UCAM CF

Después de cinco jornadas consecutivas empatando, por fin el UCAM CF ha podido reencontrarse con la victoria ante el CD El Palo esta tarde en La Condomina para afianzar su liderato y mantener a raya a un grupo de perseguidores que se había venido acercando durante las últimas semanas del extinto 2014 hasta colocarse a tan sólo tres puntos de los murcianos.

A las 17:00h, en el mítico estadio de la murciana Ronda de Garay, daba comienzo el partido con un UCAM que salía descaradamente y sin reservas a por su rival. Fruto de esta actitud pronto llegaron los primeros acercamientos, las primeras ocasiones y el primer gol, en el minuto 10, gracias a un excelente centro que servía desde la izquierda Góngora para que su compañero Javi Gómez, entrando con fuerza desde atrás, conectara un preciso testarazo a la red.

A partir del gol, el UCAM se hizo con el dominio territorial del juego, mientras que el CD El Palo se dedicaba a defenderse sin pasar excesivos apuros. El juego en el centro del campo, la intensidad, y la escasez de jugadas claras eran los ingredientes que caracterizaban este primer asalto del choque. Así, las pocas ocasiones que pudieron verse vinieron casi siempre a balón parado, como un formidable lanzamiento de falta ejecutado por Góngora que se fue arriba por bien poco.

La segunda parte empezaba con un CD El Palo mucho más agresivo y ambicioso. Los malagueños acorralaban a los murcianos en su campo y forzaban tres córners en los primeros diez minutos. Por su parte, el UCAM capeaba el temporal lo mejor que podía encomendándose a su extraordinaria capacidad de sacrificio y sufrimiento. Eloy Jiménez, técnico local, percatándose de los difíciles momentos que atravesaba su equipo, decidió mover el banquillo y dar entrada primero a Hugo Díaz y después a Piojo. Dos acertadas decisiones que pronto surtirían efecto cambiando la situación del encuentro.

Así,  el conjunto azulón, casi nada más entrar Piojo, empezaba a sacudirse el dominio visitante gracias a una jugada individual de este mismo jugador que, yéndose con fuerza por la derecha, cedía el balón atrás para que su compañero Chavero, con todo a favor, mandara alto una clamorosa ocasión para hacer el segundo. A partir de aquí, el dominio se volvió alterno y las ocasiones de gol comenzaron a sucederse en ambas áreas. Por su parte, El Palo gozaba de una buena ocasión en el lanzamiento de una falta.

Con el partido más abierto que nunca, en el minuto 30 de la segunda parte, se produjo una jugada que habría de ser determinante: la expulsión de Durán por una clara falta que le hizo ver su segunda cartulina amarilla y enfilar camino al túnel de vestuarios. A continuación el UCAM apretó el acelerador incluso con mayor convicción y Hugo Díaz se erigió en protagonista con dos jugadas seguidas de gol. Así, aunque en la primera marraba el remate final, en la segunda, minuto 33, lograba el anhelado segundo gol de la tranquilidad para los locales culminando a puerta vacía una contra de libro iniciada por Piojo y desarrollada por Titi casi en solitario.

Aún veríamos nuevas ocasiones de Hugo Díaz y extraordinarias jugadas de Piojo, y hasta una nueva expulsión en el conjunto visitante por una feísima falta que Pirulo le infligió a Checa producto de la impotencia. Durante los últimos compases y hasta el final, el encuentro ya decayó en intensidad y se desarrolló más calmadamente, con un UCAM sin intención de hacer más sangre en su rival, y tratando de evitar que su rival tampoco se la hiciera a él en ningún sentido.

Durísimo correctivo, el que ha sufrido esta tarde el UCAM CF, segundo clasificado, ante el Granada B, cuarto en la tabla, en el estadio de La Condomina. Y es que, a pesar de adelantarse en el marcador, 1-0, en el minuto 34 de la primera parte por mediación de Hugo Díaz, los universitarios han visto, impotentes, cómo en la segunda mitad los granadinos les pasaban por encima anotando cuatro goles para dejar el marcador definitivo en 1-4.

