicas, aún tengo pocas, pero ahora las canto también. Las demás son más humorísticas, ligeras, o eso parecen... El problema mayor aquí, es el idioma. En mis canciones hay muchos juegos de palabras, palabras con doble sentido, y es un poco frustrante que la mayoría de la gente no me entienda.

Mur: Es que el texto es una parte fundamental de una canción. En gran parte es el instrumento principal para que el artista pueda establecer la comunicación con el público.

Mask: Por supuesto.

Mur: ¿Sueles componer en francés, español, inglés?

Mask: 80% francés y 20% español. En inglés, de momento, sólo versiones. Así que mis conciertos se han convertido en una especie de show hablado/cantado, donde explico las canciones antes de cantarlas. Cuando hay alguien que entiende, o cuando toco en Francia, me emociona cuando la gente se ríe mientras canto, y no sólo mientras explico. Así puedo ver que el texto funciona.

Mur: Hablemos ahora sobre el proceso creativo.

Mask: Las canciones me suelen llegar canciones en los momentos más inoportunos: en la ducha, en el coche, en un concierto de alguien.... Desde siempre, he tenido dictáfonos en mi bolso. Ahora con los móviles, es súper cómodo. Grabo cada idea que tengo, para no olvidarla. Para las canciones, me suelen llegar letra y melodía a la vez, de no ser así, se queda en un poema. Puedo escribir un tema muy rápido, y hay otros que me cuestan más terminar. Cuestión de momentos, como siempre.

Mur: Así que no existe para ti un procedimiento concreto o un horario determinado.

Mask: Siempre privilegio lo que estoy haciendo a lo que debería hacer. No tengo horarios para nada (aparte del trabajo), ni para comer, ni para dormir, aún menos para escribir. No soy de esas personas que se ponen a su mesa de trabajo de manera regular. Nunca lo supe hacer.

Mur: Has hablado de que tus canciones tienden un poco a la melancolía y a un humor a veces irónico. ¿Es mejor estar triste para componer? ¿Se inspira uno más? ¿Mira uno más dentro de sí mismo?

Mask: Creo que sí. Se crea un estado propicio para la creación.... O cuando tienes una emoción muy fuerte, incluso positiva. Pero depende, el último tema que escribí se llama "Penchants inavouables" (Confesiones inconfesables). Quisé hacer el retrato de los tipos de hombres que me gustaban, que realmente la mayoría del tiempo son lo contrario al tío del gimnasio con tablas de chocolate. Y así nació la canción: Bajitos, con gafas, con la nariz grande. con tatuajes, con barriguita....

Mur: En cuanto a las melodías, ¿las músicas que se funden con tus textos suelen seguir unas líneas convergentes, o buscas a veces los contrastes, es decir, una letra triste con una música alegre, o viceversa?

Mask: Suelen remar en una misma dirección, la mayoría del tiempo. Pero no siempre. Por ejemplo, una que es un diálogo entre un chico celoso patológico y su pareja: es muy cañera ya que él la acusa de todo. Así que para contestarte, sí, suelen encajar música y letra. Pero me diste una idea. Voy a procurar escribir una canción triste con música muy alegre, y lo contrario.

Mur: Sobre las historias que cuentas en tus canciones. Están inspiradas en tus experiencias vitales, o también te dejas llevar por la evocación, la reflexión o por la imaginación...

Mask: 80% experiencias vitales, 20% imaginación.

Mur: Para terminar sobre tu música que tipos de ritmos sueles trabajar más? ¿Qué clase de melodías ofreces en tus canciones?

Mask: Ritmos sencillos que pueda tocar y cantar la vez: Folk, pop, algún tema en bossa. Luego con la banda, los componentes del grupo aportan sus ideas. Así, un tema se puede volver un poco reggae, otro un poco celtico..., otros más rock. Yo sola, es más básico. También me gusta tocar en arpegios, por ejemplo.

