Alberto García

La belleza de la rabia

Crear: 09/15/2017 - 13:57

Cuando llegas a un local repleto de público expectante y encuentras un escenario con dos guitarras, un ordenador, tres pedaleras de efectos y un micro, sólo puedes pensar en cuándo saldrá la banda a tocar. Pero no. Quien iba a poner de largo su último disco era Alberto García.

El joven y brillante músico vallisoletano ofreció todo un recital de buenas maneras y magnífica ejecución ante la presentación oficial de su “Welcome to my story” en las tablas del Monkii Bar y a la venta en todas las plataformas digitales. Un álbum formado por música instrumental, dividido en varias partes y en el que García habla y expresa lo que lleva dentro mientras toca todos los instrumentos que lo forman.

El concierto comenzó puntual y con clase, como no podía ser de otra manera, con las dos partes que forman The Travel. Un vuelco da el corazón cuando descubres que las notas que oyes se convierten en pura emoción. Alberto se dio varios lujos esa noche. El primero fue reproducir Guitar Storm tan sólo con guitarras (sonaban cuatro a la vez) mientras que hacía sus solos con una estelar PRS roja. Herramienta de maestros. Combinaba eléctrica y española a partes iguales en una especie de danza sensorial en la que tenía embaucados a todos los presentes. Sus manos suben y bajan del mástil a una velocidad endiablada. Todo lo que toca es lógico, elegante y sentimentalmente cautivador. Sus influencias declaradas van desde Mike Olfield hasta la música celta, pasando por la new age. Pero con un estilo propio, reconocible e inimitable.

Su creatividad le llevó a anunciar como guinda a la noche que lo oído eran composiciones nuevas. Excepto 13 minutos, el resto lo preparó en exclusiva para ese concierto. Toda una declaración de intenciones sobre lo que puede llegar a desarrollar.

El siguiente lujo fue improvisar los últimos minutos de show con una guitarra española. Apoteósico final para una noche que no será fácil de olvidar. En definitiva estamos ante uno de esos músicos que aparecen cada mucho tiempo en el mundo cultural. Y tenemos la suerte de tenerlo entre nosotros. Porque sabemos que le queda poco para ser conocido en el resto del país. Alberto García es el presente y el futuro de la música con mayúsculas. Alberto García es la belleza de la rabia.

Entrevista a Alberto García: "Por primera vez en mucho tiempo soy feliz, y con Rainbow he querido expresar eso"

Crear: 01/15/2018 - 21:52

Me adentro en el mundo musical del productor y músico Alberto García. Quedamos en sus estudios (AGH Studio), muy poco dado a conceder entrevistas, se encuentra en plena promoción de su flamante nuevo disco Rainbow. Juega en casa y eso le calma, hace que todo fluya mejor. Saco la grabadora, la cámara de fotos y comenzamos. Pero antes de empezar García advierte: "que no sea larga, voy a ir a ver el concierto de un amigo". Músico al 100%. 

¿Nuevo disco y nuevo concepto sonoro? 

En parte sí, he experimentado mucho más y he sido mucho más meticuloso con Rainbow que con mi anterior disco, lo he hecho menos lineal para cambiar el concepto tan monótono que tuvo mi primer disco. 

Lo que se nota es una evolución en el uso de instrumentos ¿Buscada o encontrada? 

Totalmente buscada, estuve una semana con el disco compuesto y esperando a grabar porque necesitaba comprarme una guitarra acústica nueva y arreglar la guitarra española, que estaba rota. No podía empezar a grabar, quería utilizar absolutamente todos los instrumentos que estaban en mi mano.  

Hasta has metido voces. 

Sí, bueno, en la primera parte pongo una que parece de ultratumba o subliminal, y en el final de la segunda es un coro en el que participo yo y tres colaboradores, que son Salva Gascó, Ramón Romero y Rubén Ayllón. No me suele gustar el tema de poner voces pero cuando la composición lo pide a gritos no me puedo negar. 

Rainbow es un disco conceptual. ¿No temes que, hoy día, no se entienda ese tipo de trabajos? 

No, soy plenamente consciente de que puede haber mucha gente que no lo entienda, pero arriesgarse forma parte de la vida del músico, muchos grandes músicos y grupos también fueron conceptuales en su época y se arriesgaron y les salió bien la jugada. No obstante, yo estoy satisfecho con el resultado y eso es lo que más me importa.  

Veo Rainbow como una obra de luz y color ¿ se concibió así? 