Desde luego, nadie en el estadio de la Ronda de Garay podía prever a eso de las cinco de la tarde un resultado tan tormentoso pese a la amenaza de lluvia que había hecho a los dirigentes del UCAM CF, con buen tino, cerrar el fondo norte al público y desplazar las cámaras de televisión bajo la protección de la techumbre de la tribuna alta. Como decimos, buenas medidas en previsión de un aguacero que, no dándose en lo meteorológico, sí que iba a acabar precipitándose, sin que ninguna previsión pudiera evitarlo, en forma de goles sobre la meta del buen Escalona.

Lo cierto es que, más allá del resultado final, el encuentro arrancó como otro de tantos en los que el UCAM CF ha logrado la victoria en casa esta temporada, es decir, con un cuadro universitario bien plantado atrás, serio en el centro del campo y veloz en ataque, aunque eso sí, bastante más dominado por su rival de lo habitual durante todo el primer tiempo. Por este motivo, la posesión, las mejores ocasiones y el mayor número de acercamientos fueron a caer del lado visitante.

Sin embargo, a pesar de las buenas maneras y la mayor intensidad demostradas por el filial rojiblanco, el gol, que es lo más importante en el fútbol, vino a caer del lado de los locales gracias a la contundencia con la que Hugo Díaz logró culminar en boca de gol un eléctrico contragolpe llevado por la derecha entre Javi Gómez y Piojo. Así, con 1-0 en el luminoso de La Condomina el choque llegaba al minuto 45 y el pitido del árbitro mandaba a los jugadores al túnel de vestuarios.

En la reanudación, la tónica del partido siguió siendo la misma, aunque, si cabe, con un dominio más acentuado del Granada que le llevó a disponer de claras ocasiones ya desde los primeros minutos de la segunda parte. De esta forma, ya en el 13 los rojiblancos conseguían la igualada por mediación de Sergio Martín gracias a un magnífico lanzamiento de falta. A pesar del gol recibido y del dominio del Granada B, que no cesaba, el UCAM CF pudo volver a ponerse por delante si el tremendo disparo de César Remón no se hubiera encontrado con el larguero en su camino hacia el gol.

Con empate a uno llegamos al minuto decisivo del partido, el 33 de la segunda mitad, en el que un lanzamiento desde el centro del campo del visitante Bravo sorprendía adelantado al portero local Escalona y, a pesar de que éste lograba despejar aparentemente en la misma línea de gol el balón, el tanto acababa subiendo al marcador a instancias del juez de línea. 1-2, gol polémico y duro golpe para un UCAM que daba la impresión de que no podría imponerse a su rival.

Así, aunque lo intentó adelantando las líneas, introduciendo cambios e imprimiendo mayor intensidad, lo cierto es que sería el cuadro visitante, ya en el descuento, el que lograría aumentar su renta con dos goles más, de Peña y Boateng, que ahondaron en la herida azulona e infligieron a los universitarios un castigo tan duro como desmedido.

No ha podido ser. El UCAM CF, tras una temporada memorable, una eliminatoria de ascenso superada, y otra disputada de poder a poder, ha visto en la tarde de hoy cómo el filial del Athletic de Bilbao rompía sus sueños de ascenso de una de las maneras más crueles posibles: logrando el tanto que igualaba el partido a uno y desequilibraba definitivamente la eliminatoria gracias a un incomprensible error del buen jugador local Chavero ya en los minutos finales del partido y sin tiempo para reaccionar.

Con el 1-0 cosechado por los cachorros del Athletic en San Mames, llegaba esta segunda ronda de promoción a un estadio de La Condomina que iba a registrar un ambiente de auténtica gala en la Tribuna Baja y el Fondo Norte, los dos únicos sectores del recinto deportivo habilitados para ver el fútbol este año. Y lo cierto es que el partido no pudo comenzar mejor para los intereses de los murcianos, ya que éstos pronto se hicieron con la iniciativa del juego y empezaron a rondar la portería visitante.