Mur: Has nombrado a la banda y la forma de tocar, vamos a hablar ya del concierto del miércoles

Mask: En los conciertos, o toco sola, o en acústico con mi guitarrista Pitxu Méndez (el concierto del Miércoles será así) o con la banda. Me gustan mucho las colaboraciones y las fusiones, me encanta invitar a gente a cantar conmigo (temas míos y suyos, o versiones) en mis conciertos. En el concierto del miércoles, tendré varios invitados. Y tendré el placer de poder presentar, por fin, mi disco en formato físico. Tocaremos unos 18 ó 20 temas, algunos de este álbum, otros nuevos, y una versión de Eagle-Eye Cherry. Habrá unas colaboraciones, entre las cuales estarán Juan Fran Esparza y Martín Bueno (La Voz 2013), si nos da tiempo sacar el tema de Sting que queremos cantar juntos. Sólo habrá una versión o dos, lo demás serán temas propios.

Mur: Sobre tu disco, tu primer disco en formato físico, ¿qué nos puedes contar?

Mask: Se titula Bouts de moi, bouts d´emois (Trozos de mi, trozos de emociones). Lleva 9 temas,  hay 2 de encuentro, una historia de amor: Mes tras mes -en castellano-, 2 temas sobre la violencia de género y temas de desamor. Todos escritos y compuestos por mí. Fue grabado en Don Fe estudios, con el productor Tim Olfield. Conmigo en la voz, guitarra y coros; Jorge Mora en la guitarra, bajo, teclado y coros;
Paco Botía en las percusiones; Tim Oldfield en la guitarra melódica; Alberto Nuñez al violín en "Vague éclair". Tomson Espartal a la guitarra española en "Te quiero punto com"; y Roger Fontaine y Miguel Ángel Keaton en los Coros

Mur: Lo podremos comprar en el concierto, ¿verdad?

Mask: Sí, de momento en los conciertos y en algunos bares en los que dejaré copias serán los únicos lugares donde se podrá encontrar. Ahora debo ahora negociar con tiendas.

 

Pues por nuestra parte es todo. Maskarine, muchas gracias por conversar con murciocio.es. Desde nuestra página, queremos expresar que el compromiso con los artistas de la Región será real y trataremos, en la medida de nuestras posibilidades, de darles toda la difusión que se merecen. Para nosotros ha sido un orgullo poder contar contigo en esta primera entrevista musical de la web. Un fuerte abrazo, estaremos muy atentos a tu música y a tus actuaciones.

 

Maskarine encandila con su concierto en el Café Zalacaín

Jue, 06/11/2014 - 23:35 -- Miguel Casas

Deliciosa velada musical, la que tuvimos oportunidad de presenciar en el Café Zalacaín de Murcia este pasado miércoles. La francesa Maskarine, que llegaba a la cita con su primer disco de estudio -Bouts de moi, bouts d´émois- bajo el brazo, no decepcionó y ofreció un memorable concierto de casi dos horas de duración en el que repasó los principales temas que a la largo de estos años han ido curtiendo su propuesta sonora hasta convertirla en una de las más personales y exóticas del panorama regional actual.

Acompañada por el guitarrista Pitxu Méndez, Karine Lefebvre -voz y guitarra- dio comienzo a su actuación sobre las 23:00h en el interior de un local que minutos antes ya registraba una extraordinaria entrada para ocasión. Abrió Maskarine su repertorio de canciones con la agradable Une idée, y antes de la segunda de la noche, Le malheur des autres, subió al escenario el cantautor Juanfran Esparza para acompañar tocando el xilófono a la pareja protagonista.

A continuación, los sonidos acompasados de las guitarras de Méndez y Lefebvre, las introducciones sonrientes, las letras animadas, los estribillos pegadizos, las explicaciones oportunas y, sobre todo, la dulzura de una voz tan cálida como auténtica pronto inflamaron el ambiente del Zalacaín cautivando a todos los asistentes. Era imposible entrar en el Café y no quedarse mirándola. Era imposible escuchar y no quedarse escuchándola. Así, mientras se deslizaban las canciones con sorprendente agilidad, la atención entre la concurrencia terminaba cristalizando en un respetuoso silencio de admiración que no se quebraba más que para prorrumpir en aplausos al cesar las vibraciones de las notas en el aire.

