Coti

Noche de gala y rock en la Plaza de la Cruz Roja

Dom, 14/09/2014 - 20:19 -- Miguel Casas

Fotografía: Javier Zuñel

El pasado viernes 12 aconteció en la Plaza de la Cruz Roja de Murcia el que ha sido probablemente el mejor concierto de toda la feria en relación calidad-precio. Y es que pocas veces, sobre todo hoy en día, puede verse por el módico precio de cero euros a una estrella internacional como Coti Sorokín tocando un repertorio cuajado de éxitos acompañado de un cantante como Carlos Vudú, que es uno de los artistas locales con mayor proyección.

La velada, que congregó a más de 3000 personas junto al Puente Nuevo en una agradable noche, comenzó alrededor de las 22:00h con el concierto de Carlos Vudú. El de Puente Tocinos, que para los que no lo sepan es la cuna del rock murciano, consiguió pronto meterse al público en el bolsillo gracias a una precisa y acertada selección de temas extraídos de sus dos discos en solitario Cartas marcadas y Tratados de soledad. Carlos Vudú y su clan Jukebox desplegaron su arte y su magisterio sobre el escenario derrochando coraje y buenas canciones de rock durante la hora escasa que tenían de tiempo para demostrar de lo que son capaces.

El trabajo de telonero a veces puede parecer desagradecido, pero en ocasiones como la del viernes es una oportunidad para que músicos con talento y argumentos como Carlos Vudú puedan darse a conocer a un público más amplio. Concierto a concierto Carlos va creciendo y eso es algo que se nota en sus espectáculos y nos hace sentir especialmente satisfechos. Las tablas del escenario y los kilómetros de carretera van llenando el equipaje, acumulándose, curtiendo la piel, y dejando su poso en este joven músico que ya empieza a poder presumir de maduro dentro de la nueva y prometedora generación de rockeros españoles.

Fotografía: Juanma Flores

Sobre las 23:00h dio comienzo el plato fuerte de la noche, la actuación de Coti Sorokin. Como curiosidad diremos que el artista argentino volvió a pisar el escenario de la Cruz Roja exactamente cinco años después de que lo hiciera por primera vez allá por el 12 de septiembre del año 2009.

Este nuevo concierto de Coti en la Plaza de la Cruz Roja desarrolló un repertorio de canciones prácticamente calcado al de aquella primera vez de hace cinco años. El concepto era ofrecer un repaso de los grandes éxitos que ha compuesto el argentino durante toda su carrera tanto para él mismo como para otros artistas de la talla de Paulina Rubio, Julieta Venegas o Diego Torres entre otros.

Este recorrido por la trayectoria de Coti resultó de lo más agradable porque permitió a un público de lo más heterogéneo acercarse a disfrutar de una noche de música en directo, en armonía, y sin sobresaltos. El de Rosario, que estuvo en el escenario alrededor de una hora y media, se mostró en todo momento muy receptivo y animado. Coti hizo las delicias de todos los espectadores gracias a temas como Lento, Te quise tanto, Color esperanza o Andar conmigo. Para la parte final del espectáculo se reservó sus conocidas Antes que ver el sol y Nada fue un error, que acabaron por elevar el ánimo de un público que ya andaba entregado y coreando todos a una los conocidos estribillos de las letras de Coti.

Finalmente, sobre las 00:30h Coti concluyó su recital, aunque no sin antes mostrar orgulloso una camiseta del Real Murcia con la que alguien le había obsequiado. Tras saludar afectuosamente, el cantante se retiro con su banda a los camerinos y el público vació despacio el recinto charlando animadamente sobre música.

La Guardia, Coti y Alejo Stivel harán vibrar este sábado Las Torres de Cotillas

Crear: 08/26/2024 - 02:04

Espectacular velada, la que podrá disfrutarse este próximo sábado en Las Torres de Cotillas, hasta donde llegarán de una tacada nada menos que La Guardia, Coti y Alejo Stivel para celebrar por todo lo alto sus fiestas patronales y despedir a golpe de grandes éxitos el mes de agosto.

Así, a partir de las 22:00h en la céntrica Explanada Maestro Ángel Palazón y con acceso libre, los tres conciertos programados comenzarán a sucederse uno tras otro para hacer realidad un cartel de ensueño que, ciertamente, podría ser encabezado por cualquiera de los tres nombres que lo conforman.