Así, tras unas leves aproximaciones, ya en el minuto 10, Chavero probó al meta Remiro con un potente disparo desde la frontal de área que, por lo centrado que salió, pudo ser repelido de puños por éste a córner sin mayores consecuencias. Sin embargo, a pesar del mayor dominio local, los visitantes también iban a tener sus ocasiones, como la que en el minuto 20 estuvo a punto de convertirse en gol de Sabín, quien, con un lanzamiento duro y raso desde la izquierda del ataque rojiblanco, obligó a Escalona a estirarse para meter la manopla y desviar a córner un balón que se colaba junto a la cepa del palo largo.

Sólo uno más tarde de esta buena ocasión bilbaína, en el 21, llegó el momento de gloria para el UCAM CF en esta segunda ronda de ascenso: el gol de fe de César Remón, que adelantó a su equipo e igualó la eliminatoria haciendo creer a todos en el sueño de la remontada. Una mala cesión del central Unai Bilbao a Remiro se quedaba corta y, entre la confianza del primero y la indecisión del segundo, se colaba como una exhalación Remón para, lanzándose a los pies del portero visitante, rechazar el despeje de éste y ver cómo el balón, tras realizar una parábola y botar hacia la portería, se convertía en el primer tanto de la tarde.

Después del gol local llegó una fase de mayor dominio universitario, si cabe, sobre todo hasta el minuto 35. De esta manera, los bilbaínos parecían acusar, no sólo el golpe recibido, sino también el tremendo calor reinante, mientras que los murcianos campaban con mayor movilidad y mordiente a lo largo y ancho del terreno de juego. Sin embargo, pese a la mayor presencia azulona, lo cierto es que ya no habría más ocasiones dignas de mencionar en esta primera mitad.

Ya en la reanudación, y en el primer minuto de juego, el UCAM iba a tener dos ocasiones clamorosas, una de Chavero tras un sensacional taconazo de Javi Gómez, y otra del propio Javi Gómez de chilena, que no acabaron en gol de milagro. Poco después, en el 15, Eloy Jiménez comenzó a mover el banquillo en busca de refresco para su equipo. Así entraban en el terreno de juego para ser de la partida Hugo Díaz por el batallador Javi Gómez y Juanto por el activo Nono.

Un agarrón del central rojiblanco Yeray Álvarez cuando Bello enfilaba la portería visitante tras robarle la cartera al propio Álvarez, y una internada de Sabín que lograba desbaratar el azulón Tekio in extremis fueron, hasta el fatídico minuto 38, las dos jugadas más dignas de mención por el peligro que conllevaron. Ya en el 38, fueron el error de Chavero y el acierto del recién entrado Iturraspe los que marcaron el partido y la eliminatoria. El primero porque en una jugada de ataque universitario trató de realizar, sólo y en el centro del campo, una absurda rabona que le salió mal y que acabó dándole el balón a los visitantes. El segundo, porque con un certero latigazo en seco desde la frontal del área al palo largo de la meta defendida por Escalona hizo inútil la estirada de éste y consiguió empatar el choque poniendo la eliminatoria imposible para los locales. Unos locales que, a pesar que lo intentaron hasta el final, ya no pudieron hacer más.

Al final, entre los aplausos del público de La Condomina que supieron reconocer y premiar el extraordinario esfuerzo de los universitarios, debemos extraer un par de conclusiones: la primera, que el trabajo del cuerpo técnico y los jugadores del recién ascendido UCAM CF esta temporada ha sido realmente soberbio; la segunda, que todos deberíamos seleccionar un poquito mejor en qué clase de espejos nos miramos. Es decir, si, en el caso del fútbol, deseamos poner nuestra calidad y sacar nuestros recursos técnicos cuando son necesarios y hacen un favor al equipo -como hacen algunos grandes jugadores-, o si, por el contrario, deseamos realizar florituras innecesarias que sólo buscan el lucimiento personal -como hacen las personalidades más vacías del deporte rey-. En fin, en el fútbol y en la vida, ojalá que todos elijamos sabiamente.

Imagen del gol del empate del UCAM CF

Partido pleno de emoción e intensidad, el que hemos podido contemplar esta tarde en un Estadio de La Condomina en el que se ha rozado el lleno en las zonas que se encuentran habilitadas para el público. Así, los más de mil aficionados venidos de Cartagena, que han sido ubicados en el Fondo Norte, sumados a los cerca de tres mil abonados del UCAM, han conseguido que el vetusto estadio capitalino haya registrado una de las mejores entradas desde su reapertura como feudo azulón.