La excelente On s´ra pas beaux quand on s´ra morts, la popular De la douceur, la evocadora On se déçoit, la simpática Ex… Qui?, la alegre Te quiero.com y la definitiva Mon fan nº 1 fueron hitos de especial resonancia en el rico concierto de Maskarine. Canciones de amores pasados recordados con gracia e ironía; canciones evocadoras donde lo onírico se mezcla con la realidad cotidiana; canciones reflexivas en las que el razonamiento cede a la idea feliz; canciones descaradas y profundas, frívolas y tiernas… El repertorio de Maskarine se desplegó como una completa escala de variados colores, tonos y temas hilvanados con el mimo de un artesano para lograr el efecto deseado. Las colaboraciones del mencionado Juanfran Esparza, que cantó junto a Karine una canción propia, o la de Dammy M.C., que cantó en De la douceur, aportaron variedad al ya de por sí entretenido espectáculo.

Cuando al filo de la 1:00h se puso fin al concierto, una importante cola se formó en torno al pequeño escenario del Zalacaín para saludar a los músicos y adquirir el esperado CD de Maskarine. Las sensaciones entre los asistentes no podían ser más satisfactorias. Por mi parte, que había vivido el espectáculo desde una cómoda posición justo en la última mesa del local, sólo pude acabar constatando la calidad y la belleza de lo presenciado. 

Maskarine, Amago y Rubén Reina llenan de aplausos La Puerta Falsa

Sáb, 14/11/2015 - 20:11 -- Miguel Casas

Este pasado jueves, seducidos por el cartel de la nueva entrega del certamen de cantautores Clave de Fa, acudimos a La Puerta Falsa para encontrarnos, tras casi un año, con la murciana más francesa de nuestra escena, Maskarine, y, junto a ella, conocer el proyecto de Amago y las composiciones de Rubén Reina.

Así, a eso de las 23:00h, ocupando un discreto lugar desde el que poder registrar todo con la mayor fidelidad, nos dispusimos a vivir otra noche de música en clave de fa o, lo que es lo mismo, en clave pausada, íntima, atenta y cercana. Una clave que, sin duda, es la adecuada para empaparse de una música que, a diferencia de los violentos torrentes que erosionan la tierra, fluye mansa como el sonoro transcurso de un río cuyo caudal germina la tierra por la que pasa.

De esta manera, con el local lleno a rebosar y la expectación creciendo por momentos, comenzó su actuación Amago para abrir la velada atrapándonos desde el principio con las canciones de su álbum debut, Pulsión Operante; un trabajo editado en 2014 y de estilo innovador en el que destaca la presencia de los teclados, los juegos de sonidos y los desarrollos instrumentales para construir suaves melodías de aspecto frágil, pero de amplio vuelo, en las que las letras son apenas breves y lejanas sugerencias de aquello que evocan sin llegarlo a nombrar. Así, con canciones como El último cielo, Como una pera o Nadadora de noche el concierto de Amago, que apareció flanqueado por Alicia Martínez en los teclados y Miguel Reina a la guitarra, fue avanzando como un vuelo en espiral hasta concluir cosechando una generosa ración de aplausos.

A continuación, y siguiendo con el desarrollo alterno del formato habitual de estas veladas, ya que Amago había juntado en una sus dos apariciones por motivos técnicos, se alternaron las dos actuaciones de Rubén Reina con las otras dos de Maskarine. Sobre el cantautor murciano, lo primero que nos llamó la atención fue la sobriedad sonora de su puesta en escena -solo guitarra y voz-, que trató acertadamente de enriquecer con la presencia de la armónica. Por otra parte, dotadas de melodías sencillas, letras claras y motivos que irían desde el amor de pareja o el paso del tiempo hasta otros más sociales y actuales como las crisis de refugiados, las canciones de Rubén Reina se apreciaron aceptables en cuanto a su composición aunque quizá en su ejecución podrían haber mostrado un mejor nivel de afinación y tono vocales. No obstante, la respuesta de los asistentes para con el joven cantautor acabó siendo satisfactoria merced a los aplausos que le tributaron.