 

La Guardia

Con Manuel España a la cabeza y procedente de Granada -cuna de artistas como Miguel Ríos y bandas como Los Ángeles, Los Módulos, 091, Los Planetas o Lori Meyers- La Guardia arribará a tierras murcianas con sus maletas de piel de country-rock cargadas de temas inolvidables para poner a cantar al público al son de los éxitos que acuñaron a finales de los años 80 y principios de los 90; como “Mil calles llevan hacia ti”, “El mundo tras el cristal”, “El blues de la Nacional II”, “No habrá más tardes”, “Me voy a esconder”, “Buscando un corazón”, “La carretera”, “Te seguiré” o “Cuando brille el sol”.

 

Coti

Avalado por su labor como instrumentista y compositor en el monumental Honestidad brutal, de Andrés Calamaro, el rosarino Coti Sorokín comenzó a ser conocido a este lado del Atlántico en 2002, cuando vio la luz su disco homónimo, Coti, que contenía, entre otras, “Antes que ver el sol” y “Nada fue un error”. Desde entonces y durante toda esa primera década del siglo XXI Coti se convertiría en un habitual de las listas de éxitos en España bien gracias a canciones cantadas por él mismo, como “Bailemos”, bien por piezas en las que el músico hablaba por boca de otros, como “Color esperanza” o “Te quise tanto”.   

 

Alejo Stivel

Habiendo alcanzado hace décadas la categoría de mito de la música popular y habiendo sido considerado estrella del Rock prácticamente desde que nació, resulta difícil añadir algo que no se sepa de Alejo Stivel; cantante y líder de la legendaria banda hispano-argentina Tequila entre 1976 y 1983, y que ya a partir de los años 90 destacó como productor en discos de M-Clan, Joaquín Sabina o El canto del loco. Pues eso, que este sábado hará sonar en la explanada torreña himnos como “Rock & roll en la plaza del pueblo”, “Salta”, “Dime que me quieres”, “Me vuelvo loco”, Matrícula de honor”, “Quiero besarte”, “Necesito un trago” o “Nena”. Pues eso, casi nada…

 

Alejo Stivel, La Guardia y Coti ponen a prueba el brillo de sus estrellas en el Festival Torres del Pop y el Rock

Crear: 09/04/2024 - 03:00

Al calor de las fiestas patronales de la localidad murciana de Las Torres de Cotillas, este sábado 31 de agosto fue programado frente a su antiguo ayuntamiento el festival “Torres del Rock y el Pop”; evento que, conformado por los conciertos de Alejo Stivel, La Guardia y Coti, sería la gran apuesta torreña de este año para ponerle el broche de oro a su día grande.

Así, tras el desfile de carrozas y comparsas que convirtió las calles aledañas en un río de gozosa algarabía, el torrente festivo desembocaría, ya convertido en alegre remanso de expectación, en una Explanada Maestro Ángel Palazón que, a eso de las 22:30h, luciría bellamente decorada con guirnaldas de luces, presidida por el escenario del evento y flanqueada, a un lado, por puestos ambulantes y, a otro, por dos barras municipales, aunque, eso sí, escasamente dotada con un único aseo portátil para un aforo potencial de más de dos mil personas.

De este modo, con las manecillas del reloj acercándose a las 23:00h, el festival daría comienzo pisando fuerte el acelerador gracias a la salida en tromba con la que Alejo Stivel y su banda obsequiaron a los asistentes más puntuales. Y es que Stivel, mito viviente de la música popular española y estrella de rock and roll prácticamente desde la cuna, se afanaría desde el inicio de su actuación en tejer un espectáculo en el que no quedara cabo suelto siguiendo, en cuanto al repertorio, el siempre oportuno patrón de la alternancia entre lo consagrado y lo reciente.

En este sentido, arropado a su derecha por la imponente presencia artística de Julián Kanevsky, el legendario cantante de Tequila alternaría en su interpretación las siempre frescas y juveniles canciones de su histórica formación con una más que feliz selección de temas mucho más recientes que no vendrían sino a demostrar la buena salud creativa con la que, a sus 65 años, sigue contando el argentino. Así, mientras de las primeras sonarían, entre otras, “RNR en la plaza del pueblo”, “Matrícula de honor”, “Quiero besarte” o “Dime que me quieres”; de las segundas serían elegidas canciones como “París con aguacero”, “Yo quería ser normal” o “Yo era un animal”.

Ya en el bis, la banda lanzaría sus dos últimos ases sobre el tapete de la noche murciana, que parecería romperse cual baraja al ritmo de “Me vuelvo loco" y “Salta”, para terminar de rendir la plaza ante la figura de un Alejo Stivel agigantado que, por más que llevara una camiseta con la leyenda “Yo era un animal”, lo cierto es que, por suerte para los amantes del rock, lejos de conformarse con ser un grato recuerdo o un célebre productor, sigue siendo, y seguramente siempre lo será, un animal -escénico y musical- dispuesto a morder y devorar cualquier escenario, ya sea en un parque o un estadio, en un pabellón o en la plaza mayor de cualquier pueblo.