En lo estrictamente deportivo, el duelo de rivalidad regional comenzaba a las 18:00h con una primera aproximación de cierto peligro que corrió a cargo del Cartagena. Aproximación ésta, que sería replicada por el UCAM en el minuto 13, cuando Pallarés logró conectar un cabezazo a centro de Góngora que se perdió lamiendo el palo de la portería visitante. A partir de ahí, la brega en el centro del campo no impidió que se vieran ocasiones de peligro para ambos conjuntos que se repartieron de forma casi equitativa.

Sin embargo, a pesar de la igualdad reinante, a cinco minutos para el final de la primera parte un córner mal defendido por el conjunto universitario propició que un balón recuperado por Luque le quedara a placer a Quique Rivero. Éste, libre de marca, logró conectar un potente y cruzado lanzamiento que acabó batiendo a Escalona para hacer subir el primer tanto al marcador de La Condomina, 0-1. Pero, por si fuera poco, aún en los escasos minutos que restaban para el descanso habría de ocurrir un hecho de gran importancia, la expulsión del jugador visitante Mario Sánchez por doble amonestación.

Ya en la segunda mitad, con un jugador más y con la necesidad de poner cerco a la portería de Limones, el UCAM CF trató de pisar el acelerador a fondo. Así, pronto, en el 10 de la reanudación, una eléctrica jugada iniciada por Nono, acabaría en gol cuando éste abrió a la izquierda viendo la incorporación de Góngora y el lateral centró raso al primer palo para que Iván Aguilar, lanzándose a los pies de Limones lograra empujar con su pie el balón al fondo de la portería albinegra. 1-1. Júbilo en la Tribuna Baja y silencio en el Fondo Norte.

Por su parte, el FC Cartagena, lejos de descomponerse con el empate, siguió luchando cada balón y saliendo al contragolpe con verdadero peligro, aunque adoleciendo de falta de lucidez en los metros finales. Ya en el tramo final, y tras algunos acercamientos de gran peligro a favor del UCAM CF, la moneda cayó del lado de los azulones cuando Pallarés cazó el 2-1 para los locales en una jugada calcada a la del tanto del empate y que volvió a tener en Góngora al asistente perfecto.

Así, si ya había más que tensión en el terreno de juego, los últimos minutos del choque en La Condomina fueron  de alta tensión gracias a los arreones de un bravo Cartagena que jamás se dio por vencido. Sin embargo, aunque estuvieron cerca del empate, también es cierto que el UCAM pudo matar con dos claros contragolpes el partido en una recta final en la que el marcador ya no se movería. 

Tarde de gran ambiente, la que hemos podido vivir hoy en La Condomina con motivo del primer enfrentamiento de la historia entre el UCAM CF y el Real Murcia. Un duelo que, además, contaba con los alicientes de, por un lado, poner en juego el liderato entre los dos primeros equipos de la clasificación y, por otro lado, ver de nuevo al Real Murcia en la que fue su casa.

Así, con un Estadio de La Condomina lleno hasta la bandera –más de 5000 personas-  en los sectores habilitados para el público –Fondos Norte, Sur, y Tribuna Baja- el campo de la Ronda de Garay se vistió de gala para recibir a azulones y pimentoneros. Un vestido de gala que, eso sí, fue de claro color grana a tenor de la goleada con la que los seguidores murcianistas se impusieron en número y animosidad a los universitarios.

Echado a rodar el balón a las 17:00h, el primer equipo que trató de imponerse fue el UCAM, sin embargo, el Murcia pronto reaccionó para acabar sacudiéndose el ímpetu de su rival con autoridad. Ocasiones que llegaron pronto fueron las de Nono para los azulones y Chavero para los grana. De esta manera, con las espadas en todo lo alto y ambos conjuntos disputando un choque vibrante jugado de poder a poder, el equipo que fue a golpear primero fue el Real Murcia cuando, en el minuto 25, una falta botada desde el costado derecho del ataque murcianista fue cabeceada por el defensa azulón Dani Pérez hacia su propia portería para poner el 0-1 en La Condomina.