Tras las dos mini actuaciones de Rubén Reina, llegarían las otras dos de Maskarine, quien, acompañada por Pitxu Méndez a la guitarra, comenzó su recital con Penchants inavouables –Confesiones inconfesables- y L´historie d´un homme amoreux d´un poster -Historia de un hombre enamorado de [la mujer de] un cartel- para volver a demostrar una vez más que se trata de uno de los valores más seguros dentro de nuestra escena regional. Y es que, si a la variedad de tramas, enfoques y melodías que trabaja, le sumamos la agilidad con la que se maneja en la interpretación, la solvencia de su voz y el exotismo de su acento, lo que nos queda es precisamente eso: una de nuestras mejores y más valoradas compositoras. Y es por eso que, a pesar de que son pocos los que pueden entender sus letras en francés, todos, absolutamente todos, cuando la escuchamos no podemos dejar de atender.

Por último y para terminar esta crónica, dado que es sábado y tristemente hemos tenido conocimiento de los bárbaros actos criminales que han segado la vida de más de cien personas en las calles de París, no querríamos despedirnos sin tener un sentido recuerdo hacia las víctimas de la atrocidad, hacia sus familiares, y hacia todo el pueblo francés, el cual nunca estará solo porque, más allá de las nacionalidades, el ataque que ayer sufrieron en su territorio fue en realidad cometido contra el mundo de libertad, igualdad y fraternidad en el que todos queremos vivir.

Maskarine y Mar de fondo, canciones con cuerpo y alma en Ítaca

Sáb, 30/01/2016 - 17:59 -- Miguel Casas

Caído el dulce manto nocturno sobre la Ciudad, en el día de ayer volvimos a salir de caza por las calles de Murcia en busca de la música que tanto necesitamos para vivir aquellos que no vivimos solo de pan. Así, cruzando el bosque de atracciones ya apagadas y recogidas de la Plaza de Santa Eulalia, fuimos a dar a la calle Mariano Vergara, donde en la vitrina de un Café se anunciaba un suculento menú: Maskarine y Mar de fondo.

Detenidos frente a la puerta del Café -el Café no podía ser otro que Ítaca- cruzamos su mítico umbral para atravesar el salón de mesas y sillas colmadas de público y acabar ocupando un discreto lugar desde el que captar cuanto aconteciese durante el concierto. Un concierto que, originariamente previsto para el trío “No hay dos sin tres”, hubo de ser reestructurado por la ausencia obligada de Dammy MC y ser desarrollado en formato dúo por las mencionadas Maskarine y Mar de fondo.

De esta forma, con un planteamiento diferente al de partida, pero igualmente interesante, las dos experimentadas cantautoras abrieron la velada a las 22:30h con una primera batería de tres canciones que corrieron a cargo de Mar de fondo; eso sí, brillantemente acompañada por Berni Castaño y Juanfran Esparza. Mariposas, Hoy como ayer y La Nuit, esta última en francés y cantada junto con Maskarine, permitieron vislumbrar la variedad de un espectáculo que estaría lleno de colaboraciones y sorpresas.

Por su parte, Maskarine, que se estrenó con Une idée, Penchants inavouables y Tu me perds, esta última interpretada con Mar de fondo a las voces y Berni Castaño a la guitarra, no hizo sino confirmar la estructura alterna de un concierto en el que ambas cabezas de cartel no solo se irían sucediendo sobre el escenario al ritmo de sus repertorios, sino que también encontrarían momentos para coincidir sobre el mismo acompañándose la una a la otra.