A continuación, tras operarse los pertinentes cambios sobre las tablas y con el reloj superando la medianoche, le tocaría el turno a la mítica banda granadina, La Guardia, quienes, capitaneados por Manuel España, llegarían a Las Torres reconocidos como uno de los conjuntos con mayor éxito, pero no del pasado, sino del presente, merced a un artículo publicado en el diario El País justo el día anterior donde se revelaba que en 2022 la formación brindó más recitales, 150, que en el año de mayor esplendor de su trayectoria, 1989, en el que no superaron los 121.

Así, convertidos en patrimonio nacional e impulsados por el mágico combustible de un repertorio incombustible que desde que fue editado no ha parado de sonar en programas de radio y televisión, bares y en toda clase de eventos y fiestas populares, La Guardia no tardaría en ejecutar, cual pelotón de fusilamiento de canciones, lo más granado de su carrera para hacer las delicias de un público entregado de principio a fin que no dejaría de cantar y corear las más míticas entre las míticas: “La carretera”, “Mil calles llevan hacia ti”, “Blues de la Nacional II”, “Vámonos”, “El mundo tras el cristal", “Te seguiré”, “ Me voy a esconder” o “Cuando brille el sol".

Sin embargo, quizá cansados por el número de galas de verano, quizá hastiados en la interpretación de un repertorio en exceso fosilizado o quizá lastrados por la baja en sus filas del carismático Jean-Louis Barragán, La Guardia ofrecería un concierto técnicamente correcto y satisfactorio en la elección de temas, pero sin alma ni garra, y en el que la formación acabaría acercándose demasiado a la calificación de banda-homenaje de sí misma; banda en la que su líder y cabeza visible, Manuel España, parecería satisfecho limitándose a ejercer más como director de coro y apuntador que como el cantante y la estrella que es y seguirá siendo.

Más adelante, escuchando de fondo las campanadas que anunciaban las dos de la madrugada, las luces inquietas y el humo creciente del escenario comenzarían a avisar de la inminente aparición sobre las tablas del reconocido cantante y compositor argentino, Coti Sorokin, con quien diez años después nos volveríamos a reunir en torno a un concierto suyo para dar cuenta de él, aunque, eso sí, con la incógnita por despejar tras tanto tiempo sin verlo en directo sobre el punto artístico en que se encontraría el de Rosario, de nuevo de gira por tierras murcianas.

De esta manera, empezando a resolver esa duda incluso antes de saltar a la escena con tan solo contemplar el despliegue de la nutrida banda de seis miembros por la que se haría acompañar y la contundencia con que comenzarían a aplicarse en la interpretación de los acordes de “Otra vez”, Coti dejaría claro desde los compases iniciales de su recital que la suya no iba a ser una visita más, sino una ofensiva musical abierta y sin cuartel cuyo objetivo no sería otro que el de la reconquista del público, y para la que no escatimaría en medios ni regatearía esfuerzos.

En consecuencia, poniendo en liza un repertorio cuajado de canciones que fueron éxitos a un lado y a otro del Atlántico, Coti y su portentosa banda de aspecto galáctico y sonido divino, ofrecerían un cuidado repaso a la trayectoria del cantante en la que composiciones como “Te quise tanto” lucirían revitalizadas gracias a los nuevos arreglos y a los cambios en la instrumentación. Además, siendo capaz de sumar a las ya conocidas “Andar conmigo” o “Lento”, nuevas piezas a la altura de aquellas, pero completamente distintas, como la inspirada y pegadiza “Porcelana china”, el argentino demostraría estar, como a mediados de la primera década del XXI, en plena forma.

Ya en la recta final y tras decir adiós con “Antes que ver el sol”, Coti regresaría para ofrecer un bis donde sonaron “Color esperanza” y “Nada fue un error”; sobre el primero, cabría decir que en la música himnos hay muchos, quizá demasiados, pero muy pocas son las canciones que alcanzan la categoría de oración, de entre ellas “Color esperanza” lo consiguió hasta el punto de ser cantada ante el Papa Juan Pablo II para que la elevara al cielo una multitud que la coreó tal como hizo el público de las Torres; sobre el segundo, “Nada fue un error”, que sería el tema ideal para ponerle el epílogo a una noche en la que el único error habría sido perderse semejante velada.

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