Sin embargo, a pesar del gol recibido y la atronadora celebración del estadio, el UCAM CF, lejos de venirse abajo, lograría sobreponerse al golpe y poner las tablas en el marcador bien pronto, cuando en el 30´ una falta magistralmente lanzada por Góngora desde la frontal conseguía superar la barrera murcianista para alojarse en las redes de la meta defendida por un Fernando que nada pudo hacer para evitar el golazo del UCAM. Un gol, por cierto, que también fue celebrado en las gradas, aunque, eso sí, mucho menos que el anterior del Murcia.

Tras el empate azulón, la primera mitad se encaminó hacia su final con dos equipos que prefirieron medir los tiempos y guardar lo conseguido antes que asumir nuevos riesgos para afrontar la segunda mitad en las mejores condiciones posibles. Así, ya metidos en el descanso, fue el momento de tomarse un respiro y contemplar el fantástico ambiente que envolvía las gradas de La Condomina.

En la reanudación, la verdad es que el partido dio la sensación de bajar enteros con respecto a lo visto en la primera mitad. Entregados a la lucha en la medular y a los patadones desde las defensas, UCAM CF y Real Murcia ofrecían sus caras más grises para brindar un partido que se atascaba por momentos merced a la tensión de lo que se jugaban –nada menos que el liderato, no lo olvidemos-. Así, sin un equipo que dominara claramente a otro, en el minuto 30 de la reanudación fue a decidir el partido Chavero rematando un córner al primer palo mediante un difícil escorzo con el que logró poner el balón en el lateral contrario de las redes defendidas por Escalona.

Con La Condomina estallando de júbilo por el gol pimentonero, el UCAM, una vez más, trató de remar a contracorriente y empatar, pero esta vez Góngora, que volvió a contar con una falta a su favor en el descuento, no fue capaz de conseguir igualar. De esta manera, con el pitido final el Real Murcia se alzó con el triunfo, los tres puntos y el liderato en una Condomina que, durante lo que duró el partido, volvió a ser la casa del Real Murcia.

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Gran partido, el que en la tarde-noche de hoy han brindado en el Estadio de La Condomina UCAM CF y Cádiz CF, segundo y tercero respectivamente en el campeonato antes de disputarse el choque a tan solo 2 puntos de distancia.

Así, con buen ambiente en las gradas, aunque sin el que cabría haber esperado por culpa del nefasto horario elegido para la celebración del encuentro, los dos equipos saltaron al césped de La Condomina a las 19:00h para ver cómo al poco de arrancar el choque (minuto 8) Nono abría el marcador merced a un disparo lejano que se envenenaba tras tocar en el muslo de Aridane. 1-0. Hay que tirar…

A partir de entonces, con el resultado en contra, los de Claudio Barragán acabarían sacudiéndose el dominio local de los primeros minutos para acabar apoderándose de la posesión del esférico y rondar con peligro la portería defendida por Escalona. Una portería que, a pesar del ímpetu cadista permanecería inmaculada hasta la conclusión de la primera mitad del encuentro.

Ya en la reanudación, el dominio del Cádiz se hizo más insistente aún y generó una clarísima ocasión de gol cuando en el minuto 7 Dani Güiza estrelló en el travesaño de Escalona un tremendo zapatado de bolea que dejó muda La Condomina. Conjurado el peligro gracias al azar, el UCAM trató de capear el temporal como pudo a la espera de poder sorprender a su rival en alguna contra; como, de hecho, estuvo a punto de ocurrir cuando en el minuto 25 Isi Ros, tras una gran cabalgada en pos de un despeje local, le birló la cartera al central Josete y se plantó solo ante el guardameta cadista para acabar mandando fuera su intento de picar la pelota.

A pesar de la clara ocasión marrada, lo cierto es que el Cádiz tras el zarpazo sufrido, anduvo con más precauciones a la hora de atacar y el UCAM pudo de esta manera aliviar algo el acoso sufrido hasta la mencionada ocasión. Ya en la recta final del encuentro, con el minuto 90 cumplido, Pallarés no perdonaría tras el pase en profundidad de Tekio y lograría superar al meta Alberto Cifuentes para colocar el definitivo 2-0.

Sin duda, un triunfo crucial ante un rival directo en la carrera por el ascenso en la que ahora el Cádiz quedará a 5 puntos de los universitarios, mientras que éstos pasarán a ocupar la primera plaza del grupo -al menos hasta que el Real Murcia dispute su partido aplazado contra el Granada B por el fallecimiento de su presidente, Jesús Samper-. 

Intenso y disputado duelo regional, el que han ofrecido en la tarde hoy UCAM CF y FC Jumilla en La Condomina ante cerca de tres mil espectadores. Y es que los dos conjuntos, que llegaban con objetivos bien distintos al choque –los locales luchando por el ascenso y visitantes por evitar el descenso- iban a acabar demostrando que en esta Segunda B cualquiera puede sorprender a cualquiera.

Así, a las 17:30h, daba comienzo un partido que estaría condicionado casi desde el inicio por el tempranero gol de Terol, quien, en la primera aproximación del Jumilla y tras cazar un rechace en el área del UCAM, consiguió poner el esférico en la misma escuadra de la portería defendida por Biel Rivas en el minuto 7. Sin duda, todo un balón de oxígeno para los del Altiplano y un mazazo inesperado para los azulones.

Tras el gol, aunque el UCAM trataría de recomponerse y organizar jugadas de ataque, lo cierto es íbamos a poder ver a un Jumilla mucho mejor plantado sobre el terreno de juego que lograría neutralizar todos los intentos de acercamiento de los locales. Sin embargo, superado el ecuador de la primera mitad, los azulones iban a disponer de una de las ocasiones más claras del partido cuando, en el 25´, un potente y raso chut de Josán se estrellaba en el palo de la portería defendida por Javi Seral y el rechace, a portería vacía, era mandado al limbo por Iván Aguilar.

Desde entonces hasta la conclusión del primer acto, el UCAM iba a apretar el acelerador tratando de lograr la igualada antes del descanso. Así, Pallarés, con un remate de cabeza casi sin ángulo que se estrelló en el lateral de la red y Góngora, con el lanzamiento impecable de una falta desde la frontal que fue respondido con una buena intervención del guardameta visitante, serían las dos mejores ocasiones de gol que tuvo el UCAM CF antes de irse a la caseta con el conocido marcador de 0-1.

Ya en la segunda mitad, los dos equipos continuaron con el guión que habían desarrollado durante la primera: el UCAM tratando de crear peligro, aunque sin fluidez; y el Jumilla disponiendo un excelente entramado defensivo con el que neutralizar a su rival. Sin embargo, a pesar del buen trabajo del Jumilla, en un balón dividido al que llegaron a la par el portero Javi Seral y el delantero Titi el árbitro decretó un penalti a favor de los locales que sería transformado de manera inapelable por Góngora.

De esta forma, con el empate campeando en el marcador y aún treinta minutos por delante, los locales iban a venirse todavía más arriba en pos del tanto de la victoria mientras que los visitantes iban a apelar a la heroica para mantener el resultado. Góngora, Titi, Alex Rubio, Fran Pérez dispondrían de buenas oportunidades para haber puesto por delante al UCAM, aunque, paradójicamente sería el Jumilla el que tuvo la última ocasión de gol del partido en las botas de Etamané.

Al final, con el 1-1 y el reparto de puntos sobre el césped de La Condomina, los jugadores del Jumilla se abrazaron y saludaron a sus aficionados tras el meritorio punto logrado. Sin duda, un punto muy meritorio y que esperamos que pueda servirles para alcanzar el objetivo de salvar la categoría.

Partido clave, el que se presentaba esta tarde en La Condomina entre el UCAM CF, segundo clasificado a cuatro puntos del líder, y el Granada B, quinto clasificado y a siete puntos de los puestos de promoción. Sin duda, uno de los choques más atractivos e igualados que se iban a disputar en esta jornada 28 del grupo IV de la 2ª B.

