Los androides bailan al ritmo de In-Pulses
Este viernes, acudiendo a la Sala Spectrum para ser partícipes del fantástico despliegue de conciertos que cada año realiza en Murcia por estas fechas el Festival Microsonidos, tomamos posiciones entre el numeroso público que se dio cita en el renovado local de la Avenida Mariano Rojas minutos antes de que arrancaran los motores de una velada cuyo destino no sería un lugar en el espacio, sino un tiempo: el futuro. Ese que presagiaban las actuaciones de In-Pulses y Mala Cotton.
Así, marcando en el ordenador de a bordo las coordenadas de ese porvenir incierto que suele sugerir en la música el uso de sintetizadores, efectos de sonido y programaciones, pronto nos hallamos rodeados por misteriosas figuras que, como autómatas sonrientes, bailaban bajo las luces artificiales al son del pop electrónico desinhibido y alegre de Mala Cotton -o malacotón-; banda de reciente formación encabezada por Tom, batería de Poolshake, que en tan solo unos meses ya ha tenido tiempo para hacerse con un repertorio fresco, divertido y bailable, y, además, anunciar nuevas composiciones que, como Mr. Dreams, permiten augurar un recorrido mayor a su propuesta.
Entonces, dejando atrás la medianoche mientras los teclados de colores fosforescentes tomaban la escena, nos acercaríamos al cuadro de mandos de la nave para introducir el código 481 en el órgano de ánimos Penfield y, así, comenzar a tomar conciencia de las posibilidades que encerraba la presentación en directo del esperado tercer disco de In-Pulses, “Electric Sheep”. De este modo, tras disiparse la densa niebla sonora con la que la enigmática intro del EP nos envolvió, el escenario reaparecería ante nuestros ojos convertido en el decorado tridimensional de una película de ciencia ficción en el que la banda interpretaría Return; segundo corte de su nuevo trabajo que se iniciaría como una delicada balada pop cantada a media voz para concluir explotando en una segunda mitad trepidante.
A continuación, dejándose llevar por el ritmo suave y acompasado de By myself, el recital tomaría fuerzas antes de atravesar su ecuador acelerando de nuevo al son de One more time, de Daft Punk; tema que serviría a la perfección para trazar una línea ascendente que señalaría el camino hacia Do androids dance?; brillante composición en la que el tecno, el funk, y el pop se darían la mano para ofrecer una canción rotunda de principio a fin, y en la que el ritmo intenso y serpenteante pondría a bailar a todos los androides de la sala arrastrados por ese sonido elegante, sensual y futurista que In-Pulses esgrime como su más preciado tesoro.
Más adelante, subrayando el carácter festivo de la cita, el grupo invitaría a los antiguos miembros Luis Fernández y Nacho Esquer para que cantaran con ellos la ya clásica Bed thoughts; tema que marcaría la recta final de un concierto redondo que concluiría, al igual que el nuevo EP, con el arpa láser saliendo a relucir para que la banda ejecutara la evocadora pieza instrumental Tears in rain y, de paso, nos convenciera de que, aunque quizá nunca sepamos con qué sueñan los androides, seguro que lo que bailan es, con permiso de Vangelis, la música de In-Pulses.