Llevaba desde 2007 celebrándose en el Estadio de Fútbol Sánchez Cánovas, y este año, pasando al Polideportivo El Romeral, el Festival BSide de Molina de Segura pareció querer dar un salto de calidad que, en la noche del sábado, se confirmó como un rotundo paso atrás a nivel organizativo.
No así en el aspecto musical, lo cierto es que el cartel, conformado por bandas como Neuman, Monarchy, Alien Tango, y con Sidonie y Los Planetas como cabezas de cartel, había permitido augurar durante meses que Molina volvería a disfrutar de una nueva velada musical indie de altura coincidiendo con su Feria. Y es que debe recordarse que por las cuatro últimas ediciones del BSide habían pasado grupos de la talla de Izal, Fuel Fandango, Vetusta Morla, La habitación roja, Fangoria, Love of lesbian, Lori Meyers o Second.
De este modo, con el deseo de disfrutar del buen ambiente y de la buena música que durante los años anteriores habían caracterizado al certamen, serían miles las personas que se acercarían hasta su nueva sede, que abrió sus puertas a las 19:30h y donde poco después tendría lugar la actuación de Cala Vento, joven banda de rock nacida en Barcelona que arrancó el BSide con un potente directo para poner a bailar al público más madrugador al compás de su segundo disco, “Fruto Panorama”. Disco que, por cierto, les volverá a traer a Murcia el próximo día 6 de octubre.
Más adelante, a las 20:45h y tras la aplaudida actuación de Cala Vento, llegaría la de Neuman y con ella, lamentablemente, los primeros problemas de organización de los que, con el ánimo de agilizar el relato de los conciertos, daremos cumplida cuenta al final de la presente crónica. Así, ciñéndonos a lo estrictamente musical, el recital de Paco Román se iniciaría con Dizzy; tema anticipo del que será su cuarto disco con Neuman, “Crashpad”. Sin embargo, lejos de ofrecer solo canciones de su próximo LP, Paco Neuman abriría su repertorio para brindar al público una cuidada selección de piezas en la que no faltarían clásicos como Tell you, Bye fear hi love o Sil Fono. De esta manera, atrapando al respetable con su pop sugerente e hipnótico, pleno de evocadores desarrollos instrumentales y cuidados coros, Neuman completaría un concierto de altos vuelos que concluiría con el público cantando Turn it.
Entonces, con el reloj marcando las 22:10h, llegarían Los Planetas; grupo de referencia del último cuarto de siglo de nuestra música al que le caben dos honores: el primero, dudoso. Ser inventores de la tercera lengua que se canta en España, que es, tras el español y el inglés, el español que no se entiende; el segundo honor, incuestionable. Ser uno de los principales precursores del nuevo indie que ha culminado la renovación del pop español y lo ha hecho masivo sin contar con el apoyo de televisiones ni radios generalistas.
De este modo, con una notable corte de seguidores entre el público, la formación encabezada por Jota Rodríguez desplegaría un pop de trazo difuminado con el que empezó a pintar melodías de finales del siglo pasado como Segundo premio, Santos que yo te pinté y Parte de lo que me debes. Entonces, superado el ecuador del concierto, la banda incidiría más en su nuevo álbum, “Zona temporalmente autónoma”, interpretando temas como Islamabad o Espíritu olímpico que, no obstante, se alternarían con otros de mayor recorrido como José y yo y De viaje; canción, esta última, con la que concluyó el concierto de forma abrupta y con la parte menos incondicional del respetable quejándose por la falta de ritmo de la que adoleció el recital y por una selección de temas que dejó fuera canciones como Cumpleaños total, Un buen día, Pesadilla en el parque de atracciones o El espíritu de la Navidad.
Fuera como fuere, lo cierto es que a continuación le tocaría el turno a Monarchy, banda londinense de música electrónica que, desde que apareció en el mercado su primer disco, “Around the sun”, se ha convertido en una de las más reputadas y apreciadas para los amantes de este género musical. Así, con una llamativa puesta en escena en la que destacarían el vestuario y el maquillaje futuristas de Ra Black, el dúo británico haría las delicias del público más aficionado al tecno-pop brindándoles un concierto con el que no pararían de bailar y que, además, se extendió casi media hora más de lo previsto. En concreto, hasta la 1:00h. Hora a la que debía comenzar Sidonie.
Por tanto, con más de treinta minutos de retraso, a la 1:35h, se presentaría sobre el escenario del BSide el trío barcelonés encabezado por Marc Ros traído por una gira, la de su último LP, que, de hecho, comenzó hace casi un año en La Alberca. En consecuencia, deshojando las canciones que, como pétalos de pop-rock fresco, luminoso y descarado, han florecido en el “El peor grupo del mundo”, Sidonie pronto se metería en el bolsillo al público a base de simpatía y, cómo no, de temas tan redondos como Os queremos, El peor grupo del mundo, Fundido a negro o Carreteras infinitas. Sin embargo, interpretando canciones de sus anteriores trabajos como Nuestro baile del viernes, Sierra Canadá, El incendio o Estáis aquí, la banda conseguiría ofrecer un repaso completo y variado de la que es una de las carreras más longevas y brillantes del actual pop español.
Finalmente, más allá de la actuación de Alien Tango, que comenzó pasadas las 3:00h y cerró el festival en lo que a actuaciones en vivo de grupos de música se refiere, retomando el tema de los fallos de organización, que dejamos pendientes al principio del presente artículo, expondremos que básicamente estos fueron siete:
1. El nuevo emplazamiento dentro del casco urbano, que generó problemas de aparcamiento entre los asistentes al festival y molestias a los miles de vecinos de los barrios aledaños al Polideportivo. Recordemos que el anterior emplazamiento, a las afueras de Molina, contaba con un amplio e iluminado aparcamiento; aunque, eso sí, de tierra.
2. Los accesos insuficientes, que crearon colas mucho más largas que las de otros festivales con mayores medidas de seguridad y con más volumen de público, como el WAM en Murcia o el San San en Benicasim, por citar dos en los que murciocio.es ha estado presente en este 2017.
3. La escasez de barras y de puestos de comida, que originaron ya dentro del recinto notables problemas de movilidad y de suministro a los espectadores. En este punto cabría añadir que ni siquiera estaban bien señalizados los puntos donde debían comprarse los tickets para retirar las bebidas.
4 La escandalosa falta de aseos en el recinto, que provocó colas de entre treinta y cincuenta minutos para poder usarlos. Aquí, hay que apuntar como hecho especialmente grave, junto a la disminución de habitáculos para mujeres, la supresión de los urinarios prefabricados para hombres que en pasadas ediciones se mostraron cruciales para agilizar las visitas al aseo y, de paso, ganar espacio.
5. La lona de plástico con la que la organización pretendió proteger el césped artificial del campo de fútbol desde los pies del escenario hasta la mesa de sonido. Y es que dio como resultado que, convertida en una molestísima plasta pegajosa por las bebidas derramadas en amplios sectores, acabara siendo rajada por el público y hecha jirones que provocarían más de un tropezón.
6. El escenario, que con respecto al de años anteriores perdería las dos pantallas laterales de televisión que permitían seguir los conciertos; aunque, eso sí, incorporaría una pancarta de publicidad que, colocada en lo alto de la estructura, se desprendería por la fuerza del viento hasta posarse mansamente sobre el teclista de Los Planetas en medio de su concierto.
7. Los retrasos de Sidonie y de Alien Tango de más de media hora. Y es que, a pesar de que los festivales llevan a rajatabla el cumplimiento de los horarios, tampoco con eso pudo cumplir en la noche del sábado la organización del Festival BSide.
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