Así, con un UCAM prevenido del potencial de su rival, pero a la vez ansioso por tratar de alcanzar al Real Murcia en esa preciosa lucha en la que están inmersos ambos conjuntos murcianos por el campeonato, el encuentro iba a comenzar de la mejor manera posible para los locales. Y es que Iván Aguilar, cuando aún no se había cumplido el primer minuto de juego iba a hacer el primer gol del partido para adelantar al UCAM CF.

De esta forma, con el 1-0 campeando desde el mismo inicio en La Condomina, los visitantes comenzaron a apretar bien pronto para tratar de conseguir la igualada lo antes posible. Así,  Nico, Brian, o el célebre Sergi Guardiola, serían los jugadores más destacados del Granada en labores ofensivas durante una primera media hora de partido en la que el UCAM apenas sí creó peligro más allá del tempranero gol de Aguilar.

Sin embargo, a pesar del dominio visitante, serían los locales los que tendrían la ocasión más clara, ya superado el minuto 30, gracias a un remate de Pallarés que sacó de manera inverosímil Dimitrievski. Lamentablemente para el conjunto local, los que acabarían encontrando el gol, ya en el tramo final de la primera mitad, sería el Granada merced a un tanto logrado por Clifford de jugada personal dentro del área. Así, con 1-1 en el electrónico y con poco tiempo para reaccionar, el encuentro se fue al descanso.

Ya en la reanudación, el UCAM iba a mostrar mayor agresividad y desde los primeros minutos trató de hacerse con el control del partido, a pesar de que pronto las fuerzas volvieron a igualarse en el centro del campo. Poco antes del 20´ Góngora intentaría sorprender a Dimitrievski, pero sería, de nuevo, Iván Aguilar, poco después del 20´ el que acertaría a marcar de nuevo al cancerbero visitante gracias a un potente disparo que fue posibilitado por un robo de balón providencial de César Remón.

Así, de nuevo por delante, los universitarios fueron a hacerse con el control de un partido que, solo en los instantes finales y por la expulsión de Checa, pareció peligrar. Sin embargo, más allá de la inquietud propia del resultado ajustado, lo cierto es que los jugadores de Salmerón, una semana más, volverían a demostrar el fantástico estado de forma y concentración en el que se encuentran para hacer valer su ventaja y adjudicarse un partido de lo más trabajado e igualado.

Intenso y disputado partido, el que han ofrecido esta tarde en el Estadio de La Condomina UCAM CF y Real Madrid Castilla para abrir la eliminatoria que, como campeones de sus respectivos grupos, les enfrenta por una plaza directa en la Segunda División del fútbol español.

Así, con más de 4000 espectadores llenando las gradas habilitadas del viejo estadio murciano y los dos conjuntos ya listos sobre el terreno de juego, el choque arrancó a las 18:30h para mostrar durante sus primeros compases a un UCAM CF muy activo y con  las líneas bien adelantadas. Fruto de la alta presión local, en el minuto 9 los azulones dispondrían de su primera ocasión gracias a un disparo de Manolo que obligó a intervenir al portero visitante, Abad.

Sin embargo, a pesar de las buenas impresiones locales, el que se adelantaría en el minuto 10 sería el Castilla por mediación de Febas gracias a una contra magníficamente hilvanada por éste y Borja Mayoral. Pero si el golpe del Castilla fue inesperado para el UCAM, no menos lo fue la inmediata respuesta de los locales, ya que solo tres minutos después de recibir el gol lograrían empatar gracias a un buen gol de Iván Aguilar, que supo definir por bajo ante la salida del guardameta merengue.

Ya con el empate campeando en La Condomina, el UCAM, lejos de refrenar su ímpetu, mantuvo la presión alta sobre su rival con el objetivo de ahogar su salida de balón y propiciar robos que les plantasen en la frontal del área blanca. De esta forma, los locales comenzarían a rondar con insistencia la portería visitante gracias a los acercamientos de Pallarés, Nono o Iván Aguilar. Así, con un UCAM tratando de imponerse y un Castilla saliendo en peligrosas contras en las que a punto estuvo de volver a adelantarse, el choque se fue al descanso con 1-1 en el marcador.