En su siguiente turno, Mar de fondo haría sonar Memorias vacías, sobre el maltrato a la mujer; El vuelo, sobre las personas que no encajan bien los golpes de la vida; y Chico para todo, sobre las virtudes que debe poseer un chico para ser apreciado como perfecto. Como ocurriera en las anteriores tandas, este último tema también fue cantado al alimón por Mar de fondo y Karine, quien le dio un toque muy colorido a la letra haciendo una especie de traducción simultánea al francés de algunas partes de la misma.

Hacia el ecuador del concierto, tendría lugar una de las sorpresas más destacadas de la velada cuando el poeta Tadeo Peñarrubia subió al escenario para recital uno de sus poemas que giró en torno a la explotación de la mujer y al trato denigratorio que muchas de estas reciben de la sociedad. Sin duda, unos minutos poéticos que, lejos de romper el ritmo del espectáculo, contribuyeron a enriquecerlo y a profundizar en un tema que ya había sido tocado musicalmente.

Adentrándonos en la segunda mitad del recital, destacarían canciones como la elegante y delicada On s´ra pas beaux quand on ´s ra morts, la animada y pegadiza De la douceur, o la sinuosa y sincera On se déçoit, de Maskarine; así como la alegre y llamativa Lunática, la elaborada y variada Escotes de poemas o la fresca y coloquial Sólo del viento, de Mar de fondo.

De esta manera, el concierto, que aún contaría con la presencia de otro invitado, José Díaz a los coros, llegó a su final con Mar de fondo dando las Gracias a los asistentes entre aplausos y flashes para poner el colofón a una noche a la que, por no faltarle, no le faltó ni siquiera un cumpleaños que celebrar -el de la propia Mar- con el que redondear una noche de lo más agradable.

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Maskarine, dos años después en el Café Zalacaín

Mar, 15/11/2016 - 08:36 -- Miguel Casas

Como si hubiera pasado un suspiro, en lugar de dos años y ciento cuatro crónicas musicales desde que la vimos por primera vez -precisamente en el Café Zalacaín-, este sábado recorrimos las mismas aceras por las que pasamos el 5 de noviembre de 2014 para acercarnos al céntrico café murciano de la calle Enrique Villar con el fin de presenciar una nueva actuación de Maskarine.

Así, ante un salón que luciría un aspecto más que aceptable, pese a que la hora marcada para el comienzo del concierto eran las 21:00h, la cantautora francesa, acompañada por su fiel guitarrista, Pitxu Méndez, levantaría el telón de la velada haciendo sonar Itinéraire bis antes de deslizar dos temas como Tu me perds y Vague éclair, pertenecientes a su primer trabajo de estudio, “Bouts de moi, bouts d´émois”.

Sin embargo, a pesar de que las canciones incluidas en ese álbum debut de Maskarine habrían de tener un peso notable a lo largo del recital, la cantante gala no renunciaría a introducir temas de nueva creación que, como Dans tes bras de pasage, ¿Para qué sirve ser un sol? o La page blanche, acabarían integrándose a la perfección en un repertorio en el que, además, no faltarían piezas tan celebradas como De la douceur, Te quiero punto com, Ex… Qui?, Chien et chat, o Mon fan nº 1.

De este modo, llevados por las guitarras siempre delicadamente acompasadas de Lefebvre y Méndez, el concierto de Maskarine avanzaría ágil y animado en lo estrictamente musical, pero también pleno de guiños de complicidad lanzados entre canción y canción al público en forma de reveladoras introducciones y de divertidas clases de francés a través de las cuales la cantautora mostraría sus buenas aptitudes como docente.

Ya concluido el recital entre aplausos, como en 2014, esta vez tampoco pudimos salir del Café sin felicitar a la cantante por el espectáculo ofrecido ni felicitarnos a nosotros mismos por haberlo vivido. Y es que la compositora francesa, tras nueve años en Murcia, no ha hecho sino afianzarse como una de las voces más reconocibles y apreciadas de la fértil escena Regional ganándose, de esta manera, el derecho a ocupar un lugar de privilegio entre nuestros músicos más queridos.

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