Vencejo presenta con éxito "Para Empezar" en la Sala 12&Medio
Noche de altos vuelos, la que tuvimos oportunidad de vivir este pasado viernes en la Sala 12 & Medio de Murcia con ocasión de la puesta de largo de Para Empezar, primer disco de Vencejo o, lo que es lo mismo, Pito Hervás; quien, rebautizado con nombre de ave, ha decidido desplegar sus alas para mostrar el bagaje acumulado durante una carrera siempre ascendente y encabezar un proyecto musical propio que, sobre todo, transmite alma y calidad a raudales.
Así, sobre las 22:30h, ya con numeroso público congregado a las puertas y en el interior de la Sala, los encargados de abrir la velada serían Sra. Robinson, una de nuestras bandas más interesantes y activas fuera de la Región que, a pesar de tocar sin las guitarras eléctricas ni la batería que les dan su sonido más característico, sí que fueron capaces de reproducir la esencia del rock vivo, callejero y elegante, de melodías rotundas y letras diáfanas, que destilan.
De esta manera, en formato de dúo acústico, Raúl Escribano y Julián Balibrea, haciendo sonar canciones como Un pedazo de mi corazón, Cuando pase la tormenta o Nadie se fía de ti lograron cumplir con la misión de calentar al personal ofreciendo un breve repaso a sus dos trabajos de estudio -Nada en la nevera y A medio camino- que, tras cuarenta minutos dejó con ganas de conocerles más y poder disfrutarles en su versión más completa y rockera.
Ya a las 23:35h, con la Sala llena hasta bandera y la expectación acumulándose en altas dosis, Vencejo y su bandada de músicos hicieron acto de presencia sobre el escenario de la 12 & Medio para delirio de un público que lo recibió por todo lo alto y que, sin embargo, supo guardar un silencio sobrecogedor para escuchar D-Lirio, el primer tema del concierto que sirvió para presentar la cara más íntima, evocadora y poética de Vencejo, así como su gusto por los largos desarrollos instrumentales.
Tras D-Lirio, canción con la que el espectáculo alzó el vuelo, llegarían temas tan llamativos como Vive, toda una declaración de intenciones de ritmo muy marcado y sinuoso en la que el órgano dejó paso al acordeón, o Para empezar, bellísima balada country que contó con la presencia en los coros de Lolipops y que, sin duda, constituyó todo un ejemplo de cómo un género musical lejano puede ser perfectamente asumido y cantado con voz nueva y propia a miles de kilómetros de donde nació.
Cambiando de rumbo, como en una dulce migración, sobrevolamos los territorios del rock más sureño que se hace en nuestro país. Unas coordenadas sobre las cuales desde hace décadas bandas de tanto prestigio como Los Marañones han venido dando frutos de incuestionable calidad como, por ejemplo, El final, animado rock de melodía irresistible y redonda que Vencejo hizo sonar para rendir el justo homenaje a una banda de la que se confesó deudor.
Dirigiéndonos hacia una amplia banda nubosa, nos adentramos de nuevo en la dulce nebulosa de la que Vencejo saca su lado más sugerente y onírico. Suave poesía de los elementos –hecha de tierra, aire, agua y fuego- en la que nos pudimos recrear gracias a temas como Siempre los mismos, DagBag, Tierra y mar –estas dos últimas instrumentales- y sobre todo Desde lejos, una espectacular balada de ritmo lento y aire folk en la que hacia el final brillaron las guitarras eléctricas evocando el canto de las ballenas.
Rolando el viento, el vuelo del concierto se encaminó a su recta final a lomos de tres temas que sobresalieron especialmente: En los pies, elegante tema de corte clásico y magníficos coros souleros que corrieron a cargo de las Lolipops; Mantra, nuevo hito instrumental de la velada; y Nada mal, rock and roll rotundo y desaforado que puso la Sala patas arriba y que contó con la presencia de Miguel Bañón para concluir, a eso de las 00:45h, un espectáculo musical que resultó de lo más gratificante.