En la segunda parte, pronto el UCAM dejaría claro que iba a por el partido, ya que apenas a los cinco minutos de la reanudación de nuevo Iván Aguilar, tras jugada personal dentro del área, logró marcar gracias a un fenomenal disparo que se coló por toda la escuadra de la meta defendida por Abad. Tras la explosión de júbilo en La Condomina, los de José María Salmerón, una vez más, lejos de especular con el resultado, trataron de imprimir una marcha más al encuentro con el fin de aprovechar los que estaban siendo sus minutos de mayor inspiración de todo el partido.

Más adelante, ya superado el minuto 15 de la segunda parte, el cansancio empezaría a hacer mella en ambos conjuntos y el partido se adentraría en una fase de control y repliegue en la que tanto el UCAM como el Castilla se trataron con mucho respeto. De esta forma, sin mucho más que contar, concluyó este partido de ida de la promoción de ascenso directo a Segunda entre azulones y merengues con el resultado de 2-1; un resultado que, a falta del capítulo definitivo que se vivirá el próximo día 29 en Valdebebas, se antoja como un paso más que esperanzador en el camino que debe llevar a la ciudad de Murcia a recuperar su lugar en el fútbol profesional.

En un partido jugado de poder a poder entre el UCAM y el Córdoba, los andaluces – uno de los gallitos de la categoría- sólo pudieron lograr el tanto del empate cumplido el tiempo reglamentario después de que los locales se adelantasen por mediación de Góngora y gozasen de buenas ocasiones para haber anotado el segundo en una Condomina que lució un aspecto impresionante.

Así, en un Estadio de La Condomina que dejó boquiabiertos a los aficionados más veteranos debido a la profunda restauración que ha sufrido y que lo ha convertido en un recinto deportivo amplio, cómodo, seguro y además bonito, a eso de las 19:00h se plantaron en el terreno de juego UCAM CF y Córdoba con objetivos bien distintos: los locales, conseguir sus primeros puntos en la categoría que les pongan camino de la salvación; y los visitantes, posicionarse en lo más alto de la tabla.

De este modo, con los dos conjuntos bregando en el centro del campo y dando pocas concesiones al espectáculo, la primera parte del choque transcurriría lenta mientras el protagonismo iba a pasar del campo a las gradas debido al buen ambiente que reinaba en las renovadas gradas de La Condomina. Así, apenas un puñado de combinaciones y algunos tímidos acercamientos después, el colegiado de la contienda mandaría a los jugadores a los vestuarios poniendo fin a una primera mitad que resultó de tanteo.

Sin embargo, ya en la reanudación los locales, conscientes de que si pretenden salvar la categoría habrán de dar mucha más guerra en casa, parecieron salir al césped de La Condomina dispuestos a imprimir a su juego una marcha más. De esta manera, sin mucha lucidez, pero sí con más intensidad que en la primera parte, el conjunto de José María Salmerón fue poco a poco haciéndose con el control del partido y, de hecho, a punto estuvo de adelantarse gracias a una jugada personal de Natalio que éste concluyó con un disparo que fue a las manos del guardameta visitante.

Ya en el 35, y con el Córdoba sacudiéndose el dominio local y lanzando ataques esporádicos sobre la portería de Biel Rivas que no llegaban a inquietar, llegaría el gol de la tarde. Un gol que resultó ser un golazo olímpico obra de Góngora y ante el cual el portero Kieszek tan solo pudo adornarlo con su estirada. Así, con el 1-0 en el nuevo electrónico de la Condomina, el Córdoba, lejos de reaccionar, comenzó a tambalearse y fue el UCAM el que a punto estuvo de darle la puntilla a su rival con un par de buenos contragolpes a los que solo les faltó la definición final.

Lamentablemente para los azulones, cuando mejor parecían estar y más controlado parecían tener un encuentro que en su fase final estaba siendo suyo, el Cordoba, en un acercamiento ya en el tiempo de descuento vio puerta gracias a un precioso centro templado de Caballero que, desde el costado derecho, fue medido a la cabeza de Luso para que este, de remate picado al primer palo, pusiera el empate en el marcador llenando de decepción a una Condomina que, sin embargo, supo reconocer el esfuerzo de los locales y poner en valor el primer punto conseguido. 

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