El UCAM CF toma aire en La Condomina
Sangre, sudor y lágrimas le ha costado al UCAM CF deshacerse del Numancia de Soria en un partido pleno de garra, goles y emoción -quizá más propio de Copa del Rey que de Liga-, que tuvo un penalti, dos expulsiones, dos tiros a los postes, cinco goles y nada menos que siete minutos de descuento.
Y es que, como una verdadera final para el conjunto de José María Salmerón se presentaba hoy el duelo que mediría en La Condomina al UCAM y al Numancia. Así, con la tensión propia de un encuentro en el que ambos equipos se jugaban tres puntos de oro en su agónica carrera por evitar el descenso de categoría, los primeros minutos del choque estarían marcados por el gol que a los siete minutos de juego logró para los visitantes Valcarce y que puso a los locales contra las cuerdas casi desde el inicio.
De este modo, como un boxeador tocado tratándo de rehacerse después de recibir un duro golpe en su mandíbula de cristal, los azulones pasarían buena parte del primer tiempo lanzando desacertados golpes al aire que solo estuvieron cerca de hacer daño a su rival a través de un lanzamiento de Collantes que se estrelló en el poste tras una preciosa contra.
Ya en la segunda parte y aún con 0-1 el partido se volvería loco en los primeros cinco minutos gracias al gol de penalti que consiguió el UCAM por mediación de Imaz y por la expulsión que, casi a continuación, sufrió el Numancia. Sin embargo, como no hay rival pequeño –ni partido fácil para el UCAM- aunque los locales estuvieron a punto de lograr la remontada, cuando mejor jugaban éstos, los que consiguieron el gol con uno menos fueron los jugadores del Numancia gracias a un córner que remató a las redes azulonas de nuevo Valcarce.
Así, con 1-2 en el electrónico y La Condomina maldiciendo su suerte, los universitarios, lejos de venirse abajo siguieron peleando en pos de la necesaria victoria y Natalio, a ocho minutos para el final, marcó el tanto del empate para delirio de un estadio que, pese a la fina lluvia que lo cubría, ardía de ganas por ver a su equipo alzarse con la victoria. Una victoria que, definitivamente, se materializaría tras una jugada de tiralíneas comenzada y culminada por Jonathan Mejía.