Sí, yo siempre he hecho música triste porque así me salía, quizá porque mi vida no ha sido precisamente un camino de rosas, pero ahora por primera vez en mucho tiempo soy feliz, en gran parte gracias a que salí del armario, y con Rainbow he querido expresar eso, como de una época gris que ha durado mucho tiempo, he pasado a una época de luz y color. 

Escribes tu música, la produces, la tocas... ¿te sientes miembro de un nuevo Renacimiento artístico? (Donde el músico lo hace todo). 

Pues nunca me lo había planteado, yo creo que a todo músico que sea músico por vocación le resultaría fácil hacerlo todo. La mayoría de músicos que conozco están en grupos, pero aparte cada uno hace sus cosas, y a mí eso me resulta muy interesante y lo admiro mucho. 

Hemos hablado del concepto musical de Rainbow, pero ¿cuál es el concepto personal? 

El gay power (risas). Rainbow es la historia cronológica de mi experiencia con mi homosexualidad. Por ejemplo, los tres primeros minutos del disco son un tanto misteriosos y representan el momento en el que me empecé a plantear que era homosexual, luego hay una parte que expresa una lucha interior que tuve para aceptarla y termina con un solo de guitarra épico y así va avanzando sucesivamente... 

En febrero comienzan las presentaciones ¿cómo planteas los conciertos? 

Muy sencillitos. El día diez toco en Qué Sabe Nadie y va a ser una secuencia con el backing track del disco: yo tocando las guitarras solistas y a lo mejor proyecto un vídeo. A mí me encantaría tener a diez músicos a mi disposición para hacer un macro-concierto de Rainbow, pero es lo que hay, ja, ja, ja. 

¿Ya con ideas nuevas para un próximo proyecto? 

Tengo varios proyectos. Uno es un dúo junto con la cantante Mar de Fondo, que se llama 'Flights And Oceans', luego tengo otro a largo plazo en el que quiero hacer otro estilo muy diferente, pero no dejaré de hacer lo que suelo hacer. 

Para finalizar, ¿el futuro de la música está en grabar discos, en tocar en directo o en ambas? 

Yo diría que en ambas, aunque depende mucho del grupo o artista. 

 

Alberto García pinta de colores la noche murciana

Crear: 10/16/2018 - 02:10

Caminando por las calles iluminadas de ese gran parque de atracciones que es la ciudad de Murcia para los amantes de la música, este sábado nuestros pasos fueron a dar hasta el Monkii Bar; pequeño local enclavado en el corazón de Santa Eulalia en el que desde hacía varias semanas estaba programada la actuación del jovencísimo compositor y multiinstrumentista Alberto García.

Así, aguardando el comienzo del recital mientras nos preguntábamos qué sorpresas nos depararía, nuestra imaginación empezaría a jugar con las posibilidades que podría encerrar un despliegue técnico del tamaño que había preparado el músico justo antes de comprender -al verlo entrar en el bar portando unas enormes gafas de colores- que cualquier intento de adivinar lo que nos esperaba habría de quedarse, irremediablemente, corto.

De esta manera, repartiendo con alegría gafas idénticas a las suyas entre el público para que todos pudieran disfrutar del espectáculo “en 3D” que, no en vano, supone toda actuación en vivo, Alberto García comenzaría su concierto dejando claro desde los compases iniciales que su intención sería la de trascender lo puramente musical y brindar una experiencia que fuera capaz de envolver al público desde diversos ángulos.

En consecuencia, recurriendo a técnicas de expresión corporal, al vídeo y al humo a fin de crear una atmósfera propicia para la creación y la recepción, el músico haría sonar los acordes en permanente evolución de “Rainbow” usando de forma sucesiva la guitarra eléctrica, la española, el bajo y los teclados hasta sumergirse en un viaje sonoro con destino a las profundidades de sus vivencias más íntimas y del cual habría de regresar proclamando el triunfo de la música como vehículo de expresión artística y personal.

Entonces, concluyendo el alarde instrumental con el que el músico hipnotizaría al público durante más de veinte minutos, Alberto García cambiaría de tercio para invitar a la escena a su amiga Mar de Fondo e interpretar junto a ella In love y Brainstorming; dos canciones que han compuesto al alimón dentro del proyecto que han decidido compartir y que han bautizado como “Flights and Oceans”.

Más adelante y ya en la recta final del breve recital, García habría de ofrecer la mayor sorpresa de la velada cuando, transformándose en cantante tecno-pop para hacer efectivo el pago de una apuesta perdida, ejecutaría la trepidante y divertida En la casa de mi tía; composición con la que el músico terminaría de convertir su espectáculo en una fiesta redonda, estimulante y technicolor